Tranvía de Musas

Sus manos

Sus manos

Si yo anduviera extraviada, sin duda tomaría sus manos como guía inmediata. A través de ellas me transporta a lo más sublime y tierno. Cuando dibuja  mi cuerpo en cada caricia, delinia con sus dedos cada curva de mi silueta que mucho le encanta. Al besarme sujeta con delicadeza mi cabeza, me acerca a él y se vuelve ladrón de mi aliento. En ese juego de besos, con seguridad y algo de rudeza me da un empujón corto, hacíendome rozar más hacia su firmeza. Dando entender que se apropia del momento sacando el macho alfa con toda grandeza.

Mis caderas se transforman en un vaivén entres sus piernas. Donde cada punto de encuentro hace  humedecer y emerger un mar de fluidos densos ; entre mis muslos,  mi flor dilatada y abierta. Es que sus manos tienen maña, me hace débil ante ellas. Siempre he dicho, - ¡put°s manos, deben tener magia! Me vuelve esclava y sumisa a su complacencia.  Es un amante a la antigua, de hecho también de mano lenta. Sabe que la mujer en la cama necesita un plebeyo que la adore, un dios Eros que la pocesione.

Sus manos, más que encontrar un tacto físico, siento un apoyo emocional, son usadas como símbolo de muestra de un soporte incondicional. Amo las manos de mi hombre porque me hacen reaccionar, con sólo un toque, cuando me siento débil, cansada y algo emocional. Al hacer el amor es cuando de sus manos me dejo llevar, me hace sentir que estoy en otro mundo, va más allá de lo ancestral y absurdo. Quien iba a decir que las manos tiene poder de hacer estallar de hacerte vivir y sin número de veces, porqué no...hasta venir. Una caricia jamás se olvida, cuando las manos son las indicadas...prepárate mi vida, porque tus manos es una nueva adicción a la que me orillas©.

K.M.