Capítulo 34

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P.O.V. ALBA

Con el paseo hasta casa de Natalia se nos había bajado el alcohol, aunque aun me notaba un poco bebida, y creo que ella también. Miré el móvil para comprobar la hora. Las 04.50 de la madrugada. No sabía ni como había sido capaz de cumplir el reto, la verdad.

- En que piensas, Rubia? - Me preguntó, sacándome de mis pensamientos.

- En nosotras - Solté sin querer. Me sonrojé y ella pasó su brazo por encima de mis hombros, acercándome a ella mientras andábamos.

- Y que hemos hecho para que nos pienses?

- Conocernos. Conocernos intensamente.

- Y tan intensamente.

Sonreí y le di un beso en la mejilla. Continuamos andando en silencio, pero sin separarnos. Llegamos a su casa, abrimos la puerta del edificio y nos metimos en el ascensor, una en frente de la otra apoyadas en la pared.

La miré, y vi que me miraba fijamente con una sonrisa en sus labios.

- Que pasa? - Le dije, sonriendo.

- Que eres guapísima.

- Que dices Nat?

- Eres la persona mas guapa de España, lo pienso de verdad.

- Que tonta eres - Le dije, con un tono dulce. - Tu también eres guapísima.

- Tu me ganas, has visto que ojazos tienes?

- Ay Nat - Le dije, sonrojándome y mirando hacia el suelo.

- Eres perfecta.

- Nadie es perfecto.

- Está bien... Eres imperfectamente perfecta. Eso es mejor que ser perfecta.

- Eres la persona mas tonta de este mundo, me encanta - Le dije, acercándome a ella y dándole un abrazo.

La puerta del ascensor se abrió, y antes de salir decidió acabar la conversación.

- Tu también me encantas.

Abrió la puerta de su piso y entramos. Cerró ésta a mis espaldas y se me acercó, dándome un abrazo por detrás, mientras yo dejaba mis cosas en el sofá.

- Estas muy cariñosa hoy, no? - Le pregunté, entrelazando nuestros dedos en mi barriga.

- Debe ser el alcohol, no te acostumbres.

- Los borrachos siempre dicen la verdad.

- Yo no he dicho nada que sea mentira.

Me giré entre sus brazos y puse mis manos en su cuello, empezamos a movernos de un lado para otro como si estuviésemos bailando una canción lenta, aunque solo se escuchaban nuestras respiraciones y el silencio de ese piso.

Miré sus labios sin disimulo, y ella sonrió. Se acercó a mi y juntó nuestras frentes. Tras unos segundos acortó la distancia que nos separaba y me besó. Yo le correspondí encantada, y nuestras lenguas se volvieron a encontrar.

Era un beso lento, con cariño, con amor. Natalia empezó a andar hacia mi, haciendo que yo me moviera marcha atrás, sin dejar de besarnos.

El beso se intensificó, y ella me cogió de los muslos, levantándome del suelo, haciendo que rodeara su cintura con mis piernas. Me llevó hasta su habitación, y al darme cuenta sonreí. Se sentó en la cama, haciendo que yo quedara sentada en sus piernas.

Puse mis manos en sus mejillas, sin dejar de besarla, y ella recorrió mi cuerpo con sus manos en busca de mi top. Al encontrarlo lo cogió y se separó de mi unos centímetros.

Stupid Love Song ~ Albalia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora