Capítulo 52

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P.O.V. ALBA

Entramos en su habitación y ella se sentó en la cama, con la mirada perdida mirando hacia el suelo. Suspiré y me puse de cuclillas enfrente de ella, poniendo mis manos en sus rodillas.

Me miró a los ojos y intentó sonreír, pero a cambio de eso una lágrima resbaló por su mejilla. Puso las manos en sus ojos y empezó a sollozar. Me levanté un poco y la resguardé entre mis brazos. No tardó en aceptar mi abrazo y rodearme con los suyos.

- Lo siento - Dijo, cuando consiguió relajarse - No quiero que pienses que...

- Nat, no pasa nada. - Le susurré.

- Solo me duele verle así, nada más. No es porque...

- Nat - Dije, separándome de ella y cogiendo sus mejillas con las manos - Que no pasa nada.

Me miró y me mostró una media sonrisa, la cual yo besé dos segundos.

- Te quiero - Susurró, juntando nuestras frentes.

- Que? - Dije, riendo.

- Ya lo has oído... - Respondió, sonrojándose.

- Yo no he oído nada - Mentí, riendo levemente.

- Que... Que te quiero. Que te quiero mucho - Dijo, ésta vez sin susurros.

- Así si - Dije, soltando una pequeña carcajada.

- Y tu?

- Yo que?

- Tu... Tu me quieres?

Le miré a los ojos y dejé de reír al ver que lo decía seriamente, como si lo dudase.

- Nat, yo te adoro.

Se acercó a mi y juntó nuestros labios, fundiéndonos en un beso dulce, con amor, sin prisa, eterno.

Nos tumbamos en la cama y reposé mi cabeza en su hombro, mientras que ella me acariciaba el brazo con cuidado.

- Gracias por lo de antes, por defenderme... - Dijo, a los dos minutos de silencio.

- Me llegan a decir hace unos meses que me iba a encarar con alguien de esa forma y no me lo creo.

Empezamos a reír y me juntó a su cuerpo, rodeándome al completo.

- No, pero enserio, gracias - Insistió - Ojalá la Natalia de dieciséis años te hubiese conocido.

- Ojalá la Alba de dieciocho hubiese coincidido contigo. Todo sería mucho más fácil ahora.

- Seguro que la hubiese cagado y ya no nos hablaríamos.

- Porque crees eso?

- Porque por mi culpa estos últimos días han sido un infierno.

- No ha sido tu culpa... La culpa la tiene ese imbécil.

Nos quedamos calladas pensando, sin separarnos ni un centímetro. De repente Natalia empezó a reír y yo creí que se había vuelto loca. Me apoyé con el antebrazo en la cama y me levanté un poco, mirándole a la cara con una sonrisa confusa.

- Ahora de que te ríes? - Le pregunté.

- Me he acordado de la cara que se te ha quedado al pelearte con esos - Dijo, intentando dejar de reír - Parecías un furby rosa.

Soltó una carcajada ante su ocurrencia y yo me puse roja, con cara de enfadada, aunque por dentro me estaba riendo, y le lancé un cojín.

- Y... Y luego Ici - Dijo, volviendo a reír - Que creía que nos había cortado por tus pelos y tu cara.

Stupid Love Song ~ Albalia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora