Epílogo

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P.O.V. MARÍA

- Mari, si te sirve de algo... Ella tiene muchas ganas de hablar contigo por fin, está harta de hacerlo por WhatsApp. - Me intentó consolar Natalia, mientras yo observaba con nerviosismo a la chica de pelo blanco con la que había compartido incansables conversaciones los últimos meses. - Creo que nosotras dos aquí sobramos - Sujetó del brazo a Alba y se alejaron de mi.

- Me voy a cagar en todos sus muertos - Susurré colocándome el vestido y intentando parecer firme ante Ici, que se me acercaba con una sonrisa colocando delicadamente un mechón blanco detrás de su oreja.

Aunque nunca habíamos hablado mas allá de WhatsApp sabía como era, la podría reconocer en cualquier sitio. Su Instagram estaba casi tan cuidado como el de Natalia, en cambio el mío era un desastre, y no me iba a cansar nunca de memorizar sus fotos. Me había convertido en stalker profesional por culpa de esa chica. Y no me quejaba.

- H-hola - Carraspeé ganándome una risa tímida por su parte. - Hola - Repetí, esta vez mas firme.

- Hola María.

Dios mío. Su voz. Me la había imaginado de tantas formas que casi no recordaba que aun no la había presenciado.

- Como tu por aquí? - Pregunté, mientras yo me insultaba repetidas veces en mi cabeza por empezar la conversación así.

Soltó una pequeña carcajada y decidí que a partir de ese momento, su risa, era mi sintonía favorita.

- Natalia me invitó. Yo tampoco sabía que te conocería... al fin... - Le sonreí, entrando en trance por culpa de sus ojos, pero volví a la realidad al ver que me miraba confundida - Estás bien? - Preguntó.

- Que? Yo? Si... eh... Claro... - "Por dios, soy imbécil, se va a pensar que estoy mal de la cabeza" - Tenía... Tenía ganas de conocerte... - Musité al fin.

- Yo también. Muchas.

Nos sonreímos de nuevo, intentando calmar al escuadrón de mariposas que intentaban aterrar en el corazón de la otra. No lo conseguimos. De hecho, al lograr entablar conversación, nos olvidamos de quienes nos rodeaban y nuestras charlas diarias a través de una pantalla se materializaron, como si en todas ellas hubiese podido contemplar sus pestañas.

Tras un buen rato en el que acabamos sentadas en una esquina del local, hablando, decidí presentarle a los que desde hacía rato nos observaban de reojo deseando ser testigos de un comienzo.

Ici encajó rápidamente, y en un momento de calma, en el que ella hablaba con Miki sobre constelaciones y estrellas, Alba tiró de mi brazo y me alejó de la gente.

- Como va todo? - Preguntó tras comprobar que estábamos solas.

- Muy bien... Pero que sepas que aún quiero matar a tu novia.

- Yo también por no contármelo antes. Tu lo ves justo?

Soltamos una carcajada y Alba me abrazó. Le correspondí el abrazo aun ser inesperado y suspiré.

- Hacía mucho tiempo que no veía este brillo en tus ojos, Mari - Dijo tras separarnos - Ella te gusta mucho, verdad?

- Mucho, mucho - Admití sonrojándome - Creo... Creo que me estoy enamorando... - Musité.

Alba empezó a dar saltitos de alegría y volvió a regalarme un abrazo fugaz, al que le correspondí de nuevo con una carcajada.

- Alba...

- Dime.

- Y si vuelve a salir mal? - Pregunté con miedo.

Ella se puso seria de repente y me cogió por los hombros, no sin antes levantarme la cabeza con dos dedos para que le mirase a los ojos.

Stupid Love Song ~ Albalia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora