Tranvía de Musas

IV Confesión Corta: Él no sabe

IV Confesión corta: Él no sabe

- Ave Maria Purrissima

- Concepita senza peccato

- Perdonami Padre, ho peccato

- In che modo avete peccato, figliola?

Desahogarme ante el Padre en la
Parroquia San Pantaleone a Elici fue la manera en que encontré alivio a mi alma.

- Padre amo a un hombre, tengo sueños carnales con él. Me levanto con deseos de ser fuertemente poseída por ese hombre. Mi piel se eriza y mi sexo emana un manantial de placer. Peco de lujuria y de placer. Él no sabe lo que me pasa, tan sólo imaginarlo mis pechos se tornan sensibles, el roce de la tela despiertan mis p€zones adormilados. Mis manos acarician con lascivia mi cuerpo. Exploro cada zona erogena y pienso que es su ardiente lengua. Padre...creo que él se ha convertido en una obsesión. Quiero sentir su firme  mástil en mi. He pensado lanzarme en sus brazos sin pudor. El sentir sus manos en mis pechos, comos los sobaja, los aprieta y devora, provocan que mis sentidos se intensifiquen. He jugado con mi cuerpo en las madrugadas pensado que es él quien me toca. Mi botón se tensa y sale de su capuchón, no desea mis manos, sino las de él. He tenido muchos orgasmos pensando sólo en ese hombre. Me atormenta todas las noches y cada vez los sueños húmedos son más intensos y reales. Una noche me levanté de uno de tantos sueños y él estaba arrodillado al costado de la cama con su miembro sarandeando mi boca y sin pudor lo hice. Deguste de sus fluidos lechosos y por primera vez probé su virilidad.

Era mucha información explicita para un Padre, ha pesar que es un fiel de Dios, no deja de ser un humano. Que al igual que yo siente y padece. Mi cara estaba sonrojada. El Padre salió de su cabina y me llevó a la oficina de la Iglesia.

- Hija, dentro de la Parroquia no puedes parlare así. Las paredes escuchan. Tranquila y continua la tua confessione...©

Keila M.