Capítulo 16

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P.O.V. ALBA

Las clases acabaron, me había tocado con Mamen a primera hora, y al ver mi preocupación a la hora de cantar me había preguntado que si estaba bien, así que le tuve que contar lo que me pasaba. Ella me dijo que era normal si no estaba acostumbrada a cantar en frente de gente, pero que en unas clases lo superaría. También me dijo que "mi voz era una locura", yo le dije que no era cierto, pero me ayudó a perder un poco el miedo, ya que ella era una gran profesional y era de las que mejor podían opinar sobre cualquier voz. A segunda hora había tenido a Vicky, era ella la profesora de baile. Me había llevado muy bien con los profesores y con Noelia, y eso me daba tranquilidad, ya que tendría que trabajar junto a ella un mes entero.

Salí de la academia, y en la acera de enfrente me encontré a María y a Nat hablando, mientras Nat fumaba. Me acerqué a ellas y me recibieron con una sonrisa, aunque la de María acompañaba a sus ojos entrecerrados que nos miraban a Natalia y a mi.

Natalia se apresuró a ofrecerme un cigarro, y yo lo acepté. Me lo puse entre los labios y ella se acercó para encendérmelo con una media sonrisa. Repetimos la escena del banco del día en que nos conocimos, aunque ahora ya sabíamos quien era la otra. María amplió su sonrisa, cosa que hizo que nos separásemos por instinto. Ambas nos sorprendimos de nuestra reacción, aunque probablemente estábamos empezando a entender a nuestros sentimientos, el huracán estaba a la vuelta de la esquina, aunque no supiésemos que era recíproco.

María se alejó riendo, ya que Marta y África la esperaban para hacer algo que nos dijo antes de marchar, aunque estábamos tan sumergidas en nuestros pensamientos que no nos dimos cuenta.

Tras unos segundos la miré, ella seguía mirando al suelo, así que me acerqué un poco a ella y llamé su atención.

- Como ha ido? - Le pregunté, sin dejar de mirarla.

Ella subió su cabeza y me miró a los ojos. Estábamos más cerca de lo que pensaba, pero no me moví, y ella tampoco.

- Muy bien... Famous es un amor de persona, y los profesores súper guais. I tu?

- Mejor de lo que pensaba, la verdad. Noelia también es majísima. Me encantaría que nos tocase juntas alguna vez - Me atreví a decirle, sin dejar de mirar a sus ojos.

- A mi también... Sería un mes de 10, la verdad.

No dejé de mirarle a los ojos, y sonreímos. Ella bajó la mirada al suelo, pensativa. De repente, sin darme tiempo a preguntar que le preocupaba, se nos acercó una chica morena con una coleta y los ojos muy verdes. No la había visto nunca, y supe que Natalia tampoco por la cara de sorprendida que mostró.

- Hola... Perdonad... Trabajo en un bar de por aquí, y mi jefe me ha dicho que viniese aquí a hablar con vosotras.

- Con nosotras? - Preguntó Nat, totalmente desconcertada.

- Éstas sois vosotras, verdad? - Dijo, sacando el móvil y enseñándonos un vídeo.

Yo abrí mucho los ojos, me puse roja y cogí la mano de Nat. Cuando me di cuenta de lo que nos estaba enseñando no daba crédito. Éramos nosotras cantando, alguien nos había grabado en el bar, y al transcurrir el vídeo vimos que también en la calle. Lo más sorprendente era la cifra de likes y visualizaciones que había tenido el video. Sin pedir permiso de la chica, ya que estábamos impactadas, me dirigí hacia los comentarios del vídeo. Todos eran buenos, no había ninguno que no nos alagara, y me di cuenta de que habían descubierto nuestra identidad, ya que habían comentado nuestros nombres de Instagram.

- Os busqué por Instagram - Admitió la chica - Y a través de internet me di cuenta de que las dos pertenecíais a esta academia. Miré el horario y supuse que estaríais aquí. Mi jefe es también mi padre, y estaba entre el público cuando cantasteis en la calle. Llevamos meses buscando a alguien que cante en su bar, y queríamos ofreceros el empleo.

Nat no dijo nada. Conocía mi miedo, y se sentía mal por haberme convencido de cantar las dos veces, lo podía ver en sus ojos. Miró a la chica con una sonrisa, ella nos miraba confundida. Nos dio un teléfono y una dirección escrita en una pequeña hoja y se fue.

- Alba... Yo... Lo siento... El video... Yo... - Dijo, sin saber como arreglar la situación.

Me puse en frente de ella, aun sin reaccionar. Le miré a los ojos y empecé a sonreír como nunca lo había hecho. Se sorprendió ante mi reacción, pero también sonrió sin saber porque.

- Nat, me estas pidiendo perdón? Tu estas loca? Llevo desde que llegué buscando trabajo.

- Ya... Pero el video... La gente ya sabe quien eres y te ha escuchado cantar.

- Pero tu has visto todos los likes? Y los comentarios? Nat tia, que lo has vuelto a hacer.

- El que?

- Solucionarme la vida.

Soltó el aire que tenía retenido, mientras sonreía ampliamente. Le abracé eufórica.

- Entonces no estas enfadada? - Me preguntó.

- Como voy a estar enfadada contigo?

Nos separamos, quedando de nuevo a escasos centímetros. Me acerqué un poco a ella. La iba a besar. Pero no estaba segura de que fuese el momento, así que volví a retroceder, intentando disimular mientras mi sonrisa disminuía sin darme cuenta. Ella me miró, se había dado cuenta de mi gesto, pero aun así no parecía sorprendida. Sus ojos me dejaron entender que pensaba lo mismo que yo, ya que suspiró y miró mis labios sin disimular, volviendo a mirar a mis ojos negando levemente con la cabeza.

Se me acercó, y yo me asusté, pero me volvió a abrazar. Acercó su boca a mi oreja, hizo el intento de susurrarme algo, pero recapacitó y decidió no decirme nada. Se separó de mi, y acercó su mano a mi mejilla, acariciándola levemente con sus dedos.

- Necesitas tu mas ese trabajo que yo - Dijo, rompiendo el silencio.

- Eso no importa, nos quieren a las dos.

- Si solo vas tu ganaras mas que si vamos las dos, ya que tendrás mas horas de trabajo.

- Nat

- Yo ya gano dinero cantando en la calle, y tengo bastantes ahorros.

La miré, tenía razón, como siempre. Sonreí, y ella entendió que me había convencido.

- Pero con una condición. - Le dije.

- Te encantan las condiciones. Dime.

- Cantaras conmigo de vez en cuando.

- Si nos dejan trato hecho.

- Han hecho de CSI para encontrarnos, dudo que pongan muchos inconvenientes.

- Tienes razón.

Nos separamos, pero seguíamos estando en la cabeza de la otra.

Natalia me volvía loca, no puedo describirlo mejor. Nunca me había pasado con nadie, y ese día lo acepté, dejé de mentirme. Me estaba enamorando de ella, perdidamente. Pero me daba miedo lo que ella pensaba de mi, nunca se había mostrado distante conmigo, de hecho todo lo contrario, pero acababa de pasar por una ruptura y aún nos teníamos que contar muchas cosas. Tampoco quería que nuestra amistad, si se puede llamar así, ya que ella y yo nunca fuimos solo amigas, se viese afectada si ella no me correspondía.

Fuimos andando hacia nuestras casas, nos despedimos a mitad de camino, ya que la suya estaba mas cerca y yo llegué a la mía. María no estaba, cosa que agradecí, ya que puse el caballete en medio del salón, me vestí con ropa que se podía ensuciar y empecé a pintar sobre el lienzo.

Dibujé dos gatos, uno negro y el otro blanco, que se miraban a los ojos encima del tejado de una casa cualquiera, en el cuadro era de noche, una noche llena de estrellas. Era un cuadro grande. No quise dejarlo en el salón por si María lo veía y entendía a quien representaban los gatos, así que lo entré en mi habitación y lo dejé escondido bajo la cama para que se secase. Y entonces lo recordé. Abrí la mesita de noche y del fondo del cajón saqué el retrato que le hice al verla en aquel bar, lo miré y lo volví a guardar, esta vez en una libreta en la que guardaba mis dibujos.

Me tumbé en la cama, ya que me había dado cuenta de que era bastante tarde, y aunque no había cenado, el sueño me venció.

Stupid Love Song ~ Albalia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora