Tranvía de Musas

Sexo por primera vez

S3xo por primera vez...

Ayer me entregué a otro cuerpo, otro miembro y otra esencia. Desahogué el cuerpo y comprometí el alma. Es que mientras me besaba él, te contemplaba a ti, cada caricia era fría, pero apasionada. Es que no había hecho esto antes, jamás he tenido sexo, siempre había hecho el amor. En cada estocada, cada entrada y sálida me decía - que rica la tienes mi put°. Lo tomé tan literal, porque tal vez en ese momento si era put°, pero no suya, sino tuya. Con timidez me abrí ante él, fue brusco, abrió mis piernas como un lobo devora a su presa. Comió de mí, lamió, respiró feroz en mi botón. Fue tan jodidam3nt3 excitante, no puedo negar que me encantó como desgustó de mí, ese perro sádico. Como me sobajó en el centro de mis labios, fue tan libertino, echó gotas de saliba e hizo más resbaladizo mi centro nervioso. Los restregó, lo haló y acarició. Hasta un chorro de aceite tibio en mis espalda derramó, descaradamente pasó su mano desde mi espalda baja, recorriendo entre medio de las que azota y sobando donde el nepe roza.

- ¿Te gusta cabrθn@? No sabes como me está encantando comerte. Sabes tan rico y te abres tan deliciosamente.

Entro sus dedos a fondo, tomó de mi nectar. El muy descarado introdujo dos dedos llenos de lava en mis labios. Sin vergüenza los lamí y me probé.

Yo deseada por otro hombre, otro me estaba cogi3ndo, me estaba acabando, desvanecía la poca esencia que tenía de ti. Había una batalla entre disfrutar el momento y comprometer el alma. Que yo estaba siendo toda una put° y mi alma parecía una niña asustada porque era invadida por el lobo feroz y no del cuento de niños. Porque esta vez esta fiera se estaba comiendo a la Caperucita. Lo peor es que ella lo disfrutaba. Jadeaba como nunca, por primera vez tuvo s3xo.

Me atreví a probar otro tallo, te confieso que saben diferente. Su humedad, las lágrimas de s3m3n eran más espesa, su color más blanco, y el pasarlo por mis labios, recorrerlo hasta mis pecho fue tan excitante. Su cara de fiera, su sonrisa maquiavélica, como se mordía los labios.

- ¿De quién eres? Me preguntó mientras me tenía apoyada de espalda a la pared. Mientras su firme v3rga la sarandeaba por mis nalgas. Pegándome más a él , abriéndome para él para sentir aunque se la corona de nepe. Mi entre cortada respiración no me dejaba contestar. Me agarro del cuello, me ahorcó un poco, con su pierna abrió más mis piernas, con su mano acomodó su dureza, y al fin sentí que la metió un poco.

- ¿La quieres más adentro put° rica? Pídela y te la daré, dime que eres mía y como tal te tomaré, habla, ¿Qué quieres?

Dejó su gran sexo entre medio de mis nalgas y con su mano sobajó mi botón. Eso provocó que mi voz cambiará, un
-¡Métela y... soy tuya! emergió con desesperación.
A lo que contestó - Te la meteré, pero quiero hacerte mojar más, no te quiero lastimar.

Salió de mi, quedé fleccionada y con las manos apoyada en la pared. Él agachado, abriendo mi rojas nalgas por sus palmadas, entrando su nariz y boca en mi flor dilatada, palpitante y más hidratada que nunca. Ese hombre sobajó mi cuerpo lascivamente y me enloqueció. Restregaba sus dedos por toda mi hinchada vulva por tanta pasión y sus malditas mordidas. Tomé el control, me paré y con el encanto de mis labios lo llevé a la cama. Aquella v3rga alzada y sus movimiento buscando donde entrar era impresionante. Lo entré, mis ritmos eras inmencionables, la rebotación de mis caderas eran incotrolable, lo manejé a mi antojo, la disfruté, me llené de él y esa fiera terminó siendo mi put° fiera. Al correrse, apretó mi cintura y en plena v3nida me ordenó que lo besara, accedí. Me empujó hacia él y su dureza entró casi completa.
- Auchh, pero Mmmm...demonios, ¡qué rico!

Tan put° , eso fue lo que me nació al sentir todo ese fervor. Sus dientes chocaron con mis labios, sonrió mientras me mordió

- Cabrona, me fascinó...

Esa noche tuve s3xo, violé mi alma con caricias extrañas y mi esencia fue tocada por las perra intenciones de un cazador que me dejó adicta a repetir varias noches más...amo hacer el amor contigo, pero me encantó tener s3xo con él.

K.M.