153.Hermone 37

61 8 1
                                    

Todos los personajes y la historia pertenecen a JK Rowling

POV HERMIONE GRANGER 37

—¿Por qué has testificado en contra de Buckbeak? —preguntó Violet mirando a los ojos a Taurus.

—Para acabar con Dumbledore. —respondió Taurus, sin emoción alguna.

Me acerqué a él con paso firme.

¡PLAF! Cegada por la rabia, le di un bofetón, que fue tan fuerte que hizo que se le girara la cara

 Harry, Ron, Violet y Draco se quedaron atónitos unos instantes. Pero rápidamente, Ron y Harry reaccionaron sacando sus varitas apuntando a un impertérrito Taurus. Parecía un ser inanimado.

—¡¿Te has vuelto loca, Hermione?! —me gritó Ron, aún apuntando con la varita a Taurus.

—¡Harry! ¡Ron!¡Bajad las varitas! —ordenó Draco, recobrando la compostura gracias al grito de Ron.

—Lo siento, Draco. Pero no quiero que me vuelva a petrificar tu hermano. —dijo Harry, algo nervioso y tragando saliva con dificultad.

Al fin, Taurus hizo algún movimiento demostrando que no era una figura de porcelana, y se llevó la mano a la cara. Luego, me miró con detenimiento. Pero no había furia o ira como en anteriores veces, parecía triste.

—¡Qué ciega he estado! —grité a escasos centímetros de él. —Por un instante se me había olvidado lo que eres, Taurus Malfoy Black. —

—¿Y qué se supone que soy, sangresucia? —preguntó Taurus, sin elevar el tono y con algo de interés.

—Una mala persona. —respondí mirándole con dureza. —Eres malvado, Taurus. Por un momento me olvidé que eres la misma persona que prefirió que se siguieran produciendo ataques a hijos de muggles el año pasado para tu particular vendetta con el director, aún sabiendo que lo que porvocó todo fue el cuaderno que le dio tu padre a Ginny. Quise pensar lo mejor de ti por ayudar a Violet, Ron y Harry. Pero estuve ciega al no darme cuenta que no lo hiciste para ayudar a Ginny o para que se detuvieran los ataques. Lo hiciste sólo porque querías vengarte del monstruo que petrificó a Draco. —

Taurus me observaba con detenimiento, y viendo que no me iba a replicar, continué diciéndole todo lo que llevaba dentro.

—Por un instante se me olvidó que eres la misma persona que utilizó a Fred, George, Zabini y Nott para que te ayudaran con tus objetivos, aún sabiendo que había un riesgo de que los expulsaran. —continué.—Y por un instante se me olvidó que eres la misma persona racista y xenófoba que mira por encima del hombro a todo el que no sea hijo de muggles y pertenezca a la casa  Slytherin. –

—No a todos. —contestó Taurus con la voz muy apagada, casi inaudible sino fuera porque estaba a escasos centímetros de él.

—No quiero saber nada más de ti, Taurus. Así que no me dirijas la palabra. —dije apunto de derramar unas lágrimas, pero con una fuerza sobrenatural las contuve. —Tú y tu padre sois unos seres despreciables. Estoy super orgullosa de Draco, por resistir a todos los prejuicios y oscuridad que rodean a tu familia —

Me giré y me fui dando grandes zancadas hacia dónde habíamos dejado. Taurus contrajo el rostro, algo adolorido por mis palabras, pero decidió no replicarme.

—¿A dónde vas, Hermione? —preguntó Harry, que seguía con la varita en alto apuntando a Taurus por si se revolvía por el guantazo y por todo lo que le dije.

—A animar a Hagrid y luego a la biblioteca a buscar todo lo que me ayude para la apelación. —contesté furiosa conmigo misma por estar tan ciega con respecto a Taurus.

—¡Espera Hermione! Déjame que le diga algo a Taurus, y te acompaño. —me pidió Violet. Me detuve, ya que estaba interesada en lo que le pudiera decir mi amiga a Taurus. —Yo no estoy tan enfadada como Hermione, Taurus. Pero estoy muy decepcionada. Tú sabes que la culpa la tuvo Parkinson. Incluso podría llegar a aceptar que Hagrid también es culpable por mostrar a niños de 13 y 14 años una criatura tan peligrosa. Pero nunca debería culparse a Buckbeak. Además, estoy segura que ya te habías recuperado del brazo. Me parece rastrero, incluso viniendo de ti. Cuando creía que ya no podías caer más bajo... En fin, no te voy a pedir que dejes de dirigirte a mí porque somos compañeros de casa, pero espero que te alejes de nuestro grupo y te quedes con tu grupito de matones y sin cerebros. —

Violet se dio la vuelta y se acercó a mí , le pasó mi brazo por el hombro y nos fuimos donde Hagrid. Instantes después nos siguieron Harry y Ron.

—¿Y Draco? —pregunté algo preocupada.

—Me ha dicho que luego nos alcanzará que va a hablar con Taurus en privado. —contestó Harry.

Encontramos a Hagrid en el sitio dónde lo habíamos dejado.

—Tendremos que presentar una buena defensa, Hagrid. Para la apelación —dije sentándome en el suelo y posando una mano en el enorme antebrazo de Hagrid—. Estoy segura de que podemos demostrar que Buckbeak no es peligroso.

—¡Dará igual! —sollozó Hagrid—. Ya oíste a Draco antes. Lucius Malfoy tiene metidos en el bolsillo a todos esos diablos de la Comisión. En la apelación resuelven los mismos idiotas que lo han condenado. ¡Nada cambiará!

—Sí que cambiará porque antes no nos tenías a nosotros. —dije, con mi cerebro empezando a trabajar a mil por hora.

—¿Y Dumbledore? —preguntó Violet.

—Ya ha hecho por mí más que suficiente —gimió Hagrid—. Con mantener a los dementores fuera del castillo y con Sirius Black acechando, ya tiene bastante.

—Escucha, Hagrid —dije—, no puedes abandonar. Estoy segura de que he leído algo sobre un caso de agresión con hipogrifo donde el hipogrifo quedaba libre. Lo consultaré y te informaré de qué sucedió exactamente.—

Efecto Mariposa - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora