Tranvía de Musas

El Sol

Soy amiga de un Sol, que brilla más que el original. Es un Sol diferente, se llama poeta y al parecer un discípulo de otro que tomaba Ginebra. Con voz de estruendo, a veces me declama uno que otro poema. Hay ocasiones que su calor es como una brisa de invierno. En otras se vuelve más tierno. Todo depende de que hemisferio del planeta este posee.

A veces es un Sol romántico como aquel Quijote que moría de amor por su amada Dulcinea del Toboso. Sus letras destilan miel capaz de endulzar hasta mi mañanero café. No te equivoques porque este Sol con hiel a veces responde. Porque de Dama brincas a perra y luego se ajunta con la Diabla y prostituye a una musa ramera.

Conozco un Sol que su rayos destacan palabras que parecen que tienen magia. Es amigo de una que le dicen La Diabla, a ella en muchas ocasiones sus caprichos le corresponde. Convirtiendose en bestia y vomitando letras que la sangre absorbe. Es un poeta...un romántico en proeza. Aquel poeta que no usa una lapto, sino que destellos versos en su una de muchas libretas.

Escuchar como intercambia el papel mientra declama para mi es como besar a pμta en la frente después de horas de placer. Un afecto no permitido, un inverosímil demasiado raro. El Sol...parece que a veces se esconde. Es que en la madrugada de letras se desborda para en la mañana detallarlas en sus hojas de alborada©.

Keila M..