Stupid Love Song ~ Albalia

Capítulo 38

P.O.V. ALBA

Hoy llegaban mis padres, estábamos a martes. Yo acababa de llegar a casa de trabajar y ellos me habían dicho que habían llegado al hotel, que dejaban las cosas y que venían. Llamé a Natalia y le dije que ya podía venir. Había convencido a María de que estuviese todo el día con África, así que no volvería hasta la noche.

No podía con los nervios, pero me veía mas preparada para contárselo ya que durante los cuatro días que había pasado con Natalia habíamos hablado de como contárselo y de como afrontarlo. Nat me había ayudado muchísimo, no sabía como agradecérselo.

A los diez minutos el timbre de casa sonó, yo me asusté, pero al ver que era Natalia me relajé y le abrí la puerta.

- Hola Rubia - Me dijo, dejando un pequeño beso en mis labios entrando en el piso. - Como estas?

- Bastante agobiada, la verdad... Mis padres llegarán dentro de muy poco.

- No te preocupes, todo irá como debe ir, estoy convencida.

- Y como debe ir?

- Bien... Bien dentro de la circunstancia.

- Ya...

Se me acercó y me dió un abrazo. Justo en ese momento el timbre sonó, y yo di un pequeño bote. Ella dejó un beso en mi cabeza y nos separamos. Me acerqué a la puerta y abrí. A los dos minutos llamaron a la puerta del piso.

Natalia se quedó en el salón y yo me acerqué a abrir con la mejor cara posible.

- Mamá! Papá! - Dije, al abrir la puerta, mientras les daba un abrazo. - Marina!

- Hola hija, como va todo? - Me dijo mi padre, entrando en el piso.

- Ahora bien... Os tengo que presentar a alguien - Dije, llegando al salón.

Natalia se levantó del sofá con una sonrisa y les dió dos besos a mis padres y un abrazo a mi hermana.

- Ella es Natalia... Mi... Mi novia...

Marina abrió los ojos contenta, ya que no sabía que lo eramos oficialmente, y mis padres sonrieron contentos mirandonos a Natalia y a mi.

- Que bien! - Gritó mi madre, dándole un abrazo a Nat, que se lo correspondió riendo.

Estuvimos un buen rato hablando sobre Natalia, ella se presentaba y a mi me encantaba ver que se llevaba de maravilla con mi familia.

- Papá, mamá, os tengo que contar algo. - Dije, cuando hubo un momento de silencio en el piso. Marina y Natalia me miraron serias, dato que mis padres no pasaron desapercibido.

- Pasa algo hija? - Preguntó mi padre.

- Ahora no... Es algo que pasó hace un tiempo y que os tendría que haber contado antes. Marina lo sabe, pero Natalia me convenció para contarlo.

Me senté al lado de Natalia en el sofá, mientras que Marina estaba al otro extremo de este y mis padres en la mesa del salón sentados, como yo hacía unos segundos. Mis padres entendieron que no era ninguna tontería por como estaba actuando, así que, para sacarlos de dudas, empezé a hablar.

- Vosotros, y casi todo el mundo, cree que me mudé aquí por estudios y tal... Pero eso no es del todo verdad, el motivo principal era otro.

- Cuéntanos ya, Alba - Me dijo mi madre, preocupada pero con un tono dulce. Yo miré al suelo y cogí la mano de Natalia, que acarició el dorso de mi mano con sus dedos.

- Álex... Al principio estábamos bien... Pero se volvió loco mamá, se volvió loco y empezó a tratarme mal.

Una lágrima resbaló por mi mejilla, y mis padres se acercaron a mi apresurados, pero yo seguía sin mirarles.