★ OS ⟨Forever⟩

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YoonGi la observaba desde la otra punta de la sala, notando como ella no dejaba de mirarlo a los ojos con una clara expresión de asombro mezclada con un dolor emocional que no podía explicar. Su ceño levemente fruncido mientras se sostenía de la silla del comedor, donde de sus ojos comenzaron a caer unas tantas lágrimas mientras YoonGi se abstenía de soltar las propias. Le dolía como el infierno ver a su chica llorar y que lamentablemente tenga que sufrir. Pero era algo que él ni nadie podía detener ni retroceder con una bomba del tiempo, porque era meramente imposible.

Ningún hombre puede escapar de esto.

Kristal caminó lentamente hasta él para acercarse para quedar frente a YoonGi, quien no dejaba de mirarla a los ojos del color verde pardo que tanto amaba ver y soñar vivir en ellos. Pero ahora estaban cubiertos de lágrimas y ahora, YoonGi estaba derramando las suyas.

Kristal levantó su mano temblorosa por el miedo en su sistema para afinar el rostro de él entre sus manos; algo que YoonGi hizo que suspirase soltando un poco de su angustia. Y entonces tragó saliva duramente mientras cerraba los ojos obligando que aquellas gotas de lágrimas comenzaran a caer por sus mejillas, chocando con las manos de Kristal quien se limitaba a acariciar sus pómulos con cariño y lentitud provocando que YoonGi memorizase el roce de sus manos en su rostro.

Kristal aspiró de su nariz y YoonGi abrió los ojos para observarla. Estaba empapada de sus propias lágrimas pero mantenía una sonrisa tan grande como amarga y llena de dolor.—Está bien. Es tu deber, Yoon-nie.

Entonces cayó al suelo de rodillas llevándose consigo a Kristal en el camino para abrazarla por completo, como si de pronto ella se desvaneciera en el aire como el polvo, o como si ella fuese el cristal más costoso del planeta y el más frágil; intentando protegerlo. Pero la verdad es que él estaba desmoronándose por dentro.

—No quiero ir. —murmuró con un pequeño hilo de voz mientras se ocultaba en el cuello de ella—No pensé que esto iba a pasarme cuando me fuera al ejército.

—Nunca sabes que pasará hasta que pasa, Yoon. —contestó ella y luego besó su cabello.—Es inevitable que te vayas y lo sabes, pero aún así voy a esperar hasta que vuelvas sano y salvo. —sonrió y comenzó a hacer caricias en su cabello mientras lloraba en silencio—Y entonces podremos estar juntos de nuevo—unió su mano libre con las suya—para ser felices, juntos.

—No, estoy tan acostumbrado a ti que no puedo... —entonces lloriqueó más fuerte evitándole seguir hablando.

—Estás acostumbrado a mi como yo a ti, pero aún así puedes imaginarme a tu lado, soñarme y pensarme como yo lo haré por ti. —lo tomó del mentón para verlo a los ojos por última vez—Y cada vez que te sientas mal o asustado sólo mira el cielo estrellado por las noches y recuerda nuestras estrellas favoritas, yo las miraré todas las noches para que sepas que no estás solo y ni la maldita distancia podría separarte de mi.

Y cuando ella estaba por partirse a llorar al ver a YoonGi en ese estado se apresuró para besarlo. Dejándole en claro que el amor que ambos tenían era tan puro e inocente, estaba tan forjado por ellos mismos que no había fuerza ninguna en el mundo ni en otro que la destruyera. Ni siquiera ellos podían hacerlo.

YoonGi llevó su mano a su rostro acariciando cara facción suya con ternura, aprendiéndose y guardando en su memoria la suavidad de su piel y su contacto con la suya. Al mismo tiempo que se aprendía el recorrido de sus labios unidos entre sí lleno de amor y pasión por los dos. Sintiendo la hermosa textura que tienen sus labios tocando los suyos, notando como estos abrazaban su boca.

Esos labios que YoonGi tanto amaba besar y observar. Su forma, su curvatura, su color, sus movimientos al hablar seguidos de la bella voz de ella regañándolo, riéndose, o simplemente hablando. La forma que adquirían sus labios cuando sonreía, cuando sonreía de forma característica y sólo él tenía la oportunidad de ver y presenciar; una sonrisa pequeña, tímida y al mismo tiempo sincera y cargada de amor que él podía ver cuándo le contaba su día a día, sus logros o anécdotas del viaje con sus amigos.

O sus ojos. Esos hermosos ojos del color del césped recién regado por una leve y delicada lluvia de verano en la mañana de algún castillo de película, con esa preciosa forma típica Occidental que la hacia tan distinta a las demás chicas del lugar. Sus pequeñas castañas que él adoraba por su tamaño y forma, YoonGi apreciaba sutilmente sus ojos cuando estaba de perfil. La expresión de sus ojos cuando ella estaba llena de felicidad cuando lo veía a él sonriendo, o sus ojos comprensivos cuando él se notaba triste. Su mirada de preocupación cada vez que estaba en su estudio. O la mirada de sus ojos regañantes cuando cometía un error—como usar algo recién lavado—. O su hermosa y encantadora mirada cargada de sarcasmo que molestaba a cualquier persona y al mismo tiempo defendía a los demás.

Se separó del beso de ella y aún, ambos, con los ojos cerrados disfrutando del contacto entre ellos; unieron sus frentes mientras sus narices eran las encargadas de sus caricias ahora. Sabiendo claramente que aunque esté fuera el último momento entre los dos, no iba a ser final de ellos.

YoonGi la buscaría por mar y tierra para encontrarla nuevamente.
Y ella usaría todos los recursos a su disposición para encontrarlo a él y le iba a importar una mierda si debía vender su alma a una secta religiosa para dar con él.

Porque a ninguno de los dedos los podrían detener.

—Te amo. —murmuró él y besó fugazmente sus labios—Jamás olvides eso.

Ella río amarga.—No podría olvidarte nunca, no ahora, ni mañana, ni en otra vida. Porque tú eres mi vida.










 

 
 

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teNGO UN SERIO PROBLEMA
CON ESCRIBIR SADNESS
UNO MUY GRANDE OC

Ayuda tengo que escribir dos One-shots a base de canciones y tengo pensado juntarlo con otro pedido

Cuando a Bloody le llega la inspiración, eS QUE LE LLEGA

-Homicidal_Bloody

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