Capítulo 21

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P.O.V. NATALIA

Era Domingo, había terminado la segunda semana de clases en la academia. La verdad es que me llevaba genial con todos los compañeros y profesores, y la canción que nos había tocado a Famous y a mi nos encantaba.

Estaba aún en la cama, me acababa de despertar, y estaba revisando el móvil. Había ganado bastantes seguidores en Instagram des de que alguien colgó el video de Alba y yo cantando, cosa que me gustaba, ya que tenía mucho cuidado en que mi Instagram fuese bonito y en que expresase realmente quien era. De repente una llamada interrumpió en mi pantalla. Era de Alba.

- Rubia?- Pregunté, extrañada por la hora en la que estaba llamando.

- Perfecto - Y colgó.

- Hola? Alba? Estas ahí?

Nadie contestó. Iba a mandarle un WhatsApp para preguntarle que había pasado, pero escuché como alguien llamaba al timbre de casa, así que me levanté, cogí una sudadera con cremallera que me iba bastante grande y me dirigí a abrir la puerta, no sin antes mirarme rápidamente en el espejo que tenía en la entrada de casa.

Abrí la puerta y me encontré con una rubia que sonreía ampliamente al ver mi cara desconcertada de recién levantada.

- Alba, que coño haces aquí? - Le pregunté, riendo sin entender la situación.

- Te he traído el desayuno - Me enseñó un pote de plástico lleno de chocolate caliente, que supuse que era de nuestro bar, junto con un recipiente de papel lleno de churros.

- Y porque me has llamado? - Dije, mirando como entraba en mi casa y dejaba las cosas en la mesa.

- Quería asegurarme de que estabas despierta, no quería volver a despertarte.

La miré, estaba incluso mas ilusionada que yo de verla en mi casa. Que bien empezaba el día. Me acerqué y le di un abrazo, junto con un beso en la cabeza y otro en la mejilla.

- Eres la mejor. - Le dije.

Le pedí que se sentase en la mesa mientras yo preparaba el desayuno, pero se negó y me acompañó a la cocina, aunque no le dejé hacer nada. Saqué dos tazas y puse el chocolate, aún caliente, en ellas. Cogí también un plato para los churros y volvimos al salón para comer.

- Te has tomado la pastilla?- Me apresuré a preguntarle.

- Ahora me la tomo - Se levantó mientras buscaba su riñonera con los ojos, la encontró en el sofá. Cogió la pastilla, se dirigió a la cocina y se la tomó. Volvió y se sentó en frente de mi, con una sonrisa.

- No tenías porque molestarte en venir - Le dije, con una media sonrisa en la cara mientras comíamos- Me sabe mal que te hayas gastado dinero en esto y que me coma la mitad.

- Tu el otro día no tenias porque pasarte por el bar temprano para estar conmigo el primer día de curro, y mucho menos quedarte ahí todo el rato y luego invitarme a comer. Y encima luego no te acompañé hasta tu casa y recogiste todo lo que habíamos dejado en la mesa.

- Si nos ponemos a debatir sobre quien ha hecho mas cosas por la otra des de que nos conocemos ganas tu. Te recuerdo que te quedaste a dormir aquí, conmigo, cuando casi no me conocías por una tontería.

- Nada que te haga llorar es una tontería, Nat.

- Sea una tontería o no, gracias a ti ese día se arregló.

Me miró, dejando de comer. Y yo me arrepentí de haber dicho eso, aunque era totalmente cierto. Pude ver una sonrisa en sus labios, así que le respondí de la misma forma. Bajé otra vez mi vista al chocolate, pero noté que algo no iba bien, ya que notaba su mirada atravesándome. La miré cuando noté como se levantaba de la mesa. Llevaba el dedo manchado de chocolate y se acercaba a mi sigilosamente con cara de niña pequeña a punto de hacer una trastada. Me levanté por impulso, intuyendo lo que quería hacer y empecé a andar en sentido contrario a ella, pero era demasiado tarde, ya que con la mano que tenía limpia me cogió del brazo.

Stupid Love Song ~ Albalia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora