97.Violet 16

75 28 0
                                    

Todos los personajes y la historia pertenecen a JK Rowling

POV VIOLET POTTER 16

Slytherin y Hufflepuff saltaron al campo de juego en medio del clamor del público. Me senté en la grada de Slytherin con Blaise, Theo, Daphne y Astoria. 

—¿Draco va a venir, o no? —preguntó Blaise.

—Eso me pregunto yo. Se fue con Hermione a la biblioteca hace más de media hora. —dije, algo preocupada.

Vi como los miembros del equipo de Slytherin estaban a punto de montarse en la escoba, pero lo más destacado fue ver a la profesora McGonagall  corriendo al campo, llevando consigo un megáfono de color púrpura.

—El partido acaba de ser suspendido —gritó por el megáfono la profesora, dirigiéndose al estadio abarrotado. Hubo gritos y silbidos. 

—¡Pero profesora! —gritó irritado Taurus a través del megáfono—. Tenemos que jugar... Nos jugamos la Copa. —

La profesora McGonagall no le hizo caso.

—Todos los estudiantes tienen que volver a sus respectivas salas comunes, donde les informarán los jefes de sus casas. ¡Id lo más deprisa que podáis, por favor! —continuó gritando por el megáfono McGonagall

—¿Qué creéis que habrá pasado? —preguntó Daphne. Las gradas se iban vaciando poco a poco.

Vi como McGonagall le hacía una seña a Taurus para que se acercara a ella. McGonagall había dejado de usa el megáfono, por lo que no pude oír nada.

—No lo sé. Pero tengo un mal presentimiento. —susurré intranquila. Vi como Taurus hacía grandes aspavientos, gritando como un poseso a McGonagall, de nuevo no pude escucharle por la distancia. —¡DRACO! —grité.

—¿Lo has visto? —preguntó Theo.

—¡Tenemos que ir a la enfermería! —dije asustada. —¡Creo que el monstruo ha atacado a Hermione y a Draco!

Fuimos los cinco, (Blaise, Theo, Daphne, Astoria y yo) a la enfermería. Ahí estaban, en camas separadas, Draco y Hermione petrificados con los ojos abiertos y vidriosos. Dentro de la enfermería estaban Harry, Ron, Taurus, la señora Pomfrey, el profesor Snape y la profesora McGonagall. Taurus parecía que también estaba petrificado, ni pestañeaba.

Luego bajó el megáfono e hizo una seña a Harry para que se acercara.

—Los encontraron junto a la biblioteca —nos dijo el profesor Snape—. Esto estaba en el suelo, junto a ellos...—levantó un pequeño espejo redondo.

—Os acompañaré a la torre de Gryffindor —dijo con seriedad la profesora McGonagall—. De cualquier manera, tengo que hablar a los estudiantes. —se llevó a Ron y a Harry.

—Yo os llevaré a vosotros a las mazmorras de Slytherin. —dijo Snape. —En marcha. —

Le dediqué una última mirada triste a Hermione y Draco antes de marcharme.

—Yo me quedo. —dijo con brusquedad Taurus sin mover un músculo de dónde estaba.

—Señor Malfoy, será mejor ... —continuó Snape tratando de hacerle entrar en razón.

—He dicho que me quedo. —respondió Taurus, sin ni siquiera girarse para confrontar a Snape.

—Como quiera, señor Malfoy. —dijo Snape. Nos fuimos a la mazmorras con él, dejando Taurus a solas con Hermione y Draco.—Todos los alumnos estarán de vuelta en sus respectivas salas comunes a las seis en punto de la tarde. Ningún alumno podrá dejar los dormitorios después de esa hora. Un profesor os acompañará siempre al aula. Ningún alumno podrá entrar en los servicios sin ir acompañado por un profesor. Se posponen todos los partidos y entrenamientos de quidditch. No habrá más actividades extraescolares.—sentenció el profesor de pociones.

Los alumnos de Slytherin, que abarrotaban la sala común de Slytherin, escuchaban en silencio al profesor Snape, estaban descontentos y querían discrepar, pero temían la reacción de Snape. Me escabullí de la multitud, tenía que ir a hablar con Harry y Ron. Fui a la torre de Gryffindor, ahí me topé con Percy.

—¿Qué haces aquí sola? ¿No te has enterado del toque de queda? —preguntó indignado Percy.

—Sí, pero tengo que hablar con Ron y mi hermano. —vi como Percy estaba a punto de discrepar. —Es urgente, Percy. Por favor. —rogué.

—Mmmm, está bien, quédate aquí un momento mientras los busco. —dijo entrando por el retrato de la Dama Gorda. Un minuto después aparecieron Ron y Harry.

—¿Violet, por qué has venido hasta aquí sola? ¡Podrían haberte atacado a ti también!—dijo Harry molesto por mi actitud.

—Tenemos que ir a hablar con Hagrid —dije, decidida—. No creo que esta vez sea él el que ha liberado al monstruo, pero si fue el que lo liberó la última vez, también sabrá llegar hasta la Cámara de los Secretos, y algo es algo.—

—Pero McGonagall nos ha dicho que tenemos que permanecer en nuestras torres cuando no estemos en clase...—repuso Ron

—Violet tiene razón. Creo —dijo Harry, en voz todavía más baja— que ha llegado ya el momento de volver a sacar la vieja capa de mi padre.—

—Después de que se queden dormidos vuestros compañeros, Neville, Dean y Seamus. Cogéis la capa y me venís a buscar a las mazmorras. Nos vemos en la sala común. La contraseña es Sangre Pura.—dije.

—¿Y tú como harás para escabullirte sin la capa? —preguntó Ron

—Soy una serpiente. Puedo ser muy sigilosa. —respondí con una sonrisa.

Por la noche me quedé en la cama, esperando que Bulstrode, Parkinson y Daphne se durmieran. Me marché sin hacer ruido y me quedé esperando en la sala común a que aparecieran Ron y Harry. Cogí un libro. Si algún profesor me preguntaba que hacía aún despierta, mentiría diciendo que estaba estudiando. Veinte minutos más tarde, sentí un contacto en el hombro. Eran Harry y Ron cubiertos con la capa. Me dejaron espacio para caber dentro y salimos al encuentro de Hagrid.

El recorrido por los corredores oscuros del castillo no fue en absoluto agradable. A pesar de ser tan tarde, estaba lleno de gente: profesores, prefectos y fantasmas circulaban por los corredores en parejas, buscando cualquier detalle sospechoso. Teníamos que evitar hacer ruido así que nos movimos muy lentamente. Cuando finalmente alcanzaron la puerta principal de roble y la abrieron con cuidado, suspiramos aliviados.


Efecto Mariposa - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora