19. El último proyecto de Alex

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02:00 | Jueves 5 de Septiembre de 2030

Ayer al fin tuve una noche tranquila. Al parecer las cosas se están normalizando en casa. Todas estamos intentando retomar nuestra rutina. Claro que para ellas es un poco más fácil, no tienen que mentirle al mundo sobre su identidad. Hoy voy a tratar de no llevarles la contraria sobre mi indumentaria. Pues me guste o no, lo que dijo Madeleine es cierto, me tendré que acostumbrar

Madeleine duerme plácidamente a mi lado. De hecho yo también pude dormir bastante bien a pesar de estar de lado, su idea de armar un muro de cojines a mi espalda ayudó mucho. Tuve que soltar nuestras manos un par de veces para acomodar su cabello. Luego volví a abrazarla, verla dormir me da paz. 

Aunque un rato después me contradije, pues estaba apretando sus ojos y comenzó a susurrar mi nombre en un lamento desesperado. Su dolor iba creciendo así que decidí despertarla.

- Cariño fue una pesadilla, estoy bien - dije tratando de confortarla. Ella no dijo nada, solo se giró y me abrazó fuerte mientras acunaba su rostro en mi pecho. Me puse a tararear para calmarla. Poco a poco fue cogiendo sueño, hasta que finalmente volvió dormirse. Después de un momento, decidí hacer lo mismo.

Decidí levantarme temprano para hacer el desayuno, pero me encontré con Sophie que estaba organizando algunas cosas. Eso me sorprendió mucho. Antes ni siquiera le interesaba mover un dedo para preparar algo y no porque fuese floja, sino que pensaba que no hacía falta con mamá y conmigo en la cocina. Ella se me queda viendo y adivinando mi sorpresa comenta:

- Buenos días hermana ¿hay algún problema que tengas en la cabeza?

- Muchos, pero en este momento no es un problema lo que me embarga, es la duda que me produce verte levantada, tan temprano, haciendo cosas en la cocina - señalo mientras hago una mueca.

- A mí también me sorprendió hace un par de meses - señala en tono serio, pero a la vez puedo notar cierta felicidad.

- ¿Necesitas que te ayude con algo? - pregunto mientras me acerco.

- En realidad sí. Por favor pica algo de fruta para acompañar los panqueques que estoy por preparar - señala mientras se pone a batir una masa en un recipiente. Asiento y pongo manos a la obra. Aún tenemos tiempo y no hay demasiada presión, la única que debe salir temprano estos días es Madeleine. 

- ¿Y tú cómo vas con tus cosas? - consulto tratando de mostrar mi mayor interés. Desde que volví a casa, Madeleine y mamá son las que han absorbido la mayor parte de mi tiempo, no quiero que mi hermana mayor se sienta relegada.

- Pues desde que volviste, mucho mejor - me responde volteando a verme y luego prosigue - sabes nunca me percaté del valor que tenía todo lo que hacías por nosotras. Estos meses me han servido para reflexionar y para crecer un poco más... tuve que asumir un poco tu rol para evitar que mamá y Madeleine se desmoronasen por completo... - hace una pausa para poner su mano sobre mi hombro - y al final no todo fue tan malo.

- ¿A qué te refieres Sophie? - pregunto intrigada.

- Tu ausencia nos ayudó a unirnos más. Antes cada una de nosotras solía ir un poco por su lado, pues te teníamos de puente. Pero con tu desaparición todo cambió. Claro, al comienzo no fue fácil. Lidiar con los caprichos de Madeleine, la tristeza de mamá y mis ganas de estar sola eran una mezcla que solo podía garantizar una explosión nuclear - señala mientras hace una mueca.

- ¿Y cómo lo resolvieron? - consulto mientras juego nerviosa con mi cabello.

- Como dije, tuve que tomar tu rol. Me di cuenta que no podía seguir esperando que las cosas mejorasen por si solas. Tenía que prepararnos para lo peor - da un suspiro largo antes de seguir - que tal vez no volvieras. Así que me decidí a sacarnos, a todas, del limbo emocional en el que estábamos metidas.  

Víctima IndefensaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora