¡Ey! ¡Tú! ¡Hola, Soy Homicidal Bloody! Pero puedes llamarme Bloody.
Este libro contiene 200 capítulos completos y actualmente está en edición.
Y si tú crees que yo escribo algo cliché, créeme. No lo verás JAMÁS en mi libro, intenta darme un pedido c...
YoonGi, como todos los días de la semana se limitaba a estar en aquel rincón alejado de sus compañeros de curso. Leyendo los libros de Historia que la profesora le había encomendado como tarea. Desvío su mirada sutilmente de su libro a una chica, morocha de cabello lacio a media espalda, labios rosados y ojos rasgados y negros como los de él. Esa chica le gustaba en cierta medida pero no sabía qué y cómo hacer para declararse.
Hasta que un día ella misma se acercó a él, con la excusa de un trabajo práctico. Prontamente se hicieron amigos cercanos y YoonGi logró declararse muy tímidamente a ella, quién aceptó sin embargo después de la frase: tú también me gustas que había sigo seguida de una sonrisa, se torció y miró al suelo.
—Debo irme a China, logré conseguir una beca... —lo miró tristemente—mis padres quieren que sea una gran doctora becada de una buena universidad. Qué tenga los mil y un títulos y el gran salario.
—¿Pero eso realmente es lo que quieres?
—No, yo... no sé.
—Entonces... Está bien, no tienes que estar presionada y ligada a mi. Estaré bien, no te preocupes.
—Prometo que voy a volver aquí y nos reuniremos en el parque del frente de tu casa. ¿Hecho? —extendió su dedo meñique a él.
La miró con incredulidad y luego suspiró.—Hecho.
⚘
—No tienes que venir conmigo, YoonGi. No me voy a perder.
—Vaya, recuerdo que me dijiste haberte perdido en un pueblo de dos mil habitantes.
—¡Oye, yo jamás me perdí! Me desorienté.
—Es lo mismo.
—Bueno señor diccionario con patas. —miró por la ventana. El autobús frenó en la parada y ella tomó su mochila.—Es aquí.
Se levantó de su asiento y YoonGi comenzó a seguir a su novia hasta bajar del vehículo público. Ella miró a todos lados con su mochila colgando en un hombro, con zapatillas negras de piso. Una camisa blanca de tela fina con un estampado de paz y amor en el centro de color negro y unos leggings azul oscuro con degrade en los muslo.
—Allá van. Vamos. —lo tomó de la mano y comenzó a arrastrarlo pues YoonGi cargaba con su pereza.
Habían ido a una convención de artefactos tecnológicos y nuevas tecnologías, la tecnología y los avances de la misma es lo que le encantaban a su novia.
Apenas pisaron aquel local, Kristal chilló emocionada mientras corría como loca a un puesto donde había un cachorro electrónico pequeño.—¡YoonGi ven!
