Stupid Love Song ~ Albalia

Epílogo II

Helou. Si! Soy yo, no estoy muerta!

Probablemente no os acordareis de que va el fic ni nada, pero os prometí un epílogo de estas dos pencas y mejor tarde que nunca, así que aquí está.

Gracias por el apoyo que sigue recibiendo el fic a día de hoy. Que sigan aumentando las visualizaciones y los votos me parece increíble.

Decir también que el  otro día, con lo que le pasó a Alba relacionado con Albalia, casi exploto de la rabia. Ojalá denuncie.

Y bueno, sin mas, que aquí os dejo este epílogo. Espero que no os decepcione.

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P.O.V. NATALIA

- Juno! Cariño! Estas lista? - Grité acercandome a su puerta cerrada.

- Que si! Que ya voy!

Fui hasta el comedor y apagué la televisión, guardé la guitarra que minutos antes había estado usando y cerré la ventana. Una puerta se abrió en el piso y los pasos se pausaron a escasos metros de mi.

- Mamá, ya estoy. Vamos?

- Juni, estas guapisima.

- Mama! Que no me llames Juni, que ya tengo 16 años.

- Está bien - Miré a sus ojos color miel y sonreí - Juni.

Ella bufó y yo solté una carcajada.

Salimos del piso cinco minutos más tarde, ella quejandose ya que yo, a última hora, había decidido reorganizar la decoración de un mueble del salón, y yo riñiendola por su tono al hablarme.

Subimos al coche y salimos del parquing.

- A que hora llega? - Preguntó rompiendo el silencio.

- Se supone que en cuarenta minutos.

Me miró y me dedicó una sonrisa. Ella la había hechado de menos casi tanto como yo. Introduje el CD de Billie Eilish en el coche y la música empezó a sonar.

Juno cantó y, una vez más, me fascinó. Aun no entendía como Alba y yo, que nos conocimos siendo dos huracanes, habíamos podido críar a una persona como Juno. Era perfecta.

Sus ojos, como ya he mencionado, eran como los de Alba, idénticos. Su pelo liso se había oscurecido un poco con los años: Al nacer parecía una muñeca con el pelo dorado, y ahora sus ojos parecían haberle cedido un poco de su color al pelo. Su nariz y sus mejillas estaban decoradas por pecas y sus labios eran gruesos. Su sonrisa era preciosa.

Llegamos al aeropuerto y, tras aparcar el coche y darnos cuenta de que aún faltaba tiempo para que Alba llegase, decidimos ir a tomar algo en una cafetería.

- Perdona - Nos interrumpió una chica un poco mayor que mi hija al cabo de unos minutos - Eres Natalia Lacunza?

Me hice unas fotos con la chica y volví a sentarme. Al ver la cara de fastidio de Juno suspiré.

- Juno... Que te pasa? - Pregunté. Me miró y rodó los ojos. Genial. - Oye, ya sabes como es mi vida y la de mamá...

- Si, ya lo se! Y es guay... Pero no podemos salir de casa sin que os paren en todos sitios.

- Tienes razón...

- Y encima... Encima a mi nunca me van a conocer por ser Juno, sino por mi apellido, por ser hija vuestra.

Suspiré de nuevo y cogí su mano. Entendía su frustración, pero también sabía que ella iba a conseguir un hueco en el mundo de la música sin necesidad de llevar nuestros apellidos, pues era increíble y nadie se lo podía negar.