118.Taurus 31

70 15 1
                                    

Todos los personajes y la historia pertenecen a JK Rowling

POV TAURUS MALFOY 31

Llevaba ya un mes en Seattle entrenando con Spider en su templo budista. Spider, de nombre Donovan Mitchell, era un hombre de unos cincuenta años, con alguna cana que otra y de piel negra. Al principio, quería echarme a patadas de allí, pero Padre le recordó que le debía una. Spider avisó a Padre que no me lo iba a poner fácil y que era probable que muriera o acabara en el manicomio. Lucius le contestó que hiciera lo que tuviera que hacer, pero que se asegurara que fuera capaz de recordar lo que había borrado Dumbledore y así poder vengarse del director por humillarle y haberle expulsado del consejo escolar.

Así que a regañadientes, me aceptó. Pero como prometió, no me lo puso fácil. Cada día me torturaba psicológicamente entrando en mi mente y provocándome pesadillas. Al principio con la finalidad de que me acobardara y le dejara en paz, pero posteriormente le empecé a caer bien por mi tenacidad. Así que lo seguía haciendo, pero ahora trataba de fortalecer mi mente con esos ataques.

Mira que conozco a unos cuantos magos con prejuicios, pero nadie se acercaba al odio que sentía Spider por los muggles. En sus palabras, el único muggle bueno es el que está muerto. Confiaba en que dentro de poco apareciera un nuevo Hitler o Stalin y se cargara a todos. Cada día maldecía, al menos en dos ocasiones, a Gorbachov por haber firmado la paz con EE.UU. Le echaba toda la culpa a que no hubiera surgido la 3ªGuerra Mundial Muggle.

A los únicos que él dejaría vivir si por él fuera, serían a los grandes genocidas como Hitler y Stalin.

—¿Por qué los odias tanto, Spider? —le pregunté un día después del entrenamiento diario.

—Al principio los detestaba por ser de una raza inferior. Luego los odié por como estaban corrompiendo a los jóvenes magos con sus inventos muggle. Nos hemos vuelto perezosos. Ya casi ningún mago usa lumos para alumbrar los lugares, prefieren las bombillas muggles. ¡Incluso para desplazarse prefieren muchos los autómoviles a los polvos flu! ¿Te lo puedes creer? Pero ahora no los odio. —dijo Spider cogiendo una manzana de un manzano cerca del templo.

—¿Entonces por qué los quieres a todos muertos? —preguntó

—Porque los temo. —contestó Spider

—Pero... ¡tú mismo lo has dicho! ¡Son inferiores a nosotros! ¿Cómo puedes temer a esos patéticos seres? —dije molesto por la cobardía de mi maestro.

—Su tecnología y sus números acabarán aplastándonos. Solo espero que esté muerto para cuando eso ocurra. —dijo enigmáticamente Spider mirando al cielo.

No volví a sacar el tema de los muggles. La Guerra Mágica debió dejarle loco. ¿Temer a los sucios muggles? ¡Que ridiculez! Si decidían atacarnos, les borraríamos de la faz de la tierra con nuestra magia.

Echaba de menos no leer el periódico para enterarme de los sucesos más relevantes del mundo mágico. Al estar en EE.UU. sabía que no podría leer El Profeta, puesto que solo se distribuye por Europa, pero esperaba leer La Voz del Mago al menos. No caí en la cuenta en que el templo de Spider estaba en medio de la nada. 

Respetaba que no le gustara la tecnología muggle, ¡pero es que vivía como un hippy! Su dieta, y por tanto mi dieta mientras viviera con él, consistía en frutos que recogía de los árboles y de hortalizas que cultivaba. Y nos bañábamos en un pequeño lago cerca del templo. Y mejor no hablo de dónde hacíamos nuestras necesidades ...

Por suerte, todo sacrificio tiene su recompensa. Y mi recompensa fue generosa. Para el final del verano, ya era capaz de impedir que Spider entrara en mi cabeza. Si Dumbledore se atrevía a volver a leer a través de mí, se llevaría un chasco. Por contra, me agotaba enseguida. Así que un continuado ataque mental podría quebrar mis defensas.

Efecto Mariposa - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora