76.Violet 14

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Todos los personajes y la historia pertenecen a JK Rowling

POV VIOLET POTTER 14

Si digo que estoy enfadada sería quedarme muy corta. ¡Estoy cabreadísima! Empiezo a sospechar que un perro me ha pegado la rabia. 

¡Cómo se atreve ese imbécil, presuntuoso, soberbio y mal nacido de sacar el tema de nuestra madre para hacer que Harry juegue ese dichoso partido de quidditch! Me las pagará. No sé cuando ni cómo, pero Taurus Malfoy me las pagará por atreverse a ofender a mi madre.

Harry me ha contado la explicación del porqué de su cambio de opinión de jugar el partido. Lágrimas de tristeza y rabia le resbalaban de las mejillas mientras me contaba la historia. Cualquier atisbo de simpatía que yo pudiera tener por el hermano de Draco se evaporó cuando me enteré de lo que le dijo Taurus a mi mellizo.

Necesito calmarme, ¿y qué mejor manera de calmarme que pegarle cuatro gritos al mezquino de Taurus? Es por eso que me estoy dirigiendo al cuarto de Draco, Crabbe, Goyle, Zabini, Nott y Taurus a pesar que soy una chica.

A paso firme y seguro me dirijo a mi objetivo, cuando veo a Draco correr por los pasillos con los rojos enrojecidos. ¿Estaría llorando?

—¡Draco! —intenté llamarle. Pero me ignoró, no se si a propósito o porque no se había percatado de mi presencia.

¿Que le habrá pasado? Noto un fuerte contacto en el hombro que hace tambalearme. Alguien me había empujado. No le veo la cara, solo su cabellera. Pero ese peinado a lo mohicano es inconfundible. Me olvido completamente de Draco y voy corriendo para alcanzarle ya que está caminando a grandes zancadas. Está agitado.

—¡CONTIGO QUERÍA  HABLAR YO! —le grité enojada cogiéndole de la túnica.

—¿Eh? —Taurus se volteó para ver quién le había agarrado—. No estoy de humor, traidora. Así que será mejor que me sueltes. —dijo amenazante Taurus.

—¿Y qué harás si no te suelto? ¿Insultar a mi madre? —pregunté retóricamente. —Aunque bueno, eso ya lo has hecho con Harry. Conmigo te toca que hables de mi padre. —dije sarcásticamente.

—Te he dicho que no estoy de humor. —dijo Taurus soltando mi agarre con brusquedad. —No tengo ganas de hablar de tus dramas familiares, suficiente tuve ayer con tu hermano. —

Taurus reanudó su camino. Mientras andaba iba girando la cabeza en todas direcciones. Estaba buscando algo .... o a alguien.

—¡Quiero que te disculpes, Taurus! —dije mientras trotaba siguiendo su estela. No podía mantener su ritmo caminando, mis piernas eras más cortas que las suyas.

—No me hagas reír. Yo no pido perdón. Nunca. —dijo de manera distraída mientras seguía mirando con la cabeza por todos lados. 

Me fijé de reojo en la cara de Taurus. Estaba sudando, pero no por el esfuerzo físico de la caminata que estábamos teniendo por todo el castillo. Parecía que estaba ¿preocupado?. Primero Draco con los ojos rojos corriendo y ahora Taurus con esta extraña actitud. No hacía falta ser Einstein para saber que ambas cosas estaban relacionadas.

—¿Estás buscando a Draco, verdad? —pregunté a Taurus. Éste se detuvo de golpe haciendo que me chocara con su espalda.

—¿Sabes dónde está? —me preguntó Taurus mirándome con intensidad.

—Dime qué ha pasado. —dije.

—Eso a ti no te importa. ¿Sabes donde está o no? —me volvió a preguntar el pelinegro elevando algo el tono.

—No. Pero me imagino dónde puede estar. Le he visto antes con los ojos enrojecidos. Así que estará desahogándose en un sitio en el que nadie pueda molestarlo. —dije.

—¿Y dónde coño está ese sitio? —preguntó Taurus que estaba empezando a perder los nervios.

—Primero dime qué ha sucedido y luego ya decidiré si te lo digo o no. 

—No me vaciles, traidora. —dijo con una postura amenazadora señalándome con el índice. —¿Cuántas veces te tengo que decir que no estoy de humor? Dime de una puta vez dónde está ese sitio sino quieres acabar en la enfermería con tu hermano, niñata.—

—Me sacas menos de 11 meses, si yo soy una niñata tú también eres un niñato. —dije mientras le sacaba la lengua. 

Taurus arqueó una ceja, sorprendido por mi actitud. No fue una actitud muy madura por mi parte, la verdad. Ahora la sorprendida era yo al ver cómo Taurus estaba teniendo una ataque de risa.

—¿He dicho algo gracioso? —pregunté algo molesta. Taurus recobró la compostura y me sonrió burlonamente.

—¿Te amenazo con mandarte al hospital y lo que te indigna es que te haya llamado niñata? Eres un bicho raro, traidora. —dijo Taurus.

—Sé que no me golpearías. Eres un cretino y otras muchas cosas, pero sé que no me golpearías. —dije segura.

—¿Crees que porque eres una chica no te haría daño? No me conoces, Potter. —dijo Taurus con su característica sonrisa ladeada.

—Te conozco lo suficiente, Taurus. Sé que te preocupas por tu hermano y es por eso que nunca me harías daño. Porque soy su amiga. Así que si has dejado de lanzar amenazas vacías, ¿por qué no me dices que ha pasado esta vez entre vosotros? —pregunté.

—Pues te recuerdo que al hermano de tu amigo le diste un guantazo. Bastante fuerte, he de decir. —dijo Taurus con el ceño fruncido. 

Rodé los ojos. Sí que le di un buen tortazo. Se lo merecía y a punto ha estado de llevarse otro hoy.

—En fin, es cierto que Draco te considera como una amiga. Así que te lo diré a ver si puedes ayudarme con este problema. —continuó Taurus. Posteriormente emitió un suspiro y se sentó en el suelo apoyándose la espalda en la pared del pasillo. —Básicamente hemos discutido y ahora el cabezón de Draco quiere contarle a mis padres cuando regresemos a la mansión que la sangresucia es su amiga. Justo ahora que había conseguido que nadie prestara atención a vuestro grupito de amigos. —

—¿Es por eso que has tramado todo el rollo ese de las apuestas de quidditch? ¿Para proteger a Draco? —pregunté a Taurus.

—Hay otros motivos, pero principalmente esa es la razón. —suspiró Taurus.

Me sorprendió la razón, pero no mucho. Taurus puede ser muy retorcido y muy cruel, pero con su familia es muy protector.

—¿Y bien? —me preguntó Taurus.

—¿Eh?¿Y bien qué? —dije.

—Ahora que sabes que ha pasado dime donde crees que está Draco. —me ordenó Taurus mientras se levantaba del suelo.

—Será mejor que no te lo diga. —dije.

—No me jodas, Violet. —dijo Taurus apretando los puños por la rabia.

—Cálmate, fiera. Si te ve ahora, querrá aún más desafiarte. Iré a verle yo y le haré entrar en razón. —expliqué.

—¿Por qué harías eso por mi? No somos los mejores amigos precisamente ... —dijo extrañado Taurus.

—No lo hago por ti, lo hago por Draco. Draco me ha contado lo que te ha hecho tu padre cuando creyó que habías forzado que fuera amigo de Hermione para favorecer a Slytherin. No quiero que a Draco le pase lo mismo que a ti. —dije. Taurus hizo una mueca de disgusto. No le hacía gracia que Draco contara sus problemas familiares. —No quiere que le pase lo mismo que a mi y a Harry.—lo último lo dije en un murmullo casi inaudible.

—¿No quieres que le pase lo mismo que a ti a tu hermano? ¿A que te refieres? —preguntó Taurus acercándose a la misma.

—No eres el único que vive con adultos violentos. —dije dándole la espalda no queriendo profundizar.

—Te debo una, Violet. —fue lo último que le oí. 

Me limpié una lágrima al recordar algunos episodios violentos de Vernon y Petunia contra nosotros. No era el momento de ponerse triste. Tengo que ayudar a Draco, y si mis instintos no me engañan, creo que se encuentra en el baño de Myrtle. 




Efecto Mariposa - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora