100.Violet 17

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Todos los personajes y la historia pertenecen a JK Rowling

POV VIOLET POTTER 17

Vaya nochecita pasamos ayer. Aragog, la mascota de Hagrid de hace 50 años que creíamos que era el monstruo, ¡CASI NOS MATA! Bueno, él no, (Aragog es macho), pero casi lo hacen sus miles de hijos e hijas de tamaño humano. Porque resulta que Hagrid no abrió la Cámara hace 50 años, eso fue lo único bueno de la noche, descubrir que no era el culpable.

Estuvimos desayunando los tres juntos. Ron aún temblaba por lo acontecido.

—Seguid a las arañas —murmuró Ron —. La próxima vez que vea a Hagrid, le mato.—

 Estaba de acuerdo con Ron, nunca perdonaré a Hagrid por llevarnos a una muerte casi segura. Ya no me daba tanta pena que lo hubieran llevado injustamente a Azkaban.

—Apuesto a que no pensaba que Aragog pudiera hacer daño a sus amigos —dijo Harry, defendiéndole.

—¡Ése es exactamente el problema de Hagrid! —dijo Ron, hablando con la boca llena—. ¡Siempre se cree que los monstruos no son tan malos como parecen, y mira adónde lo ha llevado esa creencia: a una celda en Azkaban! —No podía dejar de temblar a pesar que habían pasado casi 10 horas de aquello. Parecía que no había dormido nada.

—Al menos sabemos que Hagrid no abrió nunca la Cámara de los Secretos. —dijo mi hermano.

—Pero seguimos en el punto de partida. —dije suspirando. Estuve tentada de preguntar a Taurus, pero quizás no supiera al final quien era el heredero si ha permitido que Draco resulte atacado. 

—Un momento. —dijo Harry. Se le había venido una idea. — La chica que murió... Aragog dijo que fue hallada en unos aseos . ¿Y si no hubiera abandonado nunca los aseos? ¿Y si todavía estuviera allí?—

—¿No pensarás que la asesinada por el monstruo fue... Myrtle la Llorona?—pregunté aunque sabía su respuesta. 

—Precisamente pensaba en eso. —dijo Harry. —Mañana, que es festivo, aprovecharemos para preguntarle si recuerda algo.

—Con la cantidad de veces que hemos estado cerca de ella en los aseos —dijo Ron con amargura —, y no se nos ocurrió preguntarle, y ahora ya ves... Ahora es imposible, ni aún con la capa, Myrtle es muy ruidosa. Burlar a los profesores para poder meterse en un lavabo de chicas, pero no uno cualquiera, sino el que estaba junto al lugar en que había ocurrido el primer ataque, es  prácticamente imposible.—

Emití un suspiro de decepción. Nunca averiguaríamos el misterio. Pasaron 7 días y el anuncio de los exámenes finales en menos de 2 semanas hizo que se nos olvidara el misterio de la Cámara de los Secretos. Este año no había estudiado casi nada, tenía que aprobar fuere como fuere. ¡Si no me expulsarían! Al que no le preocupaba mucho era a Taurus, no había salido de la enfermería en ningún momento en esta semana. Los rumores decían que ni para asearse salía de allí. Una vez entré allí y sí que tenía un aspecto muy desaliñado.

A la hora de comer, me volví a sentar con Harry y Ron en la mesa de Gryffindor. Sin Draco, me daba más reparo sentarme con Blaise, Theo y Daphne. Entró la profesora Mcgonagall y pidió silencio.

—Tengo buenas noticias —dijo, y el Gran Comedor, en lugar de quedar en silencio, estalló en alborozo.

—¡Vuelve Dumbledore! —dijeron varios, entusiasmados.

—¡Han atrapado al heredero de Slytherin! —gritó una chica desde la mesa de Ravenclaw.

—¡Vuelven los partidos de quidditch! —rugió Flint emocionado.

 La profesora McGonagall esperó a que se calmara el alboroto.

—La profesora Sprout me ha informado de que las mandrágoras ya están listas para ser cortadas. Esta noche podremos revivir a las personas petrificadas. Creo que no hace falta recordaros que alguno de ellos quizá pueda decirnos quién, o qué, los atacó. Tengo la esperanza de que este horroroso curso acabe con la captura del culpable. —dijo McGonagall.

—¡Siendo así, no tendremos que preguntarle a Myrtle! —dije emocionada a Harry y Ron—. ¡Hermione  y Draco tendrán la respuesta cuando los despierten! Aunque puede que Hermione se vuelva loca cuando se entere de que sólo quedan tres días para el comienzo de los exámenes. —

En aquel mismo instante, Ginny Weasley se acercó y se sentó junto a Ron. Parecía tensa y nerviosa, y vi que se retorcía las manos en el regazo.

—¿Qué pasa? —le preguntó Ron, sirviéndose más gachas de avena.

Ginny no dijo nada, pero miró la mesa de Gryffindor de un lado a otro con una expresión asustada.

—Suéltalo ya —le dijo Ron, mirándola.

—Tengo algo que deciros —masculló Ginny, evitando mirarnos directamente.

—¿Qué es? —preguntó Harry.

Parecía como si Ginny no pudiera encontrar las palabras adecuadas.

—¿Qué? —apremió Ron.

Ginny abrió la boca, pero no salió de ella ningún sonido. Harry se inclinó hacia delante y habló en voz baja, para que sólo le pudieran oír Ron, Ginny y yo.

—¿Tiene que ver con la Cámara de los Secretos? ¿Has visto algo o a alguien haciendo cosas sospechosas?—le preguntó mi mellizo a Ginny.

Ginny cogió aire, y en aquel preciso momento apareció Percy Weasley, pálido y fatigado.

—Si has acabado de comer, me sentaré en tu sitio, Ginny. Estoy muerto de hambre. Acabo de terminar la ronda.—dijo Percy.

Ginny saltó de la silla como si le hubiera dado la corriente, echó a Percy una mirada breve y aterrorizada, y salió corriendo. Percy se sentó y cogió una jarra del centro de la mesa.

—¡Percy! —dijo Ron enfadado—. ¡Estaba a punto de contarnos algo importante!

Percy se atragantó en medio de un sorbo de té.

—¿Qué era eso tan importante? —preguntó Percy, tosiendo.

—Yo le acababa de preguntar si había visto algo raro, y ella se disponía a decir...—dijo Harry

—¡Ah, eso! No tiene nada que ver con la Cámara de los Secretos —dijo Percy.

—¿Cómo lo sabes? —dijo Ron, arqueando las cejas.

—Bueno, si es imprescindible que te lo diga... Ginny, esto..., me encontró el otro día cuando yo estaba... Bueno, no importa, el caso es que... ella me vio hacer algo y yo, hum, le pedí que no se lo dijera a nadie. Yo creía que mantendría su palabra. No es nada, de verdad, pero preferiría...—dijo Percy, muy nervioso.

—¿Qué hacías, Percy? —preguntó Ron, sonriendo—. Vamos, dínoslo, no nos reiremos.—

Percy no le devolvió la sonrisa. Se levantó del sitio y se fue a otro lugar.

Efecto Mariposa - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora