Capítulo 25

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—Mierda.

    Alice, dispuesta a acercarse, dio un paso, y él retrocedió.

     —Estoy bien —aseguró, mintiendo por supuesto—. Los dejo. —Posó sus ojos una última vez en ella, y después simplemente caminó hacia su vehículo...

      Bueno, lo intentó; Alice lo detuvo, sujetándole el brazo.

      —¿Cómo puedes decir que estás bien cuando estás sangrando?

      —¿Qué con eso? —La enfrentó, manteniéndose a centímetros del rostro ajeno—. No es algo que te incumba.

       Alice no alejó la vista de él, ni él de ella.

      —Eres un terco. —musitó.

     Abriendo la boca, dispuesto a responderle lo que pensaba, no esperaba que otra persona hablara. Sí, se había olvidado de la existencia del idiota.

      —No tenía idea de que se conocieran —interrumpió el idi- Julián, ganándose la mirada de ambos—. Hasta parece que fueran pareja; pero es obvio que no lo son. ¿Verdad, Alice?

      Y antes de que respondiera...

     Dylan cayó de rodillas. Su vista intermitentemente borrosa, su piel pálida, su respiración entrecortada.

      —Mierda, mierda —fue lo que susurró, parpadeando, tratando de ponerse de pie, tratando de no perder la conciencia.

     Ella rápidamente lo ayudó a levantarse. Siendo soporte para él.

      —Déjame, Alice —dijo en voz baja—. Estoy bien.

      Alice lo ignoró, y con esfuerzo, lo llevó hacia el auto; Sofía observando con pánico a su hermano mayor, que ahora no abría los ojos, y lucía casi tan blanco como el papel.

        Y Julián... Julián sólo miraba espectante.

       —Esto es mi culpa. —murmuró la menor casi entre sollozos, ayudándola a posicionar a Dylan en el asiento—. Debí obedecerle y-y...

       —No es tu culpa —aseguró Alice, tratando de tranquilizarla, casi cayéndose sobre quien yacía inconsciente—. No lo es. —Cerró la puerta seguidamente. Volteó, y posó sus ojos en su compañero de trabajo, que no se había movido de su lugar—. Nos vemos después.

      Julián frunció el ceño.

      —¿Te vas con... él?

     Mas ella no alcanzó a escucharlo; ya había arrancado. El vehículo avanzando rápidamente por las calles en una tarde del veinte-

🔸🔸🔸

      —... por eso aún, la herida no ha cerrado completamente.

     Alice asintió, atónita al recordar las palabras "herida de bala", dichas por el doctor hace unos instantes.

     —¿Señorita? —cuestiona éste, extrañado, ya pensando seriamente en si hacerle una revisión también.

     —Ah, sí. Dígame —Juega con sus manos sin darse cuenta. Dylan Ferrer. El ladrón que la salvó. El pensamiento de que tal vez sea la misma persona... latente en su cabeza.

      El hombre mayor suspiró al notar que no le prestaba atención, y volvió a repetir:

      —Dije que, hay que tener un excesivo cuidado con el paciente. Nada de movimientos bruscos, y es recomendable mucho reposo.

      —Entiendo. —dijo, recibiendo el documento por parte de éste.

      —Oh, otra cosa más.

      Alice lo miró. El doctor se acercó mucho más a ella y  dejando las formalidades, susurró:

      —No permitas que Dylan siga haciendo lo que hace, ¿sí? —Se alejó y sacó un cigarrillo de su bata—. Ya casi lo han matado en más de seis ocasiones, y de milagro es que ha sobrevivido enterito.

      Alice aún no se lo podía creer.

      —Ah, casi lo olvido también —posó sus ojos en ella—; no dejes que los idiotas de sus amigos vuelvan a poner una mano en esa herida —Negó con la cabeza—. Sé que trataron de ayudarlo, pero sinceramente su intento de curación fue un asco. En vez de salvarlo, estaban matándolo.

       Dicho ello, abrió la ventana, y comenzó a fumar cerca de ésta.

       —Nunca le había visto una novia oficial... —murmuró pensativo, recordando las muchas veces que su amigo había "huido", lo cual era un eufemismo, a las relaciones "amorosas", a las personas que querían más de él... A quienes lo querían de rodillas¹.

     Dylan Ferrer no se pondría de rodillas por nadie.

      —¿"Novia"?

      El hombre frunció el ceño ante su cuestión y la miró. No le gustaba esa mirada en sus ojos, oh no, no le gustaba nada.

      —Espera —dijo lentamente—, ¿no eres su novia?

      La reacción en ella fue su respuesta.

     —Maldición.

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¹ Hace referencia a la proposición de matrimonio.

💣
Este cap llegó rápido (debería haberlo hecho más rápido) por una persona que me comentó en mi perfil, toda divis, ow. Soy dÉbil, CÁLMENSE


—Лу★

El Error de Dylan Ferrer | Tomo 1&2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora