29.Draco 08

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Hoy era la fiesta de fin de curso. Era de noche. El Gran Comedor ya estaba lleno. Estaba decorado con los colores de Slytherin, verde y plata, para celebrar el triunfo por siete años seguidos. Un gran estandarte, que cubría la pared detrás de la mesa de los profesores, mostraba la serpiente de Slytherin.

Mi hermano Taurus había sido el héroe de nuestra casa. Le dieron 50 puntos a Slytherin por su valentía y el basto conocimiento de hechizos que demostró en la noche del castigo con la criatura encapuchada extraña a la que Potter se mostraba convencido que era Quien-no-debe-ser-nombrado. 

Gente de Slytherin de todos los cursos se aproximaban donde estaba Taurus para darle la enhorabuena y darle palmaditas en la espalda de felicitación. 

Violet estaba preocupada. Su hermano aún no había bajado. Estaba en la enfermería pero la señora Pomfrey no admitía visitas. Así que ni siquiera pudo ir a verle Violet. Ni ella ni yo sabíamos que le había pasado. Aunque yo sospechaba que Hermione y Ron sí que sabían que había sucedido. Estaba disgustado con ellos, sobretodo con Hermione. Creí ....creí.... Bueno, eso ahora da igual. Lo importante ahora es que hemos ganado la copa de casas.

Harry bajó solo a la fiesta. Estaba en pijama y con vendas. Se deslizó en una silla, entre Ron y Hermione. Los murmullos se hicieron notar en todo el salón. Violet se apresuró a levantarse para ir con él. Pero fue detenida por mi hermano que le agarró fuertemente del brazo.

-Ahora no, Potter. Luego tendrás todo el tiempo del mundo. -le miró con intensidad. -Recuerda que eres una serpiente.

Violet le hizo una mueca de disgusto pero aceptó a regañadientes y se sentó. Intercambiamos miradas Violet y yo aunque estuvieran en la mesa más alejada. Después de la fiesta íbamos a tener una charla.

Dumbledore llegó unos momentos después. Las conversaciones cesaron.

—¡Otro año se va! —dijo alegremente Dumbledore—. Y voy a fastidiaros con la charla de un viejo, antes de que podáis empezar con los deliciosos manjares. ¡Qué año hemos tenido! Esperamos que vuestras cabezas estén un poquito más llenas que cuando llegasteis... Ahora tenéis todo el verano para dejarlas bonitas y vacías antes de que comience el próximo año... Bien, tengo entendido que hay que entregar la Copa de las Casas y los puntos ganados son: en cuarto lugar, Gryffindor, con 312 puntos; en tercer lugar, Hufflepuff, con 352; Ravenclaw tiene 426, y Slytherin, 472.

Una tormenta de vivas y aplausos estalló en nuestra mesa. 

-¡VIVA TAURUS!, ¡VIVA SLYTHERIN!. -alternaban los cánticos. 

La sonrisa arrogante de mi hermano y las de nuestra casa contrastaba con las caras de tristeza del resto de casas.

—Sí, sí, bien hecho, Slytherin —dijo Dumbledore—. Sin embargo, los acontecimientos recientes deben ser tenidos en cuenta.

Todos nos quedamos inmóviles. Las sonrisa de mi hermano se apagó. Ví que apretaba los puños con furia.

-¿Qué tramas Dumbledore?. -preguntó en un susurro casi inaudible. Sólo lo alcancé a escuchar yo y quizá Violet.

—Así que —dijo Dumbledore— tengo algunos puntos de última hora para agregar. Dejadme ver. Sí... Primero, para el señor Ronald Weasley...

Vi como Ron se puso muy colorado.

—... por ser el mejor jugador de ajedrez que Hogwarts haya visto en muchos años, premio a la casa Gryffindor con cincuenta puntos.

Las hurras de Gryffindor llegaron hasta el techo encantado. Mi hermano, en cambio, apretó fuertemente los dientes.

Por fin se hizo el silencio otra vez.

—Segundo... a la señorita Hermione Granger... por el uso de la fría lógica al enfrentarse con el fuego, premio a la casa Gryffindor con cincuenta puntos.

Hermione enterró la cara entre los brazos. A pesar de la distancia juraría que estaba llorando. Me alegré por ella. Aún les faltaban 60 puntos para empatarnos. Aunque le dieran 50 puntos a Harry como suponía que haría Dumbledore ganaríamos la copa. Taurus, en cambio, apretó tan fuertemente las manos que se hizo sangre de la fuerza que imprimió.

—Tercero... al señor Harry Potter... —continuó Dumbledore. La sala estaba mortalmente silenciosa—... por todo su temple y sobresaliente valor, premio a la casa Gryffindor con sesenta puntos.

El estrépito fue total. La gente se dio cuenta que Gryffindor tenía los mismos puntos que Slytherin, 472. 

Taurus dejó de apretar sus manos y sus dientes. Sus energía estaban en fruncir el ceño. Jamás había visto el ceño tan fruncido en una persona. Su mirada destilaba un odio inhumano en dirección a Albus Dumbledore. Creo que el director se dio cuenta y le devolvió la mirada. Pero ésta a diferencia de la de mi hermano, parecía amable

Dumbledore levantó el brazo. La sala fue recuperando la calma.

—Hay muchos tipos de valentía —dijo Dumbledore sonriendo sin dejar de mirar a mi hermano —. Hay que tener un gran coraje para oponerse a nuestros enemigos, pero hace falta el mismo valor para hacerlo con los amigos. Por lo tanto ...- su mirada se desvió a la mesa de Gryffindor. -Premio con diez puntos al señor Neville Longbottom.

Parecía que se había producido una explosión por lo fuertes que eran los gritos que salieron tanto de la mesa de Gryffindor, como de la de Hufflepuff y Ravenclaw. Aunque no había ganado ellos. Los halcones y los tejones estaban hartos que ganáramos durante 6 años consecutivos. 

Harry, Ron y Hermione se pusieron de pie y vitorearon a Neville. Si yo ya era pálido de normal, ahora parecía un cadáver de lo pálido que estaba. Era injusto. Me alegraba por Hermione, Harry e incluso Ron, pero era tan injusto. Se me escapó una lágrima de rabia.

-Sonorus. -oí que decía Taurus. -¡SUFICIENTEEEEEE!. -

El gritó que pegó Taurus acompañado del conjuro Sonorus y el violento golpe que dio a la mesa con su puño hizo que reinara el silencio. 

Un niño de 12 años había conseguido callar a todo Hogwarts. Algo inimaginable, a no ser que te llamaras Taurus Malfoy Black. 

Efecto Mariposa - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora