Esta mañana

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Esta mañana al despertar me sentía sensible al toque de cualquier cosa. Usualmente duermo desnuda, pero anoche me dormí con una bata de satin. Sentir el roce de la tela en mis muslos, erizó mi piel. Un calambre recorrió mi abdomen y mis piernas se pusieron inquietas. Miré hacia mi lado derecho y allí estaba él, en paz, desarreglado y con su típica erección mañanera. Si yo fuera hombre de seguro también la tendría. Me acerqué a su pecho y comencé de mañosa ha, acariciarlo. No pude aguantar las ganas de besarle, morder con delicados mordiscos su cuello. Mi mano traviesa se coló por debajo de la sábanas y agarré su dura verga en mis manos. Al ver el reloj y lo temprano que era, decidí concluir con aquel cachondeo.


Me doy la vuelta, reprimo mi excitación y vuelvo a dormir. Pasa más de 20 minutos, estoy entre dormida y despierta. Una sensación recorre mi ser, siento como unos labios posaron en mi flor, una mano grande abierta, está en mi vientre y otra abriendo mi pierna derecha.


Su lengua fue la alarma para despertarme. Echó mi cabello a un lado, ya estoy excitada y respirando rápidamente. Con mi bata alzada hasta mis pechos, se podía ver mis pezones erectos. Levanto la cabeza y escucho ese delicioso sonido como aquel que desgusta de un mango. Sin dejar de chupar y disfrutar de su fruta me dice


- Hummmm...¿crees que no te sentí y no te haría mía mi cielo?Hola, he venido a desayunar...


Introduce dos dedos en mí, los saca lleno de mi néctar, los chupa y  continua


- Al parecer estás en tu punto...me encantas. Prueba...

Me da a probar de mí y me encanta su perversidad.

Me dice


- ¿Te gustas? Porque para mi estás deliciosa.

Y así comenzó mi día, exactamente a las 6:00 de la mañana. En medio de la cama, con las piernas abiertas y con la cabeza de mi hombre entre mis muslos. Maldito vulgar y sucio, amo que sepa como jugar ese papel...©


Keila M.
D.R.

Tranvía de MusasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora