60. Rayo y Relámpago

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18:30 | Martes 5 de Noviembre de 2030

Hace apenas unos minutos Sophie se llevó a mi rubilinda a casa. Hoy ha logrado mantener la concentración con mucha más facilidad que antes. Me alegra mucho que esté tomando sus estudios tan en serio. He de agradecer los tips de Mágica, sobre todo el método veinticinco y cinco. Y vaya que Natasha se ha aplicado, durante el primer periodo solo se trabaja y se evita cualquier distracción, y cuando termina inmediatamente da inicio al más pequeño en el que puedes relajarte y hacer lo que quieras. No fue necesario ser adivina para saber lo que Natasha quería hacer... conmigo.

Nuestra relación empieza a ir más allá de lo superficial y eso me encanta. Pues durante el segundo periodo de descanso, mi rubia aprovechó el tiempo para hacerme preguntas personales mientras me abraza. En serio desea conocerme. Y en la medida de lo posible intento decir la verdad. Cuando toca el pasado intento hacer una mezcla de mi propia niñez y lo que recuerdo de mi prima. Es complicado, pero el brillo en sus ojos parece infinito cada vez que descubre algo que le agrada.

Me quedo tan pensativa, que no me percato  en qué momento Madeleine se ha parado en el marco de mi puerta. Tiene una mirada de felicidad que no le recuerdo. La invito a pasar.

- Cotton Candy ¿pasa algo? – consulto.

- Estoy feliz por ti – susurra – sé que te ha costado, pero ya te has adaptado a tu vida.

- Sí – farfullo – creo que lo he conseguido.

- Ella me agrada – dice mientras mira la foto de mi rubia que aparece en el protector de mi laptop.

- Pues qué bueno, porque la vas a ver mucho por aquí – sentencio.

- Natasha... - cavila – tiene suerte de tenerte.

- No Madeleine, yo soy la afortunada – señalo agradecida – ella me ama por quién soy y me procura afecto y cuidados que jamás conocí.

- ¿A qué te refieres? – me pregunta al tiempo que aguza la mirada.

- El amor de ella es más profundo y sincero de lo que imaginaba – balbuceo – Nati está dispuesta a hacerme feliz, a darme lo que necesito o mejor dicho lo que cree que necesito.

- ¿Y qué sería eso? – consulta mientras se sienta a mi lado.

- Ahora parece que quiere darme un amor de madre – farfullo.

- Pero tú ya tienes a mamá – responde confundida.

- Obvio, que sí, pero para Nati, mamá es mi tía – farfullo – y ella tiene la idea que mi actual forma de ser se debe a que trato de dejar de lado mi infancia por la muerte de nuestra tía, ósea mi madre.

- Vaya, no había pensado en eso – confiesa - ¿y qué piensas hacer?

- Para ella es importante conocer detalles de la joven Alma Wright, es decir como actuaba cuando era niña - explico.

- Y ¿Qué le vas a decir? – pregunta más para ella mientras juega con su cabello.

- La verdad es que estuve pensando en preguntarte – farfullo - ¿Cómo te sentías junto a mamá cuando eras más pequeña? ¿Cómo actuabas?

- Solo era feliz – titubea – hablaba de forma tierna e infantil, porque me lo permitían, me gustaba saber que cuidaban mucho de mí, que era su prioridad.

- No has dejado de serlo – le aclaro.

- Claro que sí – me asegura – ahora tú eres nuestra prioridad, pues aunque has aprendido mucho de ser una chica en estos meses, hay muchísimas cosas que te has saltado.

Víctima IndefensaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora