Capítulo 32

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P.O.V. ALBA

Acabamos de cenar y nos dirigimos a la habitación para vestirnos para la fiesta. Porque no había pensado antes de hacerle el chupetón a Natalia? No lo sé, pero ya no podía hacer nada.

Natalia abrió su bolsa y empezó a dejar la ropa encima de mi cama.

- Por dios Natalia, tienes mas ropa que un mercadillo - Dije, viendo todo lo que había esparcido por la cama.

- Lo que nos tendríamos que preguntar es como lo ha metido todo en esa bolsa, Alba - Me dijo María - Y es que encima lleva maquillaje. Esto es mejor que el bolsillo del Doreamon.

- Y que el bolso de Mary Poppins.

Empezamos a reír, yo abrí mi armario y me senté en un hueco que hice entre la ropa de Natalia.

- No se que ponerme, no tengo ni la mas mínima idea. - Dije, mirando al armario.

- Yo me voy a poner unos pantalones blancos y un top rosa con los hombros descubiertos - Dijo María, despreocupada.

- Como puedes tener estas cosas tan claras? - Le preguntó Natalia, María levantó los hombros dejándonos entender que ella tampoco lo sabía.

Natalia se acercó a mi armario y empezó a mirar la ropa que tenía. Sacó unos pantalones negros, con un color un poco metálico, de tiro alto y apretados. Me los dio y continuó buscando en el armario. Se giró de repente y empezó a buscar entre su ropa. Encontró un top de manga corta de color blanco con parte de los hombros descubiertos y me lo dio.

- Pruébatelo - Me dijo, con una sonrisa.

- Nat, yo no tengo cuerpo para ponerme esto. - Abrió la boca para decirme algo pero la volvió a cerrar y me miró.

- Mejor no digo nada. Tu pruébatelo.

- Está bien...

Cogí un sujetador blanco sin tirantes del armario y entré en el baño. Me vestí y me miré en el espejo. Me gustaba como quedaba, se marcaban mis curvas. Salí del baño y me dirigí a la habitación de nuevo. Al entrar por la puerta María y Natalia me miraron de arriba abajo, la segunda se mordió el labio, haciendo que me sonrojara.

- Alba, ahora mismo eres un imán para todo ser vivo en el planeta - Dijo María.

- Es verdad - Dijo Natalia - No se si tendría que alegrarme por ello...

Empezó a reír y María la acompañó de la misma forma. Yo las miré negando con la cabeza y empecé a rebuscar entre la ropa de Natalia. Encontré unos pantalones negros tejanos con bastantes agujeros y se los di a Natalia, junto con un top naranja sin mangas pero sujetado al cuello. Ella entró en el baño y a los dos minutos salió. Estaba increíble.

- Perfectas de la muerte - Dijo María - Voy a vestirme yo, que con estas pintas no me dejan entrar ni en un pozo.

Me reí de su comentario, al igual que Natalia, mientras María salía de la habitación. Miré a Natalia de arriba abajo sin disimular y ella dibujó una sonrisa.

- Rubia, hoy estas subidita eh... - Me dijo, levantando las cejas.

La miré seria y le lancé un cojín de la cama, haciendo que ella se cubriese con las manos riendo.

- Me dejas maquillarte? - Me preguntó.

- Si te puedo maquillar yo a ti.

- Trato echo.

Salimos de la habitación y nos sentamos, una en frente de la otra, en la mesa del comedor, poniendo todo el maquillaje que teníamos en la mesa. Yo me recogí el flequillo con una cinta para que Natalia lo tuviese mas fácil y ella empezó a rebuscar entre el maquillaje. Se acercó a mi cuando ya había escogido y noté su aliento en mis labios, me indicó que cerrase los ojos y así lo hice. Notaba como me maquillaba, era una sensación extraña, ya que normalmente me lo hacía yo. Un fugaz beso en los labios me indicó que ya había terminado. Me miré en el pequeño espejo portátil y sonreí, Natalia sabía maquillar realmente bien, me gustaba.

- Te gusta? - Me preguntó.

- Me encanta. Ahora me toca a mi - Dije, quitándome la cinta del pelo y dándosela a Natalia para que se la pusiese. Así lo hizo y la empecé a maquillar.

La maquillé como yo solía hacérmelo a mi, aunque con algunas variaciones. Cuando terminé la miré satisfecha y dejé un beso en sus labios, como el que ella me había dado para indicarme que había acabado. Abrió los ojos con una sonrisa y se miró al espejo, sonrió y me volvió a mirar.

- Ahora soy guapa! - Dijo, con un tono de niña pequeña.

- Nat, tu eres guapa hasta recién levantada.

- Le dijo la sartén al cazo...

María salió de su habitación vestida y maquillada, nos miró y levantó las cejas.

- Os habéis montado aquí un estudio de maquillaje y no me habéis avisado. Me mola que estéis juntas y eso, pero avisadme al menos cuando me excluíais de la chupipandi.

Nat y yo empezamos a reír, mientras ella hacía ver que estaba enfadada. Su enfado ficticio no duró demasiado, ya que a los diez segundos se estaba riendo con nosotras.

Nos peinamos rápidamente, ya que las tres optamos por dejarnos el pelo suelto. Ya estábamos listas. Cogimos lo necesario y salimos a la calle. Decidimos pedir un taxi, que entre las tres no nos salió demasiado caro. Fuimos las primeras en llegar, y así tenía que ser, ya que el local en el que estaríamos era de un amigo de María, que nos esperaba en la puerta con las llaves en la mano.

- Que os divirtáis, chicas - Nos dijo, dándole a María las llaves y despidiéndose de nosotras.

Abrimos la puerta del local y Nat y yo nos quedamos con la boca abierta. Era más grande de lo que ambas pensábamos, había un pequeño escenario y altavoces por todos sitios. También tenía dos baños y una habitación para guardar las cosas a modo de pequeño almacén.

- Mola, eh? - Dijo María - Mi amigo se lo alquila a la gente para fiestas, pero nos conocemos desde los quince y a mi me lo deja gratis. Una vez nos liamos y creo que desde ese día le gusto.

- Que afortunada ella - Dijo Natalia, negando con la cabeza mientras sonreía.

A los diez minutos empezó a llegar la gente, cada uno traía un poco de bebida, así lo habíamos decidido, y la fuimos dejando en una mesa plegable que montamos en un lateral del local.

Natalia y yo nos acercamos para saludar a los que iban llegando. Los primeros fueron Dave, Julia, Marta y Carlos, que lo primero que preguntaron fue lo que ya nos esperábamos.

- Natalia, que tienes en el cuello? - Dijo Marta, acercándose a ella y apartándole un poco el pelo. Los otros tres me miraron a mi al instante, y yo me puse la mano en la frente mientras reía de la vergüenza.

- Lo sabía! - Gritó Dave - Lo llevo intuyendo desde el día en el que vinisteis a mi bar! A que si Carlos?

- Yo también me lo venía venir eh - Dijo Julia - No es que seáis muy disimuladas.

Los cuatro empezaron a reír mientras iba entrando mas gente por la puerta, todos se paraban a contemplar lo que le había echo en el cuello a Natalia, la misma conversación unas diez veces. Me apresuré a servirme un cubata para perder un poco la vergüenza y tomarme con humor la situación. Natalia se acercó a mi, que estaba en la mesa donde se encontraba la bebida, y cogió un baso.

- Ya empiezas, Rubia? - Me preguntó, riendo.

- Si la que llevase el chupetón en el cuello fuese yo, ya estarías por el suelo - Le dije, mirándola con una media sonrisa.

- Sabes que no, yo no soy tan vergonzosa como tu - Se acercó a mi, quedándose a escasos centímetros de mi cara.

- Me estás poniendo a prueba? - Le pregunté.

- A lo mejor, haz lo que quieras, ya lo saben todos.

Me acerqué a ella y rocé nuestros labios lentamente. Me separé, viendo como ella había cerrado los ojos esperando un beso y me reí, apartándole suavemente la cara con la mano. Me miró enfadada y se giró hacia la mesa, sirviéndose un baso. Me reí de su reacción y con los dedos puse un mechón de pelo detrás de su oreja. Me miró y yo me puse de puntillas y dejé un beso en sus labios. Nos separamos y sonrió.

- Así mejor? - Le dije.

- Mucho mejor.

La noche solo acababa de empezar.

Stupid Love Song ~ Albalia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora