120.Draco 26

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Todos los personajes y la historia pertenecen a JK Rowling

POV DRACO MALFOY 26

Hoy es 27 de Agosto de 1993. Hoy es cuando cumplo 13 años.

Prohibí expresamente a mis amigos que me escribieran o me mandaran algún regalo. No quería tentar a la suerte y despertar la ira de Padre. Había prometido a mi hermano que mentiría, si llegara, el caso a Padre y Madre a cambio de dejar a Dobby en paz. Y no se me da muy bien mentir, así que mejor no tentar a la suerte.

Aunque la noticia del día no es mi cumpleaños. La noticia del día es que Sirius Black ha escapado de Azkaban, siendo el primero que lo consigue sin perecer en el intento. Traté de preguntar a mi madre si tenía alguna relación con nosotros, ya que mi madre antes que adoptara el apellido de casada se apellidaba Black, el silencio fue su repuesta. Cuando volví a insistir me pidió con no muy buenos modos que no volviera a sacar ese tema. 

Mi madre rara vez se enfadaba conmigo, así que hice caso y me mantuve callado. Pero me picaba la curiosidad, y recordé que mi hermano me regaló un libro sobre la historia de los Black (capítulo 2, Draco 01). Así que me pasé todo el día tratando de averiguar si era familiar mío, pero no había rastro de él. Qué extraño, si no era familiar nuestro ... ¿por qué Madre parecía tan enfadada?

Suspiré derrotado. Al caer la noche alguien tocó la puerta de mi habitación. Abrí la puerta de la habitación. Al otro lado estaba Taurus.

—¡Has vuelto! —dije emocionado. Aunque nuestra relación no era tan estrecha como la que teníamos antes de entrar en Hogwarts, tampoco era tan mala cómo cuando le lancé un Everte Statum en la sala de Slytherin (capítulo 87, Hermione 22). —¿Dónde has estado todo éste tiempo?—

—En Seattle, una larga y aburrida historia. —explicó con indiferencia. Quise preguntar más, pero siguió hablando. —Wow, ¡Has crecido una barbaridad este verano! Si pareces ahora todo un hombretón... Bueno, antes que nada. ¡Feliz cumpleaños, Draco! —dijo sonriéndome cariñosamente. Luego me dio dos besos sonoros en cada mejilla. —El primero es de mi parte, pero el segundo es de parte de la sangre sucia.—continuó y luego se echó en la cama. —Estoy muerto ...—

Mi cerebro no pudo procesar sus últimas palabras.

—¿Eh? ¿Has visto a Hermione? —pregunté nervioso ignorando el mote.

—Ayer me la encontré en el callejón. —dijo bostezando.

—¿Ella está bien? ¿No le habrás hecho nada, verdad? Porque te juro que cómo ....—dije con furia en los ojos.

—Tranquilo, tigre. —contestó incorporándose de la cama. —Me porté como un angelito. Está más que bien. Verás, ella ha crecido también ...., en más de un sentido. —dijo Taurus con voz pícara. 

¿Cómo que ha crecido en más de un sentido? Pensé para mi mismo.

—Preguntó por ti. —siguió Taurus, cogiendo el Profeta y ojeándolo. 

Le di la espalda para que no viera como me ponía rojo como un tomate.

—Tal para cual. —susurró Taurus para sí mismo con un suspiro. —¿Has visto las noticias? —me preguntó enseñándome la portada dónde salía la imagen de Sirius Black gritando como loco. —Nuestro primito se ha escapado de Azkaban, me pregunto cómo lo habrá hecho... —dijo pensativo.

—¿Nuestro primo?—pregunté.

—¿No lo sabías? —negué con la cabeza—. Bueno, mejor dicho es nuestro primo segundo. Es primo hermano de Madre y la tía Bellatrix.—

—Madre no me ha dicho nada, y antes he visto que en el libro sobre los Black que me regalaste no hay nada sobre él. —dije.

—No me extraña.  Sirius Black siempre ha sido un bicho raro para la familia Black. Lo escogieron para Gryffindor, no creía en la pureza de la sangre y era amigo de traidores a la sangre y sangre sucias. Algo parecido a ti. —dijo sonriéndome. —Tienes suerte que te quiera tanto, sino podrías acabar tan loco cómo él. —rodé los ojos. Sus bromas no me hacían ni pizca de gracia.—Sirius Black es un tema tabú para los Black incluso desde antes que entrara en Azkaban. Lo es desde que la tía abuela Walburga Black lo borrara del árbol genealógico a los dieciséis años cuando se fue de casa a vivir con James Potter. —explicó Taurus.

—¿Con el padre de Harry y Violet? —asintió. —Un momento ....¿Cómo sabes todo eso? —pregunté sorprendido. Mi hermano parecía que sabía siempre todo.

—Me sé las viejas batallitas del abuelo Abraxas de memoria. Nos las contaba cuando éramos unos críos. —dijo Taurus apoyando las palmas de sus manos en su nuca.

—Pues yo no me acuerdo. —dije

—Nunca te interesaron, preferías ir a jugar al jardín con los elfos. A mi en cambio, me fascinaban. Y por suerte, a diferencia de ti, tengo muy buena memoria. —razonó con una sonrisa socarrona.

—Ya sabemos que eres mejor que yo en todo, no hace falta que me lo recuerdes ... —dije medio en broma medio en serio. —Ya que lo sabes todo ...—dije con sarcasmo. —En el periódico dice que fue condenado a Azkaban por matar a 12 muggles, a su amigo Peter Pettigrew y traicionar a los Potter desvelando la ubicación de la familia Potter a Voldemort..., ¿no te parece extraño que si era amigo de hijos de muggle y traidores a la sangre, se pasara al lado de Voldemort?—

—La gente piensa que hay un sentimiento que hace mover el mundo, Draco. El amor, y por tanto, también el odio. Estoy de acuerdo con los que piensan así. La de tonterías y locuras que hace la gente por amor y por odio. Sin embargo ..., se olvidan de un sentimiento. Un sentimiento que puede cambiar la personalidad de alguien por completo. —continuó mirándome con los ojos entrecerrados. —El miedo. No me extrañaría que por el miedo a Voldemort, nuestro primito Sirius perdiera la cabeza. —finalizó.

—Es posible... —dije no muy convencido.

—Tú tranquilo, a ti nunca te pasará eso. Me tienes a mi. —dijo Taurus sonriéndome.


Efecto Mariposa - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora