Resurgir como el Ave Fénix

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Hoy es uno de esos de tantos cabrones días en que recuerdo el día de mi partida. Me veo toda una diva, me vestí como si fuera para la inauguración de una nueva vida. La casa estaba ya vacía, sólo era la cama, la maleta y yo.  Fui preparando los últimos detalles, no habías llegado a desacerte de tu basura. Sólo ese día vi que hiciste algo por la casa y por ti. Pasó más de una hora. Estaba sentada en la silla del patio. Miraba la maleta y el bello paisaje de ese día. Pensaba si seguía esa desastrosa decisión o me quedaba a luchar. ¿Luchar, luchar porqué? Había pasado años luchando y con todo y eso guardaba la esperanza de que podíamos rescatar este desastre.

Pasó otra hora, una hora menos que faltaba para mi viaje. Llegaste y no sabía si mirarme, en tu rostro, tus ojos los descifró muy bien y gritaban que no me fuera. En ese momento llegó el pensamiento que tanto me decía mi fallecido padre. "Hija, si usted toma una decisión, procura que sea definitiva y no des marcha atrás. No se convierta en esa burla de mujer que se deja y vuelve a lo mismo". Aunque no podía demostrar fortaleza, sí, demostré valentía.

Nos miramos, nos abrazamos fuerte, por primera vez te vi llorar, pero llorar con el corazón quebrantado. Muy dentro una voz me decía, no lo hagas, pero el daño ya estaba hecho. No podía pasar más tiempo marchitando mi esencia. Quedarme contigo ese día hubiera sido el inicio de un nuevo infierno disfrazado de amor. Un pequeño beso en tus labios fue el punto final para nuestra historia.

Hay días que me estremecen, no lo niego. Extraño lo bonito que fuimos un día, pero no me arrepiento el haberme marchado porque ahora valoro más la mujer que soy y sobretodo pude salvar mi esencia que es lo más guardo como un tesoro. Esencia que tú muchas veces intentaste herir, pero que mi dignidad no lo permitió. Te extraño, pero murió un sentimiento y esos vienen y van.

Soy una Ave Fénix, dentro de este desastre, créeme que voy a resurgir de mis cenizas. ¡Eso júralo cabrón que así será!

Todos tenemos el poder de RESILIENCIA. De enfrentar situaciones fuertes y salir de ellas. Tal vez en algunas matan parte de nosotros, pero en otra partes renace esa fuerza de lucha, valentía y fortaleza para darle con todo a la vida. Las personas que somo resilientes,
sabemos que lo significa el compromiso y perseguimos los objetivos necesario para cumplir con el mismo. Nos gusta tener el control y eso en el aspecto positivo es excelente porque te miras como una persona determinada. Estamos abierto a nuevas experiencias, la vida no termina en un fracaso, el fracaso le da sentido a la vida y si eres inteligente, vas a sustituir el fracaso por la palabra experiencia©.

¡Únete al club de los resilientes y resurge!

Keila M.
D.R.

Tranvía de MusasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora