Baño Sibarítico

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Un baño de burbujas placentera, acostada y excitada mi imaginación vuela. Un hombre juega con mi mente, me dice que su verga por mí se mueve como una serpiente. Me desea y con mi paciencia el muy desgraciado juega. Me susurra vulgaridades al oído, dice que quiere saber el sabor de mis fluidos.


- Imagíname que  en tu baño de burbujas, entro a tu tina como si fuera un fantasma tu acostada y excitada, no percibes que mi desnudez es ya evidente. Mi falo como fierro candente está presto para penetrar tu sexo, tal como lo deseas, los movimientos de mi verga serpentean y generan deliciosas gotas de semen, fruto de tu imagen.


Te susurraré al lóbulo de tus oídos mi niña caribeña, cogerte será lo máximo llenar tu sexo de carne voluptuosa y acosadora. El sabor de tus fluidos dulces y amorosos, me permitirán hundirme y fundirme en tus deliciosos  adentros entonces las rugosidades de mi verga, te harán llorar de placer y lujuria.


Al recordar sus insinuaciones creativas mis manos con la textura de la espuma acarician mi piel, acaricio mis piernas pensando que son sus manos. Sobajo mis pechos y mis pezones con desesperación me jalo, Es que ese mal hombre endulza mi subconsciente. Sigue en el sendero de la excitación y continuó con esa rembraza. A todas esas eróticas tentaciones añadió


-  Y mientras te penetro, tus manos prodigiosas recorren tu piel, para elevar  al máximo tus sentidos eróticos, mmmm...te encanta que te c

oja, chupo tus tetas y tus magníficos pezones llenos de sensualidad.

Endulzo tu aliento, caliento tus pezones, dejo mis marcas dentales en tu  pecho sin piedad, tus labios vaginales me atrapan y me regalan sus  humedades, causa que me permite cogerte más rico. Invadir tu sexo de leche lujuriosa y en un suspiro sentir tus orgasmos y

Mezclados con los míos, ahhh...Quiero tu rica vulva llenarte y con mi leche en ella humectarte.


Mi respirar es más denso, en mis pechos enjabonados y los botones bien alzadado. Recojo mis chinos y seco un poco la transpiración que me causa recordarlo. Acaricio mis piernas con la espuma y logran una química profunda. Subo mis manos lentamente por mis piernas, paso por los muslos y los aprietos. Entre meto mis dos manos y extiendo mis lascivas caricias hasta mi vagina. El sólo tacto me vuelve sensible y por él mi cuerpo gime. Decido vaciar la bañarera y me paro a buscar mi acompañante en noches relajantes como estas. Vuelvo a la bañera, me siento y coloco mi pierna en el borde de la misma. Estar así tan expuesta me hace pensar más y más en él. Deslizo mi d¡ldo y lo humecto con mis fluidos. Poco a poco lo adentro en mi. Mi centro nervioso comienza a latir porque el corazón de una mujer tiene un repuesto que se encuentra escondido en el monte de Venus. Sigo con mi erótico juego, meto más y más a mi fiel hasta entrarlo entero. Un fuerte jadeo salió de mi alma y fue arrebatado desde mi garganta. Imaginar que era él, que me poseía eso si me prendía. Realmente lo necesito ya mi cuerpo en muere por tenerlo es que me volví a dicta a su sexo.


De repente escucho como abren la puerta, a esta hora a nadie espero. Sólo puede ser una persona y el que me vea así no me interesa. Se escucha como deja sus llaves en la mesa en recibidor. Sus pasos se hacen más agudos una vez se acerca. Entró al cuarto y de ahí directo a nuestro baño. Continuo con mi juego no me importa que sepa lo cachonda que me provoca imaginarle. Al verlo muerdos mis labios, allí frente a mi estaba parado. El bulto de su erección sea hacía ver, se sobaja su v€rg* frente a mi.


- Vamos, continúa te quiero ver


Esto me decía mientras su cremallera bajaba y liberaba su v€nos@ firmeza. Seguí masturbándome mirándolo fijamente, fruncia el ceño, jadeaba y mi cabeza hacia atrás se movía una y otra vez. Me apreté un pecho, ya estaba apunto de correrme. Abro mis ojos y él ya tenía los pantalones en el piso, frotaba su nepe de arriba, a bajo. Me paré y en la pared me incliné. Él abrió mis nalgas y le dio varias palmadas. Me dolía, pero era algo que gustaba. Sus largos dedos por mi clítoris deslizó dándole atención. Mi equilibrio era pésimo sentía que me iba a caer. Él soltó mi cabello y entrelazó sus grandes manos en mis chinos. Jalo con un poco de fuerza. Se acercó a oído

- Mujer piensas que  te dejaré caer hermosa. Me encanta verte temblar, el redondez de tus nalgas y tener mi verg@ entre ellas, uffff cabrona me matas.


Me mordió el cuello y oreja. De una estocada me penetró una y otra vez. Mis piernas temblaban y dos orgasmos emanaban. Bajo su lava por mis piernas. Perdí el balance, pero sentí como por la cintura mi amante me sujetó. Y así esa noche comenzó nuestra primera sesion de hacer el sexo con amor©.


Keila M.

D.R.

2019


Tranvía de MusasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora