Amores que saben a hiel

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Amores que saben a hiel

- Después de tantos años juntos, ¿me amas?

- Te amo, aún te amo

- ¿Crees que algún día se acabe el amor?

- No creo que se acabe, a veces estaremos enojados, no siempre estamos enamorados, pero cuenta que cada vez que me pase dejarte, siempre me haces recordar el porqué me enamoré de ti.

- Te hago la misma pregunta

- Sabes que te amo, mi amor por ti jamás acabará

Después de una platicar de jugarse amor, ella decepcionada por aquella hipócrita respuesta fue a su armario, se cambió de vestido y su lencería, la que él le gustaba se puso. Se soltó el cabello, dio color a su tristeza pintando sus labios de un carmín vino. Busco unos tacones negros de punta fina, alta. Él al ver la tomó de su cintura y sin previa seducción entró en ella, los besos fueron escasos, los abrazos también. Ella pensaba que harían el amor, él sólo tuvo sexo... Al final de esa pésima demostración de amor. Ella confirmó lo que su corazón le dictaba.

Hay apegos que aunque sientas bien terminan destruyéndote. Hay amores disfrazados de hipocresía, palabras dichas por los mejores diablos, vestidos de poetas. Creyendo que son letras de miel y terminando siendo de hiel. Que cuando abres un poco terminando dañando poco a poco lo bueno y tierno que hay dentro de cada ser humano.

- No estés triste, sé que no fue uno de los mejores polvos, pero ¡caray! Pude escaparme y sacar tiempo para ti. Las cosas muy pronto cambiará para nuestro favor. Sólo es cuestión de tiempo.

- ¿Tiempo? Cuánto tiempo necesitas para dejarla. Llevo años guardando una falsa esperanza.

- Sabes que te amo Noelia, pero no puedo divorciarme ahora. Mis hijos apenas son unos niños..

Ella baja la mirada con la dignidad en su faceta terminal. Lo que comenzó como un juego, se había convertido en su verdugo. Se enamoró perdidamente de un amor prohibido. Lagrimas fugaces salieron de sus dos luceros, aunque ella era su amante no dejaba de doler lo que argumentaba aquel hombre infiel. El la acoge en sus faldas y le besa la frente.

- No estés triste mi pequeña, te has enamorado de un hombre correcto en el momento incorrecto...

Todo terminó contento, él se fue a su casa a recibir a su esposa. Una casa vacía y una sobremanila estaba en la mesa de café. Al abrir vio la carta de divorcio y una carta que decía: " la próxima vez que veas a tu amante procura que no use ese carmín vino que yo jamás he usado, encontré labial en tu chaqueta y condones en la cartera, no entendí porqué, si estoy operada y no puedo tener más hijos. Me niego ser la mujer sometida que se queda con su esposa infiel y su adorada amante".

Pasaron semanas, cuando encontró el momento para visitar y terminar con su amante.

- Me encanta como te mueves Noelia, tu estrechez es exquisita, ese calor entre tus piernas me domina.

Moraleja:

A veces el cazador, termina siendo cazado.

¿Quién le fue infiel a quién?

Keila M.

Tranvía de MusasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora