61.Violet 11

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Todos los personajes y la historia pertenecen a JK Rowling

POV VIOLET POTTER

En las únicas clases que compartíamos clase con los de Gryffindor eran Pociones y Defensa contra las Artes Oscuras. Después del desastroso episodio de los duendecillos de Cornualles, el profesor Lockhart no había vuelto a llevar a clase seres vivos. Por el contrario, se dedicaba a leer a los alumnos pasajes de sus libros, y en ocasiones representaba alguno de los momentos más emocionantes de su biografía. Habitualmente sacaba a mi hermano Harry para que lo ayudara en aquellas reconstrucciones. 

Mi mellizo odiaba ser el centro de atención, siempre hacía una mueca de asco cada vez que le sacaba. Pero cuando lo volvió a sacar para representar a un hombre lobo puso la mejor de sus sonrisas. El plan era conseguir la receta de la poción multijugos que se encontraba en el libro llamado Moste Potente Potions que se encuentra en la Sección Prohibida de la biblioteca. Y para ello necesitábamos el permiso por escrito de un profesor. Habíamos decidido que el único lo suficientemente bobo para dárnoslo era Lockhart. Así que mi hermano debía fingir que le estaba encantando ser un hombre lobo para poner contento a Lockhart.

—Aúlla fuerte, Harry eso es..., y en aquel momento, creedme, yo salté  tirándolo contra el suelo  con una mano, y logré inmovilizarle. Con la otra, le puse la varita en la garganta y, reuniendo las fuerzas que me quedaban, llevé a cabo el dificilísimo hechizo Homorphus; él emitió un gemido lastimero (venga, Harry..., más fuerte..., bien) y la piel desapareció..., los colmillos encogieron y... se convirtió en hombre. Sencillo y efectivo. Otro pueblo que me recordará siempre como el héroe que les libró de la terrorífica amenaza mensual de los hombres lobo.

Sonó el timbre y Lockhart se puso en pie. 

—Deberes: componer un poema sobre mi victoria contra el hombre lobo Wagga Wagga. ¡El autor del mejor poema será premiado con un ejemplar firmado de El encantador!

Los alumnos empezaron a salir. Harry volvió al fondo de la clase, donde lo esperaban Ron,  Hermione, Draco y yo.

—¿Listos? —preguntó Harry.

—Espera que se hayan ido todos —dijo Hermione, asustada. Taurus fue el último en marcharse y antes de marcharse nos echó una furtiva mirada extrañado que nos quisiéramos quedar con Lockhart —. Vale, ahora.

Hermione se acercó a la mesa de Lockhart con un trozo de papel en la mano. Harry, Ron, Draco y yo íbamos detrás de ella.

—Esto... ¿Profesor Lockhart? —tartamudeó Hermione—. Yo querría... sacar este libro de la biblioteca. Sólo para una lectura preparatoria. —Le entregó el trozo de papel con mano ligeramente temblorosa—. Pero el problema es que está en la Sección Prohibida, así que necesito el permiso por escrito de un profesor. Estoy convencida de que este libro me ayudaría a comprender lo que explica usted en Una vuelta con los espíritus malignos sobre los venenos de efecto retardado.

—¡Ah, Una vuelta con los espíritus malignos! —dijo Lockhart, cogiendo la nota de Hermione y sonriéndole francamente—. Creo que es mi favorito. ¿Te gustó?

—¡Sí! —dijo Hermione con emoción sincera —. ¡Qué gran idea la suya de atrapar al último con el colador del té...!

—Bueno, estoy seguro que a nadie le parecerá mal que ayude un poco a la mejor estudiante del curso —dijo Lockhart afectuosamente, sacando una pluma de pavo real—. Sí, es bonita, ¿verdad? —dijo, interpretando al revés la expresión de desagrado de Ron—. Normalmente la reservo para firmar libros.

Garabateó una floreteada firma sobre el papel y se lo devolvió a Hermione.

—Así que, Harry —dijo Lockhart, mientras Hermione plegaba la nota y se la metía en la bolsa—, en doce días se juega el primer partido de quidditch de la temporada, ¿verdad? Gryffindor contra Slytherin, ¿no? He oído que eres un jugador fundamental. Yo también fui buscador. Me pidieron que ...

No escuché más y salí junto a Draco, Hermione y Ron dejando a mi hermano a solas con Lockhart. Un minuto más tarde salió Harry a toda prisa

—Es increíble —dije, mientras examinábamos los cinco la firma en el papel—. Ni siquiera ha mirado de qué libro se trataba.

—Porque es un completo imbécil —dijo Draco. 

—Él no es un completo imbécil, Draco —chilló Hermione, mientras ibamos hacia la biblioteca a paso ligero.

Draco le respondió rodando los ojos.

-¿A quién le importa que sea un imbécil? Ya tenemos lo que necesitábamos. -dije

Bajamos la voz al entrar la biblioteca. Allí estaba la bibliotecaria, la señora Pince

La señora Pince, la bibliotecaria, era una mujer delgada e irascible que parecía un buitre mal alimentado.

-Nos gustaría pedir prestado el libro Moste Potente Potions. -dijo Hermione casi en un susurro mostrando la nota firmada por Lockhart.

¿Moste Potente Potions?—repitió recelosa, tratando de coger la nota de Hermione. Pero Hermione no la soltaba.

—Desearía poder guardarla —dijo Hermione aguantando la respiración.

—Venga —dijo Draco arrancándole la nota y entregándola a la señora Pince—. Te conseguiremos otro autógrafo. 

La señora Pince levantó el papel a la luz, como dispuesta a detectar una posible falsificación, pero la nota pasó la prueba. Caminó  por entre las estanterías y regresó unos minutos después llevando con ella un libro grande de aspecto mohoso. Hermione se lo metió en la bolsa con mucho cuidado.

Los cinco caminamos por el castillo liderados por Hermione. 

-¿A dónde estamos yendo Hermione? -preguntó Draco.

-A los aseos de mujeres del segundo piso -contestó Hermione.

-Ni pensarlo. Yo no entro en un baño de chicas. -dijo Ron alarmado deteniéndose de golpe.

-Pero Ron, si no habrá nadie dentro. Está fuera de servicio por Myrtle la Llorona —dijo Hermione.

-Me da igual. Yo no entro ahí. -dijo Ron cruzándose de brazos.

-Es el último lugar en el que alguien nos buscaría. Tenemos garantizada la intimidad. Además, Colin fue atacado en el segundo piso. Quizás Myrtle vio o oyó algo. -razoné.

Después de unos pucheros por parte de Ron, reanudamos la marchar hasta parar en la puerta del aseo. Ahí había un letrero de No funciona. Y sin hacer caso del letrero de «No funciona», Hermione abrió la puerta.

—Hola, Myrtle, ¿qué tal? -dijo Hermione.

Harry, Ron, Draco y yo nos acercamos a ver. Myrtle la Llorona estaba sobre la cisterna del retrete, reventándose un grano de la mejilla.

—Esto es un aseo de chicas —dijo, mirando con recelo a Harry, Ron y Draco—. Y ellos no son chicas.

—No —confirmó Hermione—. Sólo quería enseñarles lo... lo bien que se está aquí. Queríamos preguntarte si habías visto últimamente algo raro —dijo Hermione. -En la noche en que atacaron a Colin

—No me fijé en nada en particular —dijo Myrtle —. Me dolió tanto lo que dijo una niña, que vine aquí e intenté suicidarme. Luego, claro, recordé que estoy..., que estoy...

—Muerta ya —dijo Ron.

Myrtle sollozó trágicamente y se sumergió de cabeza en la taza del retrete desapareciendo de su vista. Una vez nos quedamos los cinco solos, Hermione abrió con cuidado el Moste Potente Potions

—¡Aquí está! —dijo Hermione emocionada al dar con la página que llevaba por título La poción multijugos. Estaba decorada con dibujos de personas que iban transformándose en otras distintas. 

Al ver los dibujos, me asusté. Las caras dibujadas reflejaban dolor, rezaba porque fuera por culpa  del artista que no sabía dibujar gente feliz.


Efecto Mariposa - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora