P.O.V. ALBA
Había llegado el día de la gala en la que Natalia y yo cantaríamos juntas. Por lo que nos habían contado no podíamos repetir el dueto, así que nos apenaba tener que dejar de trabajar juntas. Esas semanas no habían sido como deseábamos al completo, ya que se habían juntado muchos factores que no nos habían dejado disfrutar la experiencia. Aún así estábamos satisfechas por el resultado, y contentas, ya que todos esos problemas ya eran parte del pasado y los habíamos sabido enfrontar saliendo victoriosamente.
Cuando llegamos al local en el que se celebraba la gala ya había llegado casi todo el mundo, sin contar a dos o tres que estaban al caer.
Entramos, nos vestimos, maquillamos y cuando ya estaba todo listo una voz nos llamó la atención a la morena y a mi.
- Chicas! Natalia! Alba! - Dijo Noemí desde la puerta que daba a la calle y quedaba al otro lado de la sala en la que estábamos. - Podéis venir un momento?
Miré a Natalia y arrugué el entrecejo mientras nos levantábamos del sofá, sin entender porque Noemí requería nuestra atención a escasos minutos de empezar. Sabíamos que a ella le estresaba que no estuviésemos preparados con tiempo, y su petición nos asustó, ya que nunca solía irrumpir a esas horas.
- Pasa algo? - Le pregunté cuando llegamos a la puerta.
- Mira, al principio me ha parecido raro - Explicó, dejándonos aún más con la intriga - Ha venido una persona que dice que os conoce, me ha contado cuatro detalles y creo que dice la verdad.
- Y porque nos lo dices ahora y no después? - Le preguntó Natalia a la directora.
- No tiene entrada para ver la gala, y no puede esperar a que ésta acabe en la calle. - Respondió con una sonrisa.
- Claro... - Respondí, intentando averiguar de quien se trataba - Y donde está?
Noemí nos indicó que la siguiésemos y a unos metros de la puerta la vi.
Me llevé la mano a la boca y cogí a Natalia de la mano. Ésta tardó en reconocerla unos segundos más que yo, pero cuando lo hizo frenó en seco y estrechó mi mano con fuerza para volver a acelerar el paso. Cuando Noemí se dio cuenta de que realmente conocíamos a la chica de ojos verdes que nos miraba con una sonrisa tímida nos dijo que no nos entretuviésemos demasiado y volvió a entrar en el local.
- Luna? - Pregunté, dándole un abrazo sin creerme que la chica, a la que habíamos visto despertar de su largo sueño, se encontraba en frente de nosotras. - Por dios Luna!
Ésta rio y se separó de mi para darle un abrazo a Natalia, a la cual se le habían escapado unas cuantas lágrimas.
- Que haces aquí? - Le preguntó la morena tras relajarnos.
- Vivo aquí desde los trece, aunque yo soy de Barcelona - Nos contó.
- Barcelona? Pero tu no eres de Elche?
- Que va... Mis abuelos son de Elche, por eso estaba allí en el hospital. Cuando mi padre trabajaba venían a verme mis abuelos, así nunca estaba sola.
Tanto Natalia como yo decidimos no preguntar por la madre de la chica, así que nos limitamos a escuchar su historia.
- Cuando desperté y os vi allí no sabía quien erais, si os soy sincera - Dijo con una pequeña risa mientras se colocaba el pelo detrás de la oreja. Esa chica era realmente guapa. - Pero me acordé de vuestras voces cuando mi padre me lo contó. Él me ponía vuestras galas mientras estaba en coma. Muchas gracias, de verdad... No se que hicisteis, no se si fue coincidencia, pero me desperté cuando vosotras me cantasteis. No se como agradecéroslo.
- No hay nada que agradecer - Respondí con una sonrisa - Tu estas bien?
- Si, ahora si... Estuve dos semanas más en el hospital, ayer volví.
- Pues eso es lo único importante - Dije.
Estuvimos unos minutos más hablando y cuando vimos que era la hora de entrar de nuevo decidimos intercambiar nuestros números de teléfono.
- Oye, te vas ya para casa? O tienes algo que hacer? - Le preguntó Natalia.
- No, no tengo nada de hacer...
- Y porque no te quedas a ver la gala?
- Lo he intentado, pero no quedan entradas... La mujer esa no parecía muy convencida en dejaros salir, y menos en dejarme entrar.
- Noemí? - Pregunté - Es como nuestra madre postiza, no te preocupes, esto lo solucionamos rápido.
Y así lo hicimos. Cuando la gala empezó Luna estaba a primera fila mirándonos desde el público.
La gala salió de maravilla, nosotras levantamos una ola de aplausos y silbidos del público, soltamos todo lo que habíamos estado practicando y nos quedamos satisfechas, ya que pese a todos los días perdidos sin poder practicar parecía que llevásemos haciéndolo juntas toda una vida.
Al acabar los dieciséis decidimos ir a tomar algo a una discoteca, invitamos a Luna y ésta, tras pensárselo unos minutos, aceptó. Al principio se la veía muy tímida, pero solo le hizo falta una conversación con María para soltarse. Resultó ser una chica de lo más simpática y agradable.
La noche transcurrió entre risas y alcohol, aunque supimos controlar y nadie acabó por el suelo.
Cuando ya eran las cuatro y media decidimos ir ya para casa, ya que el día siguiente algunos trabajaban y no se iban a aguantar en pie. Natalia y yo decidimos acompañar a Luna hasta su casa, ya que no queríamos que fuese sola por Madrid a esas horas. Nos despedimos con dos besos en su portal y prometimos volver a vernos lo antes posible y no perder el contacto.
Sabíamos que es chica se iba a quedar en nuestra vida por mucho tiempo, lo que no sabíamos era de que manera lo iba a hacer.
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Hola gente.
Bueno, primero de todo deciros que muchísimas gracias porque hemos llegando a las 100k lecturas. Me parece una fantasía.
Lo siento si éste capítulo ha sido un poco más corto y si hace días que no actualizo, pero he estado liada y necesito hacer lo que os contaré a continuación para poder seguir con la trama.
Luego deciros que en el siguiente capítulo habrán pasado ya seis meses desde que cantaron toxic, es decir, que nos avanzaremos hasta la final de las clases en la academia, porque sino esto se volverá monótono y no quiero.
Os lo cuento para que no os asustéis.
No se cuanto más va a durar el fic.
Cuantos capítulos más os gustaría leer?
Que creéis que significa el último párrafo de éste capítulo?
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Stupid Love Song ~ Albalia
FanfictionEn medio de una gran ciudad, una escuela de música y dos mudanzas. Dos voces y una mirada. Esos ojos, esa sonrisa. Otra canción de amor sin rumbo que inicia en sus labios. Un huracán.