127.Draco 28

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Todos los personajes y la historia pertenecen a JK Rowling

POV DRACO MALFOY 28

Cuando el sombrero seleccionador seleccionó al último alumno a la casa Hufflepuff, el director decidió levantarse de su asiento de la mesa de profesores.

—¡Bienvenidos! —dijo Dumbledore—. ¡Bienvenidos a un nuevo curso en Hogwarts! Tengo algunas cosas que deciros a todos, y como una es muy seria, la explicaré antes de que nuestro excelente banquete os deje aturdidos. —El director se aclaró la garganta y continuó— Como todos sabéis después del registro que ha tenido lugar en el expreso de Hogwarts, tenemos actualmente en nuestro colegio a algunos dementores de Azkaban, que están aquí por asuntos relacionados con el Ministerio de Magia. Están apostados en las entradas a los terrenos del colegio —continuó Dumbledore—, y tengo que dejar muy claro que mientras estén aquí nadie saldrá del colegio sin permiso. A los dementores no se les puede engañar con trucos o disfraces, ni siquiera con capas invisibles —Estaba claro que el director se refería a la capa de Harry—. No está en la naturaleza de un dementor comprender ruegos o excusas. Por lo tanto, os advierto a todos y cada uno de vosotros que no debéis darles ningún motivo para que os hagan daño. Confío en que los prefectos y los nuevos Premios Anuales se aseguren de que ningún alumno intenta burlarse de los dementores.—

Dumbledore hizo otra pausa. Recorrió la sala con una mirada muy seria y nadie movió un dedo ni dijo nada. Taurus que se sentaba a mi izquierda, estaba muy concentrado con los brazos cruzados alternando la mirada entre el director y el profesor Lupin.

—Por hablar de algo más alegre —continuó el director—, este año estoy encantado de dar la bienvenida a nuestro colegio a dos nuevos profesores. En primer lugar, el profesor Lupin, que amablemente ha accedido a enseñar Defensa Contra las Artes Oscuras.—

Hubo algún aplauso aislado y carente de entusiasmo. Sólo Ron, Hermione y Harry aplaudían. Violet y yo no las teníamos todas con el nuevo profesor. Había algo en él que me daba mala espina.  

—Primero el tartamudo de Quirrell, luego el bobo de Lockhart y ahora este pobretón. No sé en que piensa Dumbledore cuando elige a sus profesores. —oí como Parkinson le susurraba a Taurus. Era cierto que la túnica de Lupin dejaba mucho que desear en comparación con la de sus colegas.

—Yo tampoco sé en que piensa ese viejo loco. —respondió Taurus con la mandíbula apretada.

Sólo había una persona que parecía más enfadada que mi hermano en este momento, y ese era mi padrino, Severus Snape. La expresión que tenía en aquel momento cuando miraba Lupin era más que enfado: era odio.

—En cuanto al otro último nombramiento —prosiguió Dumbledore cuando se apagó el tibio aplauso para el profesor Lupin—, siento deciros que el profesor Kettleburn, nuestro profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas, se retiró al final del pasado curso para poder aprovechar en la intimidad las extremidades que le quedan. Sin embargo, estoy encantado de anunciar que su lugar lo ocupará nada menos que Rubeus Hagrid, que ha accedido a compaginar estas clases con sus obligaciones de guardabosques.—

De nuevo la mesa de Gryffindor con Harry, Ron y Hermione a la cabeza, aplaudieron como locos. Y de nuevo Violet y yo nos quedamos sentados junto todo Slytherin escépticos. Me caía bien Hagrid, era simpático y agradable. Pero también era un insensato y no se me ocurría peor persona para ocupar el cargo de profesor. Violet, Harry y Ron casi mueren por su culpa.

—Bien, creo que ya he dicho todo lo importante —finalizó Dumbledore—. ¡Que comience el banquete!—

Las fuentes doradas y las copas que tenían delante se llenaron de pronto de comida y bebida. 

—¿Qué tienes pensado para tu cumple de pasado mañana, Tau? —preguntó Parkinson mientras acariciaba la nuca a Taurus. —¿Quieres que te vuelva a prestar dinero?—su mano pasó de la nuca al hombro izquierdo de mi hermano

Violet empezó a cortar un trozo de carne con furia, parecía estresada. No me parecía muy rara su actitud, supongo que será que por los exámenes de Septiembre que nos aplazaron el año pasado por lo de la Cámara de los Secretos. Lo que si me parecía rara era la actitud de Taurus. Con lo irascible que es, no me puedo creer que aún no le haya dado una patada a Parkinson por ser tan empalagosa.

—Este año no hay fiesta, Parkinson. —suspiró con tristeza Taurus. —Durante este mes, la gente estará estudiando como loca. No quiero celebrar una fiesta en la que no vaya nadie.—

—Bueno, puedes montar una fiesta más pequeña que sólo estén tus amigos. Y aunque no pueda ir nadie, te juro que yo sí iría. —dijo empezándose a sonrojar Parkinson.

—¡Y eso de que me serviría! ¡Si celebro mi cumpleaños es para que sea vistoso y consolidar mi posición como Rey! —replicó molesto Taurus.

—Sí, tienes razón Tau ... —dijo cabizbaja Parkinson.

En el fondo me daba pena Pansy, era el perrito faldero de mi hermano y éste, (aunque por algún motivo que desconozco no la mandaba a pastar), no sentía ningún aprecio por aquélla. Luego me ponía recordar lo mal que trataba Parkinson a Hermione y se me pasaba la pena.

Efecto Mariposa - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora