Capítulo 50

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P.O.V. ALBA

Estaba en Pamplona. Sí, en Pamplona con Natalia. Increïble. La familia de Natalia iba a volver más tarde de lo previsto, así que no iba a conocer a los que faltaba hasta el día siguiente. Su amiga nos había invitado en media hora a una fiesta, así que nos estábamos preparando para ello.

- Y si me pongo esto? - Me preguntó, sacando algo del armario.

Me reí al ver que era el peto granate que llevaba el primer día que la conocí. Ella me miró desconcertada.

- Yo te conocí con esto puesto - Le expliqué. Lo pensó unos segundos y abrió los ojos sonriendo al acordarse.

- Como te puedes acordar de eso?

- Te recuerdo que ese día te dibujé, como no iba a acordarme de ti?

Se acercó a mi con una sonrisa y yo se la besé poniéndome de puntillas.

- Ponte esto - Dije, señalado el peto que colgaba en su mano - Hazte una coleta y ponte una cinta en el pelo, sin recogerte el flequillo.

Ella cogió lo necesario, se metió en el baño y salió a los cinco minutos con todo lo que le había dicho, puesto.

La miré de arriba a abajo. Esa ropa me recordaba tantas cosas... Las miradas de ese primer día, las confesiones de esa misma noche...

- Estas preciosa - Le confesé, mirándole a los ojos. Ella sonrió y se acercó a mi maleta, rebuscando entre mi ropa. - Como siempre.

- Pues mira, algo mas en lo que coincidimos - Me reí y ella siguió buscando entre mi ropa.

Sacó un peto tejano negro con faldilla y tirantes, lo miró de arriba a abajo y asintió con la cabeza, dejándolo a un lado. Sacó también una camiseta blanca de manga corta y unas medias negras. Me miró y sonrió, dándome la ropa.

- Me encanta este peto - Le dije.

- Nunca te lo has puesto.

- La verdad es que hace bastante que no me lo pongo - Dije, pensando - No se porqué... Que hago con el pelo?

- Déjatelo así...

- Perfecto.

Entré en el baño y me vestí. Me miré en el espejo, la verdad es que me veía bastante bien. Al salir Natalia me repasó de arriba a abajo con una sonrisa traviesa.

- Ahora me apetece quitártelo - Dijo, repasando aún con la mirada mi cuerpo.

Me reí y le di un pequeño golpe en el brazo.

Nos maquillamos: Natalia se pintó los labios con un tono bastante parecido al de su ropa, yo no me pinté los labios, pero me repasé los ojos con un negro intenso, mientras que Natalia dejó los suyos más discretos. Parecía que yo tuviese los ojos mucho mas grandes de lo que realmente eran, y el color miel resaltaba más.

Me sorprendí de verme tan bien tras los malos días que había pasado. Natalia me curaba, junto a ella no existía el tiempo. Junto a ella solo existíamos ella y yo.

Salimos de su casa, cogidas de la mano. La fiesta era en un parque a unos diez minutos de casa de Natalia. Soltó mi mano y pasó su brazo por encima de sus hombros, acercándome a ella mientras llegábamos al lugar.

- Estoy nerviosa - Confesé.

Ella se rio y me miró intensamente.

- Que pasa? - Le pregunté con una sonrisa al ver que no apartaba sus ojos de mi.

- Que eres preciosa, que me has arreglado el día, Rubia. Que qué me pasa? Tú me pasas...

Sonreí sonrojándome levemente y me acerqué a ella para dejar un dulce y fugaz beso en sus labios.

Stupid Love Song ~ Albalia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora