91.Harry 07

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Todos los personajes y la historia pertenecen a JK Rowling

POV HARRY POTTER 07

Desde lo de la poción multijugos, no volvimos a mencionar el tema de la Cámara de los Secretos ni a Taurus. Estuvimos aterrorizados, en parte por Taurus y en parte por miedo a que se chivara por haber infringido no sé cuantas normas para crear la poción. Y ahora que Taurus se había mudado de cuarto, la relación entre los dos hermanos era inexistente. 

Además, no nos creíamos que el heredero de Slytherin fuera alguien de Gryffindor, así que estábamos en la casilla de salida.

Hoy era miércoles, y por tanto nos tocaba visitar a Myrtle. A Hermione y Violet les daba pena la fantasma y nos obligaron a Draco, a Ron y a mí a acompañarla un día a la semana. Cuando estábamos cerca, pude oír como alguien sollozaba.

Myrtle la Llorona estaba llorando, si cabía, con más ganas y más sonoramente que nunca. Parecía estar metida en su retrete habitual. 

—¿Qué pasa, Myrtle? —inquirí.

—¿Quién es? —preguntó Myrtle, con tristeza, como haciendo gorgoritos—. ¿Vienes a arrojarme alguna otra cosa?

Fuimos fue hacia el retrete aunque a Draco y a Ron no les hacía ninguna gracia.

—¿Por qué tendría que hacerlo?—le pregunté extrañado.

—No sé —gritó Myrtle, provocando al salir del retrete una nueva oleada de agua que cayó al suelo ya mojado—. Aquí estoy, intentando sobrellevar mis propios problemas, y todavía hay quien piensa que es divertido arrojarme un libro...—

—Pero si alguien te arroja algo, a ti no te puede doler —razonó Draco—. Quiero decir, que simplemente te atravesará, ¿no?

Hermione le dio un codazo, molesta por su falta de sensibilidad. Myrtle se gieó hacia él y se puso como una loca. Acababa de meter la pata. 

—¡Vamos a arrojarle libros a Myrtle, que no puede sentirlo! ¡Diez puntos al que se lo cuele por el estómago! ¡Cincuenta puntos al que le traspase la cabeza! ¡Bien, ja, ja, ja! ¡Qué juego tan divertido, pues para mí no lo es! —chilló ofendida Myrtle.

—Pero ¿quién te lo arrojó? —le pregunté tratando de desviar la conversación.

—No lo sé... Estaba sentada en el sifón, pensando en la muerte, y me dio en la cabeza —dijo Myrtle, mirándonos—. Está ahí, empapado.—

Violet y Ron miraron debajo del lavabo, donde señalaba Myrtle. Había allí un libro pequeño y delgado. Tenía las tapas muy gastadas, de color negro, y estaba tan humedecido como el resto de las cosas que había en los lavabos. Violet se acercó para cogerlo, pero Ron lo detuvo con el brazo.

—¿Qué pasa? —preguntó Violet.

—¿Estás loca? —dijo Ron—. Podría resultar peligroso.—

—¿Peligroso? —dijo Violet, riendo—. Venga, ¿cómo va a resultar peligroso?

—Te sorprendería saber —dijo Ron, asustado, mirando el librito— que entre los libros que el Ministerio ha confiscado había uno que les quemó los ojos. Me lo ha dicho mi padre. Y todos los que han leído Sonetos del hechicero han hablado en cuartetos y tercetos el resto de su vida. ¡Y una bruja vieja de Bath tenía un libro que no se podía parar nunca de leer! Uno tenía que andar por todas partes con el libro delante, intentando hacer las cosas con una sola mano. Y...—

—Vale, ya lo he entendido —dijo Violet asustada.

—Es cierto que hay algunos libros peligrosos, pero son muy raros. Mi padre tiene unos cuantos y dice que son muy valiosos, por tanto es muy poco probable que alguien los arroje en un lavabo. Aunque Ron tiene razón, mejor no arriesgarse —dijo Draco.

Efecto Mariposa - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora