Capítulo 23

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P.O.V. NATALIA

Estábamos los dieciséis ya en la academia para hacer la clase grupal con los Javis. Aún faltaban quince minutos para la hora en la que empezaba. Marta se me acercó, cogiéndome del brazo y apartándome del grupo.

- Oye - Me dijo - Como va lo tuyo con Alba?

- De maravilla - Le respondí, riéndome.

- Como que de maravilla? A caso a pasado algo y no me lo has contado?

- Te prometo que te lo iba a contar cuanto antes. El otro día vino a mi casa a traerme el desayuno y nos besamos.

- Que me cuentas! - Gritó, haciendo que la mayoría se giraran para mirarnos. Le tapé la boca con la mano y les sonreí nerviosa. Todos se volvieron a girar menos Alba, que me miró, se rascó la cabeza con la mano y volvió a darnos la espalda.

- Marta tío, lo llego a saber y no te cuento nada. - Le susurré.

- Lo siento, ha sido la emoción del momento.

La miré a los ojos y empecé a reír.

- Oye, creo que debería hablar con Alba...

- Claro, claro. Me voy.

Marta se acercó al grupo, y como si Alba me hubiese leído la mente se giró y me miró. Le indiqué con la cabeza que si quería acompañarme fuera, y ella aceptó. Salimos y me encendí un cigarro, le ofrecí uno pero me lo negó.

- Oye, te pasa algo? - Le pregunté.

- No... Solo que últimamente hay cosas que no se me quitan de la cabeza, y me hago mis paranoias.

- Si quieres contármelo...

- Son tonterías.

- Nada que te haga preocuparte es una tontería, Rubia - Dije, imitando lo que me había dicho una semana atrás. Sonrió al darse cuenta.

- Llevamos sin hablar una semana... Des de que...

- Des de que nos besamos.

- Exacto.

- Eso es lo que te preocupa?

Me miró a los ojos y bajó su vista al suelo.

- Te arrepientes? - Dije, notando como el corazón se me paraba por un segundo, preocupada.

- Que? No! No me arrepiento - Respondió, mirándome a los ojos con una media sonrisa poniéndose roja. Yo me relajé y le sonreí. - Lo que me preocupa es lo que piensas tu.

- Yo no me arrepiento en absoluto, Alba.

Me miró a los ojos y me sonrió, una lágrima cayó por su mejilla y yo me acerqué rápidamente a ella lanzando el cigarro al suelo.

- Oye, Alba, que te pasa? - Le dije, con un tono dulce mientras le secaba la mejilla con el dedo.

- Pensaba que me había cargado nuestra amistad, llevo toda la semana pensándolo.

- No vuelvas a pensar en eso porque no es verdad.

Me acerqué a ella y le di un abrazo, noté como empezaba a llorar entre mis brazos. Se había comido la cabeza durante toda la semana, ¿Porque era tan insegura a veces? Si supiese lo mucho que deseaba que me besara des de hacía semanas. Se calmó, pero no dejó de abrazarme, y yo hice lo mismo, me quedé allí, entre su aroma de vainilla.

Nos separamos, puse mi mano en su mejilla y la acaricié con los dedos lentamente. Ella me miraba a los ojos, como intentando leerme. Yo miré esos ojos color miel y sonreí.

- M-me das un beso? - Me preguntó. En ese momento yo me desarmé, caí rendida a sus pies.

- Todos los que quieras - Le susurré.

Me acerqué a ella y dejé un beso tierno en sus labios, mientras cerraba los ojos. Nos separamos y me sonrió tímidamente, yo me reí ante su reacción y me volvió a abrazar.

- Interrumpimos algo? - Dijo una voz a nuestra espalda.

Nos giramos a la vez y vimos a los Javis con una sonrisa mirándonos.

- Que? No... Nosotras... - Dijo Alba, nerviosa, cosa que me provocó una carcajada mientras ella enrojecía.

- Lo sentimos chicas pero tenemos que empezar la clase.

- Claro - Dije, pasando mi brazo por los hombros de Alba.

- Puedo ir al baño antes? - Preguntó ésta.

- Si - Dijo Javier C. fijándose en que Alba tenía los ojos rojos y húmedos - Estás bien?

- Si, si, no os preocupéis, me he estresado por una cosa, pero ahora ya está solucionado - Dijo. Me miró a los ojos y sonrió.

- Puedo ir yo también al baño? - Pregunté.

- Claro, pero no tardéis que empieza la clase.

Entramos en la academia los cuatro, y Alba y yo nos dirigimos al baño. Una vez allí la observé mientras se lavaba la cara. Se miró al espejo al acabar de secarse y yo me acerqué a ella, dándole un abrazo por la espalda, apoyando mi cabeza en su hombro. Ella entrelazó sus dedos con los mios, que estaban en su barriga.

- Prométeme algo - Le dije, mirándola por el espejo. - Si hay algo que te preocupe y tenga que ver conmigo me lo vas a contar, sin importar lo que sea. Y si no tiene que ver conmigo quiero que sepas que estaré aquí para lo que haga falta, entendido? Yo te prometo que lo haré.

- Te lo prometo - Respondió, mostrando una pequeña sonrisa mientras nos miraba en el espejo.

Dejé un beso en su cuello, separandome de ella y provocándole un escalofrío. Me reí y ella me dió un golpe suave en el brazo.

Volvimos a la sala grande, dónde todos nos miraron al entrar, ya preparados para empezar la clase. Alba se sentó al lado de María y yo al lado de Miki. Pude ver como María le preguntaba a Alba si todo iba bien, y ella le respondía que si con la cabeza. Sonreí, volviendo a mirar a los profesores, que explicaban en que consistiría la clase de hoy.

La clase acabó y yo me apresuré a acercarme a Alba antes de que se fuese. La encontré con María ya en la puerta.

- Vais para casa? - Les dije.

- Si, vienes con nosotras? - Me preguntó Alba.

Asentí con la cabeza y empezamos a andar.

- Había pensado que estaría guay hacer una fiesta los dieciséis - Dije, a medio camino.

- Si! - Gritó María, provocando nuestra risa - Tengo un amigo que tiene un local a media hora de aquí, si se lo pido seguro que nos lo deja.

- Por mi perfecto - Añadió Alba - Tengo ganas de beber.

- Madre mia que peligro tu borracha - Dijo María - Me la controlaràs, no, Natalia?

- Y porque yo? - Dije riendo

- Porque probablemente solo te haga caso a ti si va mal.

- A ver quien va a tener que controlar a quien! - Dijo Alba, dándole un pequeño empujón a María, que empezó a reír.

Llegué a casa y lo propuse por el grupo en el que estábamos todos. La mayoría respondieron diciendo que si que podrían venir, y decidieron celebrarla un sábado por la noche. Alba trabajaba ese día de 20:00 a 00:00, así que me apresuré a preguntarle que le parecía por el WhatsApp privado.

- Alba, están diciendo de quedar el sábado, y tú ese día trabajas...

- Ya... No se si podré venir Nat.

- Como que no? Tienes que venir si o si, sin ti la fiesta no será igual.

- Bueno... Hablaré con el jefe, aver que me dice, vale? Lo intentaré.

- Perfecto Rubita ;)

- :)

Stupid Love Song ~ Albalia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora