Capítulo 43

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P.O.V. NATALIA

- Estas segura? - Le susurré, volviendo a rozar nuestros labios.

- Quiero hacerlo contigo, Natalia.

Sonreí y la besé, sin prisa, como si la estuviese descubriendo por primera vez. Ella acercó nuestros cuerpos y nuestras lenguas se encontraron, al principio con delicadeza, pero empezaron una guerra en nuestras bocas, con dominio compartido.

Leí su cuerpo con las manos, hasta llegar a sus muslos. La levanté del suelo y ella enredó sus manos en mi pelo. Sin dejar de besarla la llevé hasta la habitación, y sin darme tiempo a sentarme en la cama se quitó la camiseta. No llevaba nada debajo, así que sus pechos quedaron al descubierto enfrente de mi.

Ataqué su cuello mientras me sentaba, haciendo que ella quedase encima de mis piernas. Buscó mi camiseta con las manos y me la quitó. Yo acaricié su espalda y su pelo se erizó. Sonreí al darme cuenta. Nos tumbé en la cama y nos di la vuelta, quedando yo encima.

Ella me quitó el sujetador y yo cogí sus manos, poniéndolas al lado de su cabeza, mientras atacaba su cuello. Puse mi pierna entre las suyas, rozando su centro aun cubierto por el pantalón, y ella soltó un pequeño gemido.

Solté sus manos y me quité el pantalón, quedándome solo con las bragas, ella sonrió y volvió a besarme, acariciando mi cuerpo. Me despegué de sus labios y dejé un rastro de besos por su cuerpo. En la mandíbula, en el cuello, en su hombro... Llegué a sus pechos y los besé. Ella soltó otro suspiro entrecortado y yo sonreí.

Lamí uno de sus pechos mientras tenía el otro en mi mano, me entretuve un rato con ellos, notando como Alba se estremecía. Retomé el camino de besos y bajé hasta su ombligo. Pare y la miré, acariciando con mi mano la parte superior de su pantalón.

- Sigue - Dijo, sin abrir sus ojos y levantando su cadera.

Desabroché su pantalón y se lo quité, dejando al descubierto sus bragas. Mordí su muslo y ella suspiró entrecortadamente. Besé su cadera, retomando el camino de besos y al llegar a su centro me detuve un momento.

Besé su clítoris por encima de las bragas y ella cogió las sábanas de la cama en la que estábamos.

- Estas muy mojada - Le dije, con un tono provocador.

- Nat, hazlo ya, por favor - Dijo, entrelazando su mano con mi pelo.

Pasé mi lengua por encima de sus bragas y ella gimió mordiéndose el labio. Llevé mis manos hasta su cadera y se las quité lentamente. Ella levantó la cadera para ayudarme. Cuando por fin estaban en el suelo volví a acercarme a su centro, esta vez sin telas de por medio.

Besé de nuevo sus muslos y ella volvió a levantar su cadera, pidiéndome que fuese al grano. Pasé mi lengua por su centro y ella apretó mi pelo entre sus dedos, mientras soltaba un pequeño gemido. Repetí la acción y la saboreé, cada vez a mas velocidad. Oír a Alba gemir por mi me ponía muchísimo, tenerla allí, en mi boca, podría estar así horas y horas.

Llevé mi mano hasta donde estaba mi boca y puse un dedo en su interior, ella gimió fuertemente.

- Otro - Pidió.

Sonreí y le hice caso. Empecé a mover los dos dedos indagando en su interior, a compás con mi lengua. Aumenté la velocidad y volvió a gemir.

- N-Nat, e-estoy a punto - Avisó.

Aumenté de nuevo la velocidad y a los segundos la saboreé, mientras soltaba el gemido definitivo y temblaba debajo de mi. Cuando se relajó saqué mis dedos de su interior y me acerqué a su boca. La besé y ella me correspondió, cansada pero con hambre de mas.

- Me toca - Dijo, poniéndose encima de mi.

Me besó el cuello con ganas. Joder, me encantaba eso. Levanté mi cabeza mordiéndome el labio y acaricié su brazo con la mano.

Ella soltó mi cuello y bajó hasta mis pechos. Empezó a lamerme el pezón, y yo noté el corazón en mi parte íntima. Lancé un susurro gemido y ella sonrió, jugando con manos y lengua en mis pechos. Levanté la cadera y rocé mi centro con la suya, soltando un pequeño gemido por el contacto.

Bajó lentamente y se deshizo de mis bragas con facilidad, besó mi tatuaje del colibrí, volvió a subir y me besó. Con una mano cogió las mías y las puso encima de mi cabeza. Pasó la lengua por mis labios, y yo intenté acercarme a ella para besarla de nuevo, pero no pude ya que aún sujetaba mis manos, así que dejé de hacer fuerza.

Con la mano que tenía libre acarició mi dorso, entreteniéndose unos segundos complaciendo a mis pechos. Llegó hasta mi centro y me miró traviesa sin soltar mis manos.

- Quieres que te suelte? - Preguntó, observándome.

- No - Respondí, me gustaba que me dominase de esa forma.

Acarició con sus dedos mi centro lentamente, volviéndome loca.

- Alba, por dios, te necesito ya - Dije, arqueando mi espalda.

Puso sus dedos en mi clítoris y empezó a masajearlo. Yo solté un gemido y arqueé aun mas la espalda. Ella besó mi cuello sin parar de tocarme y volví a gemir.

Introdujo dos de sus dedos, sin dejar en paz a mi centro y yo vi el cielo.

- J-joder - Dije, mordiéndome el labio y cerrando los ojos, mientras ella aun me besaba el cuello y juagaba con sus dedos. - Más rápido.

Aumentó la velocidad como le había pedido y soltó mis manos. Con la mano que le quedó libre cogió mi cabeza y me acercó a ella, mientras que yo, con las mías, arañaba su espalda. Me incliné un poco hacia delante, mientras ella aumentaba la velocidad y volví a gemir.

- V-voy a llegar - Dije, dejando un beso entrecortado en su cuello sin soltar su espalda.

De repente me deshice en sus dedos, un orgasmo invadió la habitación, la cual olía a sexo y necesidad. Gemí mientras mis piernas temblaban. Al relajarme solté su espalda y me tumbé en la cama, mientras ella se acomodaba a mi lado, poniendo la cabeza en mi pecho, abrazándonos.

Dibujó círculos en mi barriga con sus dedos, y yo dejé un beso en su cabeza, mientras acariciaba su espalda.

- Que ganas te tenía, joder - Dije, provocando su risa.

- Creo que nunca había follado tan bien - Confesó, haciendo que soltara una carcajada.

- Yo no lo creo, Rubia, yo estoy segura.

Me miró a los ojos y se acercó a mi, dejando un beso dulce en mis labios.

- Nat, me pasaría así horas, pero te recuerdo que tenemos una gala en dos horas... - Dijo, mientras se apoyaba en la cama con una mano, mirándome, mientras yo aun estaba tumbada.

Nos levantamos y nos duchamos juntas, nos vestimos y cuando quisimos darnos cuenta ya teníamos que salir de casa. Llegamos para que nos preparasen para la gala justo a tiempo.

Lo que había pasado hacía unas horas era la mejor forma de relajar los nervios que existía. Se me olvidó todo, hasta el secreto.

Stupid Love Song ~ Albalia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora