¡Ey! ¡Tú! ¡Hola, Soy Homicidal Bloody! Pero puedes llamarme Bloody.
Este libro contiene 200 capítulos completos y actualmente está en edición.
Y si tú crees que yo escribo algo cliché, créeme. No lo verás JAMÁS en mi libro, intenta darme un pedido c...
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—Nam, ¿has visto a Yoon? —Kristal se acercó al nombrado y este negó con la cabeza—Es muy raro, no está en su estudio.
—Quizá haya salido a comprar algo.
—No creo. Bueno, de todas formas gracias. —le sonrió y él asintió.
La castaña se preparó el saco de invierno y su bolso para salir de la empresa puesto que YoonGi le había pedido que fuera a su estudio a hacerle compañía, ya que aunque no lo dijera, a él le agrada la presencia de Kristal rondando por el lugar. Y tal vez sea porque ella es muy tranquila, o tal vez sea porque le gusta la chica.
Salió del establecimiento mientras hurgaba en su bolsillo dispuesta a buscar la llave de su motocicleta mientras en la otra estaba en búsqueda del contacto de YoonGi en su teléfono para llamarlo y preguntarle dónde estaba. Se llevó el celular a la oreja mientras pasaba una pierna por sobre el asiento para sentarse, esperando que su celular sea atendido, pues sonaba. Al séptimo pitido YoonGi contestó:—¿YoonGi? ¿Donde estas?
—Estoy llegando. ¿Tú agh d-dónde estás?
—Estoy fuera de la empresa. —colocó la llave en el encendedor—Yoon, ¿está todo bien?
—S-sí. Es que me caí de las escaleras y me dislo--
—¿QUE HICISTE QUÉ COSA?
—Homi, tranquila no me--
—¿POR DONDE ANDAS? —encendió la moto.
—Me estás asustando. Ah, mierda. Estoy a dos cuadras de llegar.
—Voy para allá.
A YoonGi ni siquiera le dió tiempo a contestar o acatar lo que Kristal le había dicho puesto a que le había terminado la conversación y pensando en cómo es ella en menos de dos minutos llega hasta donde está YoonGi, y en realidad no estaba a dos cuadras, estaba a unas diez cuadras de llegar. Por lo que cuando llegó hasta él lo miró con molestia sin embargo se apresuró para ayudarlo a subir a la motocicleta mientras sostenía la mano en la que él iba aferrado a su cintura para que YoonGi no sufra algún golpe o movimiento brusco que lo lastime más.
Kristal intentaba medir la velocidad mientras respetaba las leyes de tránsito al mismo tiempo su adrenalina para que YoonGi fuese atendido en un hospital y lo sanaran antes de que algo de un grado mayor le ocurriera.
Era muy normal en ella el instinto de protección pues no le gusta que sus seres queridos sufran algún daño o incluso si tocaba alguna situación en la que ella se vio involucrada rápidamente actuaba sin decir nada. Y en el caso de YoonGi con un brazo partido le daba un no sé qué.
Un doctor rápidamente los atendió a ambos para verificar que su brazo no era de un daño mayor al que se suponían así que con algunas ecografías confirmaron la sospecha, se había dislocado el hombro. El doctor preguntó el cómo sucedió y él respondió que había caído de las escaleras, sin embargo, Kristal lo observó fijamente dudando de la veracidad de sus palabras porque:
Izquierda verdad. Derecha mentira.
El doctor salió de la habitación con una enfermera para ir en busca de los preparativos para enyesar el hombro lastimado de YoonGi.
Kristal lo observó en su posición con los brazos cruzados delante de su pecho.—Ya dime. ¿Que hiciste?
—Caí de las escaleras.
Negó con la cabeza.—Puedes mentirle a tu madre, a la empresa, incluso a ti mismo para convercerte pero a mí no me engañas. Y yo sé que eso es mentira como decir que estabas a dos cuadras, ¿Que hiciste Min YoonGi?
YoonGi tragó en seco mientras la mirada de escáner de la contraría lo observaba intensamente. Bajó la vista al suelo.—Tuve un accidente automovilístico. —la miró y ella pareció entrar en un estado de shock—Sé lo sensible que eres ante el tema y no quería que te preocuparas. Ni nadie.
—Yoon... —ella se acercó para tomar las manos que reposaban sobre sus piernas con delicadeza. La mirada de Kristal ahora emanaba compasión—No tienes que mentir sobre tu estado. —«mira quien lo dice» se regañó—Preocuparme es uno de mis hábitos y más si se trata de ti. Para mi tú eres algo muy importante, no soporto la idea de perderte algún día. ¿Sabes?
—Te amo.
—¿Que?
—No. Nada. Olvídalo. —aclaró la garganta y desvío la mirada a sus manos unidas y luego la observó a ella elevando la vista lentamente hasta encontrarse con la sonrisa pequeña de ella.
«Te odio por ser tan tú. Kristal porque ni siquiera puedo odiarte».
~~~~~~~ Lo hi por IG y me llegó la inspiración. A mí me llega siempre leyendo frases o viendo vídeos v': O de la nada v': si lo sé, soy muy rara.
Ok, no se qué pasa con Wattpad pero no me sirve los gif >:'v
