44. un nuevo comienzo.

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Corea del sur, hace 16 años.

Un pequeño jimin de tan sólo siete años se encontraba jugando solo en el jardín infantil. Sentía pena, debido a que sus padres después de la escuela siempre lo dejaban allí, ya que no tenían tiempo para encargarse de él.

No tenía amigos en ese lugar, a los demás pequeños del jardín les daba miedo jugar con él, por ser más grande.

No quería seguir así, era triste y aburrido, pero vio a un pequeño niñito, aproximadamente de cuatro años o menos pintando dibujitos solos.

Estaba nervioso, jamás había hablado con alguien excepto con sus tías del jardín. Tomó aire, lo meditó, cerró sus pequeñas manitos y agarrando una confianza inexistente, partió en dirección al niñito que tanto le llamaba la atención.

Según park jimin era la cosa más tierna que pudo existir alguna vez. Se sintió enojado por pensar así, no le podía llamar la atención un compañerito, era impensable que siquiera le gustara. Todos sus amiguitos de la escuela tenían novia, él era al único que no le llamaban en absoluto la atención las niñas y eso a la edad de siete años le preocupaba.

– hola.– saludo jimin al niño de hace un momento. Esté solo lo miró y sonrojandose, lo ignoró completamente.

Aún así jimin quería seguir intentando hablarle, siempre fue muy insistente.

– me llamo jimin ¿Y tú?.– el bello niñito de cabello negro y los ojos café más bonitos que vio jimin, no le contestó.

– creo que no hablas mucho... O tal vez yo te desagrado.– el tan solo pensar que al chiquillo bonito le desagradara su presencia, le hacía doler su pequeño pechito. le gustaba, pero prefería no molestarlo.

Así que más triste que antes, decidido a irse, se paró del suelo en el cual se hallaba sentado e intentó irse.

Intentó, ya que alguien lo había agarrado de su ropa.

Se giró y miró sonriente a la personita que lo sujetaba. Este no le hablo ni nada, solo con un asentimiento de cabeza le hizo saber que quería que estuviera con él. También le entregó una hoja de su cuaderno y lápices, invitando a que pintaran juntos.

Jimin emocionado se sentó nuevamente, pero en vez de dibujar o algo, se quedó observando al niño.

– y... ¿Cuántos años tienes?.– intentó entablar una conversación.

– tengo tes, apunto de cumplir cuato, soy un niño gande.– se digno a contestar el niñito. Jimin estaba demasiado enternecido, ya que al parecer, su pequeño amigo no sabía pronunciar bien las palabras.

– ¿Y tu nombre?.– jimin se llevó su dedo pulgar a la boca, esperando la respuesta.

– Jeon jungkook.– a jimin le pareció tan lindo el nombre, tanto como su dueño. ¿Estaba mal que a jimin le llamara tanto la atención el pequeño chico?.

– oh, bueno, jungkookie, ¿Quieres ser mi amigo? Podemos dibujar juntos y jugar.– Jungkook asintió sonriéndole, jimin pudo notar que sus pequeños dientes de al frente, lo hacían ver cómo a un conejito, como un lindo y bello conejito que quería proteger.

Pasaron la tarde entera jugando los dos solos, sin que nadie interrumpiera. más de una niña se había querido meter a conversar con Jungkook, cautivadas por su belleza, pero jimin rápidamente las alejaba, dejando para él solo a su amigo.

Y así pasaron días, los días en semanas, las semanas en meses.

Jungkook había cumplido cuatro años, Jimin se había enamorado de él.

El mall chino [KookMin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora