Eran las 16.20, Alba nunca había estado tan nerviosa, en 25 minutos tenía que salir de casa, y aún no sabía ni que ponerse ni como presentarse ahí. María notó su pequeño ataque de ansiedad, y se acercó a ella para intentar tranquilizarla.
- A ver, Reche, que te pasa? - Dijo María, riéndose.
- María, esta situación no da risa. Soy un cuadro de persona, no lo ves? Que me pongo?
- Alba, yo soy un cuadro, tu no, tu los pintas, y por cierto, molan un huevo. Tienes muchísima ropa que está muy guay, déjame ver.- Dijo María, rebuscando en el armario de su amiga. - Mira, tu te pones esta camiseta de tirantes blanca, con los pantalones esos tejanos anchos, te recoges el pelo en una coleta y te pones una cinta de pelo. Y preciosa. Aunque aún no entiendo porque no puedes ir vestida con la ropa que llevabas esta mañana, la verdad.
- Vale, me pongo esto, pero tu como vas a ir?
- Yo? Pues como esta mañana, ya te lo he dicho. - Dijo, mientras Alba se recogía el pelo- Tía! Estás rapada! Con esto ligas un huevo con las tías eh, ya te lo digo yo, es super sexy!
- Pero que dices María? Estas obsesionada eh - Dijo Alba soltando una carcajada, ya más tranquila.
- A ver a quien nos encontramos en la academia... A ti te va todo o solo las chicas? - Alba la miró con cara sorprendida - Ya te he dicho que en esta casa se habla de todo.
- Soy bisexual, ya te conté que hace unos meses tenía novio, pero creo que me van más las tías, la verdad.
- Perfecto, igual que yo, ya parecemos hasta gemelas. Las dos rubias, guapas y medio bolleras, esto es una fantasía.
Alba empezó a reír, mientras se vestía, por la reflexión de María, en solo dos días habían cogido mucha confianza, parecía que se conociesen de toda la vida, y eso les encantaba a las dos.
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Natalia estaba muy nerviosa, le gustaba mucho la ropa que llevaba puesta, así que lo único que hizo fue soltarse el pelo y repasarse el maquillaje de los ojos. Su móvil empezó a vibrar, y su pantalla le indicó que era Mikel, su novio, quien la llamaba.
- Hola Mikel.- Respondió Natalia.
- Hola. - Respondió el novio seco.
- Que te pasa?
- Nada, que me va a pasar? Mi novia no me habla des de que se fue a Madrid, pero no me pasa nada.
- Oye, no puedes ponerte así, tu tampoco te has preocupado por mi. Soy yo la que está sola en un sitio que no conoce, sabes? Podrías haberme mandado un mensaje si tanto querías hablar conmigo.
- Estás ahí porque tu quieres, nadie te obligó. Yo ya te dije mi opinión.
- Sí, estoy aquí porque quiero, y no me hace falta que nadie me diga que es lo correcto, sabes? Se que no querías que viniese, pero quien lo estaba pasando mal ahí era yo, y tu no hacías nada.
- No era para tanto, solo era no hacerles caso.
- Pero como quieres que no les haga caso? Si hasta me dejaban cartas en casa para meterse conmigo? Pero claro, no es para tanto, tu aún sales de fiesta con ellos.
- Son mis amigos desde antes de que tu y yo empezáramos a salir, Natalia.
- Pues vaya mierda de amigos, la verdad.
- Te estas pasando.
- Me da igual.
Y colgó, siempre que hablaban acababan discutiendo por lo mismo, y Natalia no lograba entender porque su novio nunca entraba en razón. Esos chicos eran unos imbéciles, le hacían la vida imposible a Natalia, y aún así su novio nunca les dijo nada al respecto. A Natalia ya no le salía ni llorar por esa situación, solo sentía rabia en su interior.
Se dio cuenta de que ya eran las 16.40. Mierda. Iba a llegar tarde, no podía ser. Cogió la funda de la guitarra, metió la guitarra dentro y todo lo necesario (las llaves, la libreta, el monedero...) en el bolsillo. Cogió el móvil y salió de casa, dirección a la academia.
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Ya era la hora, Alba y María salieron de casa, iban con tiempo, así que no se preocuparon en ir rápido. Llegaron a la academia a las 16.55, aún faltaban cinco minutos. Solo habían llegado cuatro personas a parte de ellas dos, aunque como no sabían si formaban parte de los 16 no hablaron entre ellos.
Alba estaba muy nerviosa, y María estaba muy contenta, era el primer año que tendría las clases gratis y con ese nivel, los años de esfuerzo habían merecido la pena. Iban llegando más chicos y chicas, algunos en grupos y otros solos. Les indicaron que entraran en la sala donde habían hecho el casting, y cuando faltaba un minuto para las cinco en punto Noemí Galera, con el micrófono en mano, empezó a hablar.
- Hola chicos! Gracias por venir! Esto es muy importante para mi, y quiero que sepáis que aquí venís a trabajar. Ahora voy a decir vuestros nombres y os iré dando dos camisetas con el nombre escrito, para facilitarle el trabajo a los profesores las primeras semanas, de acuerdo?
Todos afirmaron a la vez, y Noemí empezó.
- María Villar. - María se levantó, le dio dos besos a Noemí, cogió las camisetas y volvió a sentarse.
Noemí iba diciendo los nombres de todos aunque Alba no conseguía quedarse con ninguno.
- Marta Sánchez - Dijo Noemí, a todos les sorprendió que la chica se llamara igual que la cantante famosa - Alba Reche.
Alba se levantó, se dirigió hacia Noemí y le dio dos besos, cogiendo las camisetas.
Antes de que se pudiese sentar, la puerta de la sala se abrió, y entró una chica con un mono granate, el pelo corto, negro y con flequillo y una guitarra colgada en la espalda.
- Lo siento - Dijo Natalia, poniéndose roja y callándose de inmediato al ver a la rubia de pie mirándola con los ojos muy abiertos.
- No pasa nada por hoy - Dijo Noemí - Siéntate y cuando diga tu nombre te levantas y te doy dos camisetas con tu nombre, vale?
- Vale, lo siento - Repitió Natalia, causando la risa simpática de algunos de los compañeros.
- Alba, ya te puedes sentar - Dijo Noemí, sacando a Alba del trance en el que había entrado. Ésta se puso roja y se fue sentar al lado de María.
Natalia no se lo podía creer, esa chica, la de los ojos de color miel, estaba en su misma clase de canto, y ya sabía su nombre: Alba. Se sentó sola en un lado de la sala, aunque no lo pareciera siempre había sido muy tímida, y esperó a que Noemí dijera su nombre.
- Natalia Lacunza - Dijo Noemí.
Natalia se levantó, y cuando Alba se dio cuenta le siguió con la mirada. Se llamaba Natalia, ahora ya lo sabía, esto iba de bien a mejor. Miró a María, y esta la miró con cara de felicidad.
- Nunca te han dicho que tienes mucha suerte? - Le dijo María a Alba. - Tienes que aprender a aprovecharla.
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Stupid Love Song ~ Albalia
FanfikceEn medio de una gran ciudad, una escuela de música y dos mudanzas. Dos voces y una mirada. Esos ojos, esa sonrisa. Otra canción de amor sin rumbo que inicia en sus labios. Un huracán.