109.Harry 13

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Todos los personajes y la historia pertenecen a JK Rowling

POV HARRY POTTER 13

—A lo que íbamos, Harry —dijo Tom —. En dos ocasiones, en tu pasado, en mi futuro, nos hemos encontrado. Han sido dos ocasiones en que no he logrado matarte. ¿Cómo sobreviviste? Cuéntamelo todo. Cuanto más hables —añadió con voz suave—, más tardarás en morir. ¡Y tú aún estás a tiempo de desaparecer! —advirtió a Taurus, éste le sacó el dedo del medio lo que aumentó la ira de Tom.

—¡PETRIFICUS TOTALUS! —el hechizo de Taurus atravesó a Tom sin hacerle nada e impactó en la enorme estatua. —¿He fallado? ¡EXPULSO! —de nuevo,su hechizó lo atravesó y golpeó a la espinilla de la estatura dañándola levemente. —No puede ser ... —murmuró estupefacto y dando un paso atrás, asustado.

—Aún no soy del todo corpóreo. No hasta que Ginny muera. Tus hechizos no me afectan, Taurus Malfoy. Debiste retirarte cuando te di la oportunidad, ahora morirás junto a Harry Potter. —dijo Tom, con una amplia sonrisa.

—Potter. —me susurró Taurus. —Necesito que le entretengas un minuto mientras pienso en un plan. —dijo con la voz temblorosa. Estaba asustado y nervioso, nunca lo había visto.

—¿Y cómo lo hago? —pregunté.

—Cuéntale lo que quiere saber. Cuéntale por qué has sobrevivido. —dijo Taurus mordiéndose las uñas.

—¿Emmm? Esto ... Nadie sabe por qué perdiste tus poderes al atacarme —dije bruscamente —. Yo tampoco. Pero sé por qué no pudiste matarme: porque mi madre murió para salvarme. Mi vulgar madre de origen muggle —añadí, temblando de rabia—; ella evitó que me mataras. Y yo te he visto de verdad, te vi el año pasado. Eres una ruina. Apenas estás vivo. A esto te ha llevado todo tu poder. Te ocultas. ¡Eres horrible, inmundo!—

Tom tenía el rostro contorsionado. Forzó una horrible sonrisa.

—O sea que tu madre murió para salvarte. Sí, ése es un potente contrahechizo. Tenía curiosidad, ¿sabes? Porque existe una extraña afinidad entre nosotros, Harry Potter. Incluso tú lo habrás notado. Los dos somos de sangre mezclada, los dos huérfanos, los dos criados por muggles. Tal vez somos los dos únicos hablantes de pársel que ha habido en Hogwarts después de Slytherin. Incluso nos parecemos físicamente... Pero, después de todo, sólo fue suerte lo que te salvó de mí. Eso es lo que quería saber.—continuó Tom

Permanecí quieto, tenso, aguardando que Tom levantara su varita contra nosotros. Pero Riddle se limitaba a exagerar más su sonrisa contrahecha.

—Ahora, os voy a dar una pequeña lección. Enfrentemos los poderes de lord Voldemort, heredero de Salazar Slytherin, contra el famoso Harry Potter, que tiene de su parte las mejores armas de Dumbledore y su gran amigo, Taurus Malfoy.—dijo con una risa burlona Tom.

—¡No soy su amigo, ni siquiera me cae bien! —contesté enojado.

—¿En serio, Potter? ¿Estamos a punto de morir y lo que te molesta es que se piense que somos amigos? —dijo Taurus rodando los ojos.

—¡Tú calla y piensa en algo! Eres el experto en planes, ¿no? —dije.

Vi como Taurus se masajeaba la cabeza y fruncía el ceño. Intuía que la cabeza le iba a mil por hora pensando en la manera de salir de esta con vida.

Riddle nos dirigió una mirada socarrona, y luego anduvo unos pasos en dirección opuesta. El miedo se me extendía por todo el cuerpo, vi que Riddle se detenía entre las altas columnas y dirigía la mirada al rostro de Salazar Slytherin, que se elevaba sobre él en la oscuridad. Riddle abrió la boca y silbó... ¡Era pársel! Comprendí lo que decía.

Háblame, Slytherin, el más grande de los Cuatro de Hogwarts.—silbó Riddle en pársel.

El gigantesco rostro de piedra de la estatua de Slytherin se movió y vi que abría la boca, más y más, hasta convertirla en un gran agujero. Algo se movía dentro de la boca de la estatua. Algo que salía de su interior. ¡Era el basilisco! Cerré los ojos con fuerza, Taurus me imitó.

—¿Ya has pensado en algo? —susurré 

—Hablas pársel, ¿no?  ¡Pues dile que no nos ataque y ataque a Riddle, como hiciste para salvar el culo a ese sangre sucia en el club de duelo!—

—Atácale a élsilbé en pársel.

Yo sólo obedezco al heredero de Slytherin, humano insolente —me contestó la terrorífica voz del basilisco.

—Es inútil, dice que sólo obedece a Riddle. —dije con los ojos cerrados y apunto de llorar por el terror que sentía.

—Joder, pues sólo podemos hacer una cosa. —oí la voz de Taurus. 

—¿El qué? —pregunté

—¡CORRER! —gritó Taurus. 

Antes de salir disparados en dirección opuesta al basilisco cogí el sombrero seleccionador. Sentí que el ala de Fawkes me rozaba el rostro al emprender el vuelo. ¡No me dejes!

La estancia tembló por un gran impacto contra el suelo. Aunque tenía los ojos cerrados, supe que era obra del basilisco.

Mátalos. —ordenó Riddle en pársel.

Podía oír como el pesado cuerpo  del basilisco se deslizaba acercándose cada vez más a nosotros.

En la huída tropecé con una piedra, y cuando caí hice tropezar a Taurus que también cayó.

—¡Joder Potter, vas a conseguir matarnos! —dijo enfadado Taurus.

Oí otra vez esa música rara. Era Fawkes que revoloteaba cerca del basilisco. El basilisco dejó de perseguirnos y se dedicó a azotar a las columnas.

No pude evitarlo. Abrí los ojos lo suficiente para vislumbrar qué sucedía. Fawkes planeaba alrededor de la cabeza de la serpiente, y el basilisco, de un verde brillante, le lanzaba furiosos mordiscos con sus colmillos largos y afilados. Entonces Fawkes descendió. Su largo pico de oro se hundió en la carne del monstruo, una y otra vez, y un chorro de sangre negruzca salpicó el suelo. La cola de la serpiente golpeaba muy cerca de nuestra ubicación. Miré la cabeza de la gran serpiente. ¡Fawkes la había dejado ciega!

¡No! —oí gritar a Riddle en pársel—. ¡Deja al pájaro! ¡Deja al pájaro! ¡Los chicos están detrás de ti! ¡Puedes olerlos! ¡Mátalos!—

—¡Taurus, puedes abrir los ojos! ¡Fawkes ha dejado ciego al basilisco! le dije zarandeándolo por la túnica.

—Al fin algo de suerte. —dijo Taurus abriendo los ojos.— Tengo un plan, pero no te va a gustar, Potter. —La serpiente ciega se balanceaba desorientada. Fawkes describía círculos alrededor de su cabeza, silbando su inquietante canción, picando aquí y allá en el morro lleno de escamas del basilisco.

—¿Cuál es tu plan?—pregunté.

—Tenemos que matar a la mini comadreja. —contestó seriamente Taurus.

Efecto Mariposa - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora