Efecto Mariposa - Dramione

94.Hermione 24

Todos los personajes y la historia pertenecen a JK Rowling

POV HERMIONE GRANGER 24

Durante las vacaciones de Semana Santa, reuní a mis cuatro amigos a discutir un tema muy importante. Había llegado el momento de elegir optativas para el curso siguiente, y parece ser que yo era la única que se lo tomaba en serio.

—¡Podría afectar a todo nuestro futuro! —dije a los cuatro, mientras repasaban minuciosamente la lista de las nuevas materias, señalándolas.

Las asignaturas optativas eran Adivinación, Aritmancia, Runas Antiguas, Cuidados de Criaturas Mágicas y Estudios Muggles. Había que elegir, como mínimo, dos entre esas cinco.

—Lo único que quiero es no tener Pociones —dijo Harry.

—Ojalá me pudiera librar de Snape. —dijo Ron, apesadumbrado.

—Pues yo me libraría de Defensa Contra las Artes Oscuras. —dijo Draco

—¡Pero si ésa es muy importante! —dije, sorprendida.

—No tal como la imparte Lockhart —repuso Draco—. Lo único que me ha enseñado es que no hay que dejar sueltos a los duendecillos y que no hace falta ser un genio para impartir clase en este colegio.—

Le eché una mirada fulminante. A mis cuatro amigos no les gustaba el profesor Lockhart, sobre todo a Harry y a Draco. No entiendo por qué, es el mejor profesor que hemos tenido.

Ron escogió Adivinación, pensando que sería muy fácil, y Cuidado de Criaturas Mágicas, por recomendación de su hermano Bill. Harry imitó las optativas escogidas de su amigo pelirrojo. Violet eligió Adivinación, Cuidado de Criaturas Mágicas y Aritmancia. Draco, por su parte, se decantó por Cuidado de Criaturas Mágicas, Aritmancia y Runas antiguas.

Yo escogí todas, ya pensaría en el futuro como me las arreglaría para asistir a todas las clases.

—¿Para qué has elegido Estudios Muggles? —preguntó extrañado Draco. —Tus padres son muggles. No creo que te enseñen nada que no sepas ya. —

—Pero será fascinante estudiarlo desde el punto de vista de un mago. —dije emocionada.

—¿Sabes que tú hermano también ha escogido estudios muggles, Draco? —dijo Violet.

—¿Eh? —dijimos los cuatro a la vez, muy sorprendidos.

—Se lo oí decir a Parkinson cuando hablaba con Bulstrode. Que no entendía como su querido Tau ha escogido esa optativa. Bulstrode le contestó que cuando le preguntó por esto, Taurus le dijo que era importante conocer al enemigo. —dijo Violet.

—Al enemigo ... ¿os lo podéis creer? Aún no me creo que no sea el heredero de Slytherin, ¡pero si está tan chiflado como Salazar Slytherin! —dijo indignado Ron.

Eché una mirada a Draco que estaba cabizbajo. Di gracias a todos los dioses conocidos y por conocer por haber hecho que Draco no fuera como su hermano. Luego me enteré, por los murmullos que se escuchaban en los pasillos,  que Taurus había escogido, aparte de Estudios Muggle, Cuidado de Criaturas Mágicas, Aritmancia y Runas Antiguas. Había escogido 4 de 5 optativas, después de mi era el que más optativas había seleccionado. Para mi desgracia, el año que viene iba a compartir mucho tiempo con él.

 Al día siguiente de escoger las optativas, me fui a desayunar, pero en el Gran Comedor no estaba nadie de mis amigos aún en la mesa de Gryffindor. Vi a lo lejos como Violet y Draco me hacían gestos para que me sentara con ellos en la mesa de Slytherin. 

¿Estaban locos? Nunca me había sentado en la mesa de Slytherin, siempre eran ellos los que se sentaban con los de Gryffindor. Tragué saliva, estaba muy nerviosa. Pero me armé de valor y me senté con ellos. También estaban con ellos Zabini, Nott y las hermanas Greengrass. No los conocía personalmente, pero la pequeña Greengrass ya me caía mal antes de conocerla cuando Draco me desveló que una de las dos tarjetas que había recibido se la había entregado Astoria Greengrass.

Como era muy temprano, la mesa estaba medio vacía. Pero los alumnos de Slytherin que la ocupaban dejaron de comer y me miraban con los ojos como platos cuando vieron que me sentaba en su mesa. Taurus me miraba entre sorprendido y divertido. A John McQuaid, mejor conocido actualmente como Aries, no le pareció tan divertido ya que se levantó y avanzó hacia mi con malas intenciones. Era imponente y tenía el color de piel oscuro como Zabini. Draco, previendo que algo podía pasar se puso de pie y se encaró con él.

—Vuelve a tu sitio, McQuaid. —dijo Draco. Que no estaba intimidado a pesar del 1,80 de altura de McQuaid y sus casi 80 Kilos de peso.

—Dile a tu amiguita que se marche de esta mesa, si no quiere tener problemas. —dijo enfadado Aries. —Y llámame por mi alias. Soy Aries.—

—Estamos en un país libre, y, si se quiere sentar aquí, no eres nadie para impedírselo, Aries. —dijo Draco, esto último con tono burlón. Los orificios de la nariz de Aries se agrandaron, estaba molesto.

—¡Déjalos en paz y vuelve a tu sitio, Aries! —ordenó Taurus con voz autoritaria.

—Pero Taurus, ella es una ... —dijo Aries algo nervioso.

—¿Vas a desobedecerme, Aries? —preguntó Taurus levantándose también.

—No, lo siento. —dijo Aries mirando al suelo algo asustado. Pero antes de retirarse nos dedicó tanto a Draco como a mí una mirada de odio. Luego se volvió a sentar en su sitio, dos sillas a la derecha de Taurus.

—Espero que esta sea la primera y última vez que diga esto. La sangre sucia está ayudando en los estudios a mi hermano y a mis amigos Zabini, Nott y Greengrass. —mintió Taurus a sus seguidores. —Así que si quiere sentarse con ellos dejadla. Mientras sigan sacando buenas notas como están sacando, me da igual su ascendencia. El fin justifica los medios. Simplemente ignoradla como hago yo. —dijo. Todos obedecieron y le asintieron, y pasaron el desayuno ignorándome evitando conflictos.

Abrí la boca sorprendida. Es verdad que seguía insultándome por el origen de mis padres, pero me estaba defendiendo en público. Lo hacía por ayudar a su hermano, pero aún así, no pude evitar mostrar una sonrisa, contenta por sus palabras.