P.O.V. NATALIA
La clase de los Javis acabó, me lo había pasado realmente bien, había incluso olvidado la conversación que unas horas antes había acabado en pelea con mi novio.
Durante esa hora y media que había durado la clase, me había fijado repetidas veces en ella, en Alba. Tenía algo que me hacía estar feliz solo con mirarla. Su risa, por otro lado, era tan sincera que podría escucharla repetidas veces sin cansarme. Su manera de sacar la lengua al concentrarse y cada gesto que mostraba, la convertían en una persona que a simple vista derrochaba personalidad y vida.
- Chicos! - Gritó Dave, sacándome de mis pensamientos. - Mi padre tiene el bar cerrado hoy, si os apetece le puedo pedir que nos deje estar dentro y tomarnos algo!
Todos aceptamos la propuesta, obviamente, y nos dirigimos andando hacia el bar. A medio camino, alguien me dió un toque en el hombro, me giré, sorprendida y al ver a María, la chica rubia de pelo largo amiga de Alba, dejé de hablar con Miki y le di mi atención.
- Natalia, verdad? Yo soy María, pero creo que ya nos conocemos - Dijo, casi a carrerilla, sacándome una sonrisa.
- Sí, encantada. - Respondí - Gracias por lo de esta mañana, por indicarme donde estaba la tienda de música.
- Nada mujer... Ya ves tu... - Se quedo mirándome unos segundos, mientras andábamos. - Te quería comentar algo.
- Claro, dime.
- Has dicho que estás viviendo sola y que te mudaste ayer, verdad?
- Si - Respondí intrigada.
- Muy bien, pues supongo que no conoces la ciudad. Da la casualidad, como ya debes saber, que Alba, la rubita, también es nueva por aquí. Quería proponerte irnos de ruta mañana, las tres, y así os enseño todo esto.
- Pues... Perfecto, muchas gracias, me haces un favor, la verdad - Respondí contenta y confundida por la propuesta. - Si quieres luego os doy mi número de teléfono, así lo hablamos.
- Perfecto.
En ese preciso momento Dave, que iba el primero, paró en frente de un bar con la reja puesta, y nos indicó que ya habíamos llegado. Sacó del bolsillo unas llaves y abrió la reja, dejándonos pasar y cerrándola a nuestra espalda.
Era un bar acogedor, con mesas y una zona de sofàs con cojines, en el local también había mesas de billar y futbolines.
Nos dirigimos a los sofás, y nos sentamos en círculo mientras Dave nos repartía cervezas para todos.
Me dirigí para sentarme, y me fijé en que solo quedaban dos sitios libres: Entre Miki y Carlos o entre Alba y Marta. Miré los dos sitios, pero al fijarme en el segundo unos ojos color miel se posaron en mi, acompañados de una sonrisa entreabierta. La miré, y nuestros ojos conectaron. Miré el agujero que había a su lado, preguntándole con la mirada si me podía sentar, y ella amplió su sonrisa y afirmó con su cabeza, mirando también al hueco que se había formado a su lado.Dejé la guitarra en una mesa, y me dirigí a sentarme junto a Alba.
P.O.V. ALBA
Vi a Natalia sin saber donde sentarse, y me hizo gracia, parecía una niña pequeña el primer día de clases, ya que aunque no lo pareciera para nada, me había dado cuenta de que era bastante vergonzosa.
Me miró y yo le sonreí cómplice, indicando con la mirada que se podía sentar junto a mi. Dejó la guitarra en una mesa y se acercó, jugando con sus dedos.
- Hola - Le dije con una sonrisa.
- Hola - Me respondió de la misma forma, mientras se sentaba a mi lado.
- Encontraste bien la tienda esta mañana?
- Si, muchísimas gracias, en serio... No sabía a quien preguntar...
- Gracias a ti por el fuego - Dije, dejándola pensando en que me refería
- Ah! De nada - Dijo, al recordar que me había encendido el cigarro. - Ya te dije que esperaba volver a coincidir... Que casualidad, míranos ahora.
Le miré a los ojos, y ella me correspondió, y sonreímos.
- Chicos! - Gritó Noelia, interrumpiéndonos - Jugamos al yo nunca?
Todos aceptamos y nos contó las normas del juego, mientras Dave sacaba de la barra del bar dos botellas de whisky, y nos repartía vasos. Empezamos a jugar, y María empezó preguntando.
- Yo nunca... Me he tirado a alguien de mi mismo sexo - Dijo, mirando hacia donde me encontraba yo.
Cogí el vaso, y le di un trago, bajo la mirada de Natalia, que mostró una pequeña sonrisa y bebió también de su vaso.
- Yo nunca intentaría ligar con alguien de este grupo porque me ha creado intriga o me ha atraído - Gritó África.
Unos cuantos bebieron. De reojo miré a Natalia, que disimuladamente cogió su vaso y bebió. Todos nos quedamos en silencio, con la intriga de saber con quién ligarían los que habían bebido y esperando por si alguien mas bebía. Cogí el vaso y le di un trago.
Para que mentirme? Natalia me atraía, y mucho. Era esa clase de personas que no sabes que tienen pero que te atrapan. Des de que la vi por primera vez, esa mañana en aquel bar, había pensado en ella repetidas veces, incluso tenía un dibujo de ella guardado en la mesita de noche.
Los chicos empezaron a murmurar, dando sus teorías y creando sus propios shippeos, aunque nadie de los que habíamos bebido dijera con quién ligaría.
- Yo nunca... Me he liado con mas de dos en una noche - Gritó Damion.
La mayoría bebieron, pero ni Natalia ni yo lo hicimos. Eso me gustó, aunque no sabía por que.
Salieron unas cinco preguntas más, en las cuales tuve que beber 3 veces y Natalia 4. Empezaba a notar el alcohol, y aunque siempre me había sabido controlar me hacía ser menos vergonzosa.
- Alba... - Dijo una voz a mi lado, casi susurrando - Te vienes a fuera a fumar?
Natalia me miraba a los ojos, con cierta necesidad de salir de allí. Yo supuse que se había agobiado por el ruido y los gritos, y que entre eso, el alcohol y el día intenso que habíamos tenido, se empezaba a encontrar mal. Acepté salir del bar con ella.
- Estás bien? - Dije encendiendo mi cigarrillo una vez fuera.
- Si, tranquila... Gracias por acompañarme fuera.
La miré y le sonreí, y ella hizo lo mismo, mientras le daba una calada al cigarro. Que sexy estaba fumando, pensé mientras la miraba, pero desvié mi vista y sacudí la cabeza, no estaba en condiciones y no quería cagarla.
Ella me miró, con una sonrisa ante mi gesto, aunque no supiese que lo había producido.- Vas bien? - Me preguntó, mientras se reía de mi.
- Voy contenta... He ido mejor, la verdad. - Dije riéndome - Y tu?
- Creo que voy igual.
- Pues perfecto.
Nos miramos, y tras dos segundos de silencio empezamos a reír de la situación. Un teléfono vibró, interrumpiéndonos. Era el de Natalia.
Lo cogió, y la sonrisa se borró de su cara, mientras susurraba un "mierda". La miré preocupada, pero ella se separó un paso de la pared en la que estábamos apoyadas y respondió.
- Hola - Dijo cortante - Mikel, si me has llamado para volver a pelearte conmigo ya puedes colgar.
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Stupid Love Song ~ Albalia
FanfictionEn medio de una gran ciudad, una escuela de música y dos mudanzas. Dos voces y una mirada. Esos ojos, esa sonrisa. Otra canción de amor sin rumbo que inicia en sus labios. Un huracán.