17. Mamá, amiga y maestra

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Quiero dedicar este capítulo a mi mamá, dónde sea que te encuentres no hay un día en que no te eche de menos. Me haces muchísima falta. Te amo mamá.

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16:00 | Martes 3 de Septiembre de 2030

Abrazada a mis hermanas, siento una paz inusitada. En teoría somos los mismos, en teoría. Pero ahora me siento diferente, ya no soy el ancla que las estabilizaba. Creo que ahora formo parte de algo que no sé definir.

- No hay vuelta atrás, ahora serás nuestra hermana - señala Sophie con seguridad mientras acaricia mi cabello pelirrojo.

- Te vamos a cuidar y aconsejar en todo lo que podamos - añade Madeleine. 

No puedo evitar aferrarme a mis hermanas con más fuerza. De pronto y sin que mediase una razón aparente empiezo a llorar. Por primera vez en todos estos días puedo sentir verdadero sosiego. Una tranquilidad que estará completa cuando vea a mamá. 

Sophie seca mis lágrimas mientras me reconforta frotando mi espalda y entonces me pregunta: "¿Qué necesitas que hagamos ahora?"

Respiro hondo, trato de calmarme lo más que puedo, juego con mis manos un momento y digo: "Tengo casi todo listo. Al igual que a ustedes le daré una muestra inequívoca a mamá de que soy o era Alex."

- Pero... - comienza a argumentar Madeleine cuando es interrumpida por Sophie, quien niega con la cabeza y luego asevera: "ella sabe lo que hace, nos convenció ¿no?". La menor de mis hermanas hace un gesto con sus cejas, pero luego asiente. 

- Aún quedan un par de horas antes de que llegue mamá ¿desean que prepare algo? - pregunto con voz inquieta.

Madeleine da un pequeño brinco de felicidad. Es obvio que probar mi comida le hace muchísima ilusión. Sophie no puede esconder una pequeña sonrisa. Todo parece que vuelve a tomar la rutina de hace un par de meses. 

Alex siempre intentando hacer algo que nos dé lo que necesitamos. A Madeleine le encanta estar con él, aunque sea mirándolo, mientras él obtiene cierto placer de aliviar el trabajo de mamá en casa y a mí dándome el espacio y el tiempo para trabajar en mis piezas. 

- Creo que no deberías agitarte demasiado hermana, hemos tenido una tarde de emociones, deberías reservar algo de energía para cuando llegue mamá - me aconseja Sophie. 

- De acuerdo Sophie, tú ganas, creo que voy a ir a recostarme un momento a mi habitación - respondo de inmediato

- Te importa si estoy contigo - suplica Madeleine. Sophie piensa intervenir, pero me adelanto y contesto: "Claro que no Cotton Candy." Luego miró a mi hermana mayor y pestañeo de forma larga para pedirle que no me impida tener ese momento. Sophie asiente y nos deja estar. 

No debería de sorprenderme, ellas siempre se llevaron mejor entre ellas que conmigo. Y no las culpo. Pero ahora más que nunca deberé estar más atenta a sus necesidades, sobre todo a las de Alma. Espero que mamá no la atosigue. 

Me meto a la cama luego de sacarme los zapatos, Madeleine hace lo mismo y se acomoda justo a mi lado. Rápidamente me tiende la mano. No quiere perderme de nuevo. Aprieto sus dedos un par de veces para darle a entender que no volveré a irme. Luego de unos minutos me quedo dormida. 

La pequeña se gira para ver a su nueva hermana. No puede resistir y acaricia su rostro, Alma se mueve en su dirección quedando de lado. Era un momento hermoso. Madeleine se acerca y entierra su rostro en el pecho de Alma, un momento después  ella también se duerme. Luego de un rato Sophie se acerca, contempla la escena y cubre a sus hermanas con una pequeña manta.

Víctima IndefensaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora