111.Taurus 28

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Todos los personajes y la historia pertenecen a JK Rowling

POV TAURUS MALFOY 28

Recibí el coletazo de lleno, la varita se rompió en dos trozos y yo acabé volando por los aires. Traté de levantarme, pero veía todo borroso. El sueño pudo conmigo y me quedé inconsciente tumbado en el frío mármol.

Riddle evitó que me quedara dormido durante mucho tiempo. Me arrastró por el suelo tirándome por el pelo.

—¡No puedes dormirte ahora, Taurus! ¡Tienes que presenciar el final de Harry Potter y luego el tuyo!—

Escupí sangre. No sé si fue por el golpe de la cola de la serpiente o por el aterrizaje cuando me mandó a volar, pero me había causada daños internos. Si tuviera que apostaría, sería por un pulmón porque también me costaba respirar.

Al final no me pude vengar del monstruo que había atacado a Draco, una espada que le atravesaba el cráneo me indicó que Potter lo había matado. Aunque éste no estaba mucho más vivo que la serpiente. Tenía clavado un colmillo en el brazo con veneno de basilisco. No tardaría mucho en morir, y si no venía ayuda enseguida, yo le seguiría en breve.

—Estás muerto, Harry Potter —dijo Riddle—. Muerto. Y pronto te seguirá tu amiguito. —me miró con locura en sus ojos.

Vi como Potter se arrancaba el colmillo del brazo.

—Es inútil. Te ha inyectado veneno de basilisco, en pocos minutos morirás envenenado. No hay cura para el veneno de basilisco. —explicó Riddle sonriendo triunfalmente. —Me voy a sentar aquí a esperar que mueras, Harry Potter. Tómate todo el tiempo que quieras. No tengo prisa.—

Potter se estaba arrastrando a donde estaba la mini comadreja y el diario, sujetando el colmillo.

—Éste es el fin del famoso Harry Potter —dijo Riddle—. Derrotado al fin por el Señor Tenebroso al que él tan imprudentemente se enfrentó. Volverás con tu querida madre sangre sucia, Harry... Ella compró con su vida doce años de tiempo para ti... pero al final te ha vencido lord Voldemort. Sabías que sucedería tarde o temprano.—

Potter, arrastrándose como una serpiente se situó entre medias de Weasley y el diario. Alzó la mano que agarraba el colmillo de basilisco y se lo clavó al cuaderno.

—AAAAAAAAHHHHHH. ¡NOOOOOOOOOOO!—oí un grito largo, horrible, desgarrado, proveniente de Riddle.

La tinta salió a chorros del diario, vertiéndose sobre las manos de Potter e inundando el suelo. Riddle se retorcía, gritando, y entonces...Desapareció. El veneno del basilisco había abierto un agujero en el cuaderno.

Potter se levantó temblando y observó a la comadreja. Sonrió al verla, desde mi posición vi como dejaba de estar tan pálida. A diferencia de nosotros, viviría. Me entró una tos incontrolable y manche mi túnica de sangre. No tenía varita para remediar mi futuro trágico desenlace. La mía estaba rota y la de Potter cayó al agua de la Cámara cuando lancé el Expelliarmus.

Vi como caminaba hasta sentarse junto a mí.

—Así que así es como acaba mi aventura. —dijo con la voz muy débil Potter.

—Te corrijo: nuestra aventura. Yo me uniré en breve a hacerte compañía al otro lado. —dije volviendo a escupir sangre.

—Al menos hemos salvado a Ginny. —dijo Potter tumbándose boca arriba.

—Menudo consuelo. Yo prefiero consolarme en que por lo menos me he vengado de lo que le han hecho a Draco. —dije en un susurro.

—No quiero ser quisquilloso ...., pero he sido yo el que ha matado a la serpiente y ha destruido el cuaderno. —dijo el cuatro ojos con una sonrisa.

—Lo que sea... —dije rodando los ojos.

—Después de Voldemort, Snape y mis tíos, eres la persona a la que más he odiado. Y fíjate ..., compartiendo mis últimos momentos contigo. —dijo Potter entrecerrando los ojos. —Voy a dormir un rato. Hasta luego, Taurus. —dijo perdiendo la consciencia.

—Hasta luego, Harry. —dije. Era la primera vez que me refería a él con su nombre de pila, y también sería la última.

Una mancha roja pasó al lado de Potter. Era el fénix de Dumbledore. Empezó a llorar sobre la herida de Potter, empezó a salir humo morado de la herida para posteriormente. Potter había recobrado el color en su cara, pero seguía inconsciente.

Se me olvidaba que las lágrimas de los fénix tienen grandes poderes curativos. No sabía que tuvieran tanto poder como para incluso curar el mortal veneno de basilisco. Miré al fénix entrecerrando los ojos, el me devolvió la mirada. No podía apenas moverme, el dolor era demasiado grande.

—Ven aquí, pajarito bueno. ¿Quién es el pajarito más bueno del mundo? Síii, eres tú. —dije con voz estúpida como si estuviera hablando a un bebé. Vi que caminaba muy lentamente hacia mi, que estaba a menos de dos metros. —Sí, eso es. Pajarito bueno, ¿no tienes pena que el pobrecito Taurus vaya a morir? —volvió a acercarse un poco más. —Eso es, eres muy bueno.—

De pronto, el fénix extendió las alas y salió volando adentrándose en la oscuridad de la Cámara.

—¡VUELVE AQUÍ, PAJARRACO ESTÚPIDO! —grité y debido a eso sentí un fuerte picor en mi esófago. —Cof, cof, cof. —tosí sangre. —Joder, al final el único que va a morir soy yo. —

Vi como una figura emergía en la sala. Era Dumbledore. ¡Se había aparecido!

—¿Qué...? ¿Cómo?—dije sin comprender

—Te estarás preguntando, Taurus, como me he aparecido si existe una barrera mágica que protege Hogwarts de las apariciones de los magos. Bueno, yo fui el que creé la barrera mágica y por tanto soy capaz también de desactivarla. —dijo Dumbledore acercándose a nosotros.


Efecto Mariposa - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora