Pecado sucumbido en sexo

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Ave María Santísima sin pecado concebido líbrame de su mal porque en  su cuerpo quiero navegar. Que me libre de caer en tus pliegues porque su firmeza es mi deleite.


Que me libre de su boca, porque su lengua peca en mi océano de mi entre pierna. Mi flor se abre ante el meneo de la serpiente que emana de tus labios.


Que me castiguen como Juana de Arco por apropiarme de su sexo en un columpio de deseo. Que me jusguen como a ella por ser revolucionaria.

Que me tachen de erege por no regirme a las normas de una sociedad que hacen al hombre santo o intocable mientras a la mujer la hacen puta y sin valor.

Y quieren que sea sumisa.

¡que me jusguen!...

Que mientras viva, trabaje y me valga por mi misma. todo eso me dará risa...

Que el sexo es un pecado mortal,  dígale a Sade que creo placer en medio de castigos mortales. Rezaré al viento que es libre como yo y entenderá que mi cuerpo libera más allá de la pasión. Mejor iré a donde el dios del Sol. Él arde todo el tiempo, y entenderá la llama carnal que se apodera de mí. cada vez que en su dureza yo pienso...


Fornicar es pecado, adulterar también. Todos con lleva sexo, amor y placer. No habrá salvación para la humanidad, quedaremos expulsado del Edén porque la carne nos decliva a un clímax de fluidos densos, intensos y a orgasmos casi inconversos.


Dios me perdone hoy, mañana y siempre porque para mi hacer el amor con sexo es el acto al que más le  rezo porque es visto como un pecado letal. Es que mi cuerpo en los brazos de un hombre sucumbe al morbo, al anhelo y a los más impuros deseos©.


Keila M.

D.R. 2019

Tranvía de MusasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora