Tranvía de Musas

Musa y poesía

Conocí una mulata de cabellera riza.
Y risa galopante.
De piel que la canela sólo le competiría molida…  Y espolvoreada por todo su cuerpo… Así como flan de caramelo. Porque ella entera es toda una diva. (Lástima que odia a los poetas)
¡Ella quiere una virilidad altiva!
Que la someta. Y se meta hasta lo más hondo de su vida... Su corazón y su parte visible que le palpita.
Quiere sentir saltada sus venas...
las de su cuello y las del intruso y su instrumento...
Ella quiere humedales fuera de la regadera.
Qué de placer la dejen tendida.
En la cama, la sala, la cocina.
O si es necesario y la ocasión y el calor se le suben de manera súbita.
Dentro de su Harley quiere una mini orgía... Y a media Avenida...
¡Pero la venida se tiene que ser entera!
De ella y la del guía.
Ella quiere comer carne y regurgitar fantasías.
Ella busca unas bolas duras como nueces. Y que produzcan jugo de azúcar así como la caña.
Busca columpiarse en un leño que le sobrepase las entrañas...
Que le raspe las paredes, le roce los labios, (también que se los bese)
Le confunda los párpados pues no sabra si tenerlos abiertos o mantenerlos cerrados. Ella Busca un leño que le aguanté unas buenas columpiada. Ella quiere revolverse toda la noche entre las sábanas. ¡Qué importa que al otro día llegue tarde al trabajo!
Ya bien cogidita podrá escoger mejor los casos... Pues el humor lo tendrá a santo. ¡Por mérito de ese brazo candente! Venudo, cabezón y lechoso.
Ella quiere dejar los cuerpos a retazos. Todo por el cuarto regado igual que las prendas... Quiere feroces encuentros. bellos derramos, baba por todos lados, sudor, Éxtasis. Jugos de lujuria a bien derramados... Ella busca fuego en la boca. Que no le tiren frases. Sino palabras obscenas. ¡Pero nada que la ofrenda! sólo palabras que le aflojen las piernas. Busca 50 sombras, pero ya no encuentra cosa nueva. Tendrá que reescribir capítulos. Pero por su cuenta. Tocara de Sade las puertas. Filtrara sus pecados para reacomodarlos.
Buscará esclavos.
Buscara amos.
Buscar entintarlos con su prosa lasciva. Buscara al cielo llevarlos con lo de sus piernas benditas.
Buscara que sus cavidades queden al cenit rendidas.
Ella quiere leche a litros.
Pagando a gemidos las chorreadas embestidas. Ella quiere que le restrieguen en la cara un palo (y en las demás partes de su hermoso cuerpo) Yo sólo quiero darle un halago. (Y tal vez Es por eso que odia a los poetas... Y yo que ya estaba apunto de preguntar el ancho de sus caderas, el largo de su garganta, y no precisamente en letras. El metraje de su pecho, el color de sus pezones, el sabor lo dejaríamos para luego. La circunferencia de su areola, la flexibilidad de sus piernas, o la destreza de su lengua o el calor de la misma... El poder de su mano derecha para halagar mi firmeza. O sí tal vez es ambidiestra...)
Y es por eso que ella odia a los poetas. Pues solo son de lengua un taco.
Ella quiere que le rompan la cama de tanto Carnal arrebato.
Y no que nada más bonito la tiendan.
Ella es una bestia en la cama.
Yo sólo en las letras...

Para: Keila M.

Creado en
El 202 de la poesía

**GRACIAS A MI dio del SOL POR HACERME SU MUSA Y POESÍA. UN HONOR SER DE TU INSPIRACIÓN