Efecto Mariposa - Dramione

20.-Draco 06

Se acercaban los exámenes finales y Harry, Weasley, Violet, Hermione y yo quedamos en la biblioteca para repasar juntos. Ya llevábamos una hora en silencio estudiando cuando escuché la voz de Ron.

—¡Hagrid! ¿Qué estás haciendo en la biblioteca?- preguntó Ron

—Estaba mirando —dijo con una voz evasiva que nos llamó la atención—. ¿Y vosotros qué hacéis? —De pronto pareció sospechar algo—. No estaréis buscando todavía a Nicolás Fla...-al verme se tapó la boca.

—Tranquilo. Draco es amigo nuestro y lo sabe todo. Ah y por cierto encontramos hace siglos a Flamel—dijo Ron—. Y también sabemos lo que custodia el perro, es la Piedra Fi...

—¡¡Shhh!! —Hagrid miró alrededor para ver si alguien los escuchaba—. No podéis ir por ahí diciéndolo a gritos. ¿Qué os pasa?

—En realidad, hay unas pocas cosas que queremos preguntarte —dijo Harry— sobre qué cosas más custodian la Piedra, además de Fluffy...

—¡SHHHH! —dijo Hagrid otra vez—. Mirad, venid a verme más tarde, no os prometo que os vaya a decir algo, pero no andéis por ahí hablando, los alumnos no deben saber nada. Van a pensar que yo os lo he contado...

Rodé los ojos. Si no hubiera sido por el  guardabosques. Nadie hubiera husmeado sobre Flamel

—Te vemos más tarde, entonces —dijo Harry.

Hagrid se escabulló.

—¿Qué escondía detrás de la espalda? —dijo Hermione con aire pensativo.

—¿Creéis que tiene que ver con la Piedra?. -pregunté

—Voy a ver en qué sección estaba —dijo Ron

—¡Dragones! —susurró—. ¡Hagrid estaba buscando cosas sobre dragones! 

—Hagrid siempre quiso tener un dragón, me lo dijo el día que lo conocí —dijo Harry.

—Pero va contra nuestras leyes —dijo Ron—. Criar dragones fue prohibido por la Convención de Magos de 1709, todos lo saben. Era difícil que los muggles no nos detectaran si teníamos dragones en nuestros jardines. De todos modos, no se puede domesticar un dragón, es peligroso. Tendríais que ver las quemaduras que Charlie se hizo con esos dragones salvajes de Rumania.

—Entonces ¿en qué está metido Hagrid? —dijo Hermione. Todos encogimos los hombros.

Cuando fuimos a su cabaña nos explicó el guardabosques que casi consiguen robar la piedra filosofal de Gringots. Así que ahora está custodiada dentro del castillo y el cerbero la protege. Nos dijo que algunos de los profesores hicieron encantamientos para su custodia la profesora Sprout, el profesor Flitwick, la profesora McGonagall, el profesor Quirrell , Dumbledore y el profesor Snape.

Las sospechas en mi grupo de amigos se intensificaron pero yo me negaba a creérmelo. 

Luego nos enseñó el huevo de un rigeback noruego. No me caía mal el guardabosques pero era un loco insensato. Mira que guardar el huevo de dragón en una cabaña de madera. No había que ser muy listo para saber el desenlace de eso. Le convencimos para que se lo diese a Charlie Weasley, aceptó a regañadientes.

Perdimos la noción del tiempo y se hizo de noche. Nos saltamos la cena en el comedor Harry no tenía la capa de invisibilidad para cubrirnos ante la posibilidad de que nos viera Filch o algún profesor. No tuvimos suerte, nos encontramos con Mcgonagall.por no estar en los dormitorios y nos esperó en la puerta.

-Es la una de la mañana. Quiero una explicación. -exigió la jefa de Gryffindor

No podíamos vender a Hagrid. Así que nos mantuvimos callados

—Estoy disgustada —dijo la profesora McGonagall—. Cinco alumnos fuera de la cama a la una de la noche. ¡Nunca he oído una cosa así! Tú, Hermione Granger, pensé que tenías más sentido común. Y tú, Harry Potter... Creía que Gryffindor significaba más para ti.  Y vosotros dos, Draco Malfoy y Violet Potter, el porque yo sea de Gryffindor no quiere decir que no tenga autoridad para castigaros. Os descontaré 50 puntos por esto además de un castigo.

—¿Cincuenta? —resopló Harry. 

—Cincuenta puntos cada uno —dijo la profesora McGonagall, resoplando a través de su nariz puntiaguda. Ahora, volved a la cama, todos.

-¿Cómo?- gritamos todos a la vez.

Los de Slytherin nos van a odiar a Violet y a mi. Bueno quizá yo me salve por ser Draco Malfoy, pero Violet va a volver a ser una paria. Nos dimos un abrazo conjunto antes de ir a dormir sabiendo que los siguientes días no serían fáciles.

En la habitación me estaba esperando despierto Taurus.

-¿Donde cojones has estado?. Es la 1:30 y nadie te ha visto el eplo -me susurró enojado mi hermano para no despertar al resto de la habitación.

No recordaba la última vez en la que me dirigía la palabra.

-Tengo sueño, hablamos mañana. -le respondí cansado.

-A primera hora de mañana sin falta. -me dijo mientras me examinaba por si tenía alguna herida.

Mañana va a ser un día agotador.