147.Harry 17

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Todos los personajes y la historia pertenecen a JK Rowling

POV HARRY POTTER 17

Ayer, la noticia más importante del día fue que la Señora Gorda había desaparecido del retrato. Había sido rajado tan ferozmente que algunas tiras del lienzo habían caído al suelo, faltando varios trozos grandes. La sospecha generalizada en el castillo es que se trataba de Sirius Black. 

No tuve mucho tiempo para meditar lo sucedido, ya que hoy nos enfrentamos contra Slytherin en quidditch. Draco no sólo se estrena como jugador, sino que también se estrena como capitán provisional ante la ausencia de Taurus.

Me hubiera gustado enfrentarme a Taurus también, pero no por ello voy a aflojar. Soy muy competitivo, sobretodo en quidditch, y no voy a dejar que la amistad se entrometa en mis ganas de derrotar a Slytherin. Hoy Draco Malfoy es mi rival, no mi amigo.

Por desgracia, el tiempo no está de nuestra parte. Llovía a cantaros y el fuerte viento hacía casi imposible el poder jugar a quidditch. Aunque no me puedo quejar, ya que esto nos afecta tanto a las serpientes como a los leones.

Los de Slytherin se aproximaron desde el otro extremo del campo, con la túnica verde. Los capitanes de ambos equipos, Draco y Wood se acercaron y se estrecharon la mano. Wood sonrió a Draco, pero Draco parecía tener ahora la mandíbula encajada y se limitó a hacer un gesto con la cabeza. Estaba temblando como una hoja, y no precisamente por el frío.

—¡Montad en las escobas!—gritó la señora Hooch

 Saqué del barro el pie derecho y pasé la pierna por encima de la Nimbus 2000. La señora Hooch se llevó el silbato a los labios y dio un pitido que sonó estridente dando comienzo al partido.

Me elevé rápidamente, pero la Nimbus 2000 oscilaba a causa del viento. La sostuve tan firmemente como pude pero era muy difícil sosteneral.

Al cabo de cinco minutos, estaba calado hasta los huesos y helado de frío. Apenas podía ver a mis compañeros de equipo y menos aún la pequeña snitch. El viento no me permitía oír nada tampoco. La multitud estaba oculta bajo un mar de capas y de paraguas. En dos ocasiones estuve a punto de ser derribado por una bludger. Las esquivé de milagro ya que mi visión estaba tan limitada por el agua de las gafas que no las vi acercarse hasta el último meomento.

Perdí la noción del tiempo. Era cada vez más difícil sujetar la escoba con firmeza. El cielo se oscureció, como si hubiera llegado la noche en plena mañana. Dos veces estuve a punto de chocar contra otro jugador, que no sabía si era de mi equipo o del oponente. La lluvia era tan densa, que apenas podía distinguirlos...

Con el primer relámpago llegó el pitido del silbato de la señora Hooch. Sólo pude ver a través de la densa lluvia la silueta de Wood, que me indicaba por señas que descendiera. Todo el equipo aterrizó en el barro.

—¡He pedido tiempo muerto! —gritó Wooda—. Venid aquí debajo.

Nos juntamos en el borde del campo, debajo de un enorme paraguas. Me quité las gafas y las limpié con la túnica.

—¿Cuál es la puntuación?—pregunté.

—Setenta puntos a cincuenta a nuestro favor. Pero si no atrapamos la snitch, seguiremos jugando hasta la noche.—contestó Wood.

—Con este tiempo me resulta imposible —respondí. —Tengo las gafas empapadas de agua.—

—¡Dame tus gafas, rápido!—me ordenó Wood. Yo se las entregué obedeciéndole. Sacó la varita de su túnica.—Impervius. —después de ello me las devolvió.— Ahí las tienes: ¡repelerán el agua! ¡Ahora vamos a vengarnos por la derrota que sufrimos el año pasado!—

Efecto Mariposa - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora