3

1.7K 128 31
                                    

Hace 10 años...

Esperando a Aitana para hacer un trabajo de historia.  Mireya, Agoney y Raoul se encontraban en la mesa del comedor en casa del rubio, ordenando libros y fotocopias. Querían terminar el trabajo lo antes posible, pero aún no habían empezado.

—¿Pero a qué hora llega la niña?

Mireya se quejó mientras leía su cuaderno, sus amigos la miraron y se rieron de su mal humor, todavía era temprano.

—Que no es hora todavía, faltan diez minutos para las quince.

—Pues podríamos haberle dicho que se viniera antes, total nosotros ya estábamos aquí.

—¿Ya saben por dónde empezar? —preguntó Agoney.

—Sí, en ese libro blanco que tienes al lado hay información, dejé la página marcada con un lápiz, ábrelo y vamos empezando —indicó Raoul.

—Vale.

Agoney tomó el libro y lo abrió, tenía algunas anotaciones con lápiz, todas hechas por el rubio, así que se concentró en leerlas para empezar el trabajo.

—Oye Raoul —le llamó Mireya y el rubio movió sus ojos hacia ella—. ¿Eras tú quien estaba con Aitana ayer detrás del instituto?

Raoul notó cierta picardía en la voz de su amiga, lo que le hizo fruncir el ceño para mirarla con interrogación.

—¿Qué? ¿Pero de qué hablas?

—Aitana se estuvo morreando con un rubio ayer en el recreo. —Levantó ambas cejas y las movió varias veces —. Me lo ha contado Roi esta mañana.

Roi, el gallego, era otro compañero de clase, había llegado hacía un año y rápidamente todos lo habían adorado. Era muy gracioso, divertido y un buen compañero, pero también tenía ese lado maruja que se complementaba con Mireya.

—¡Pero, pollito! —Rio Agoney—. ¡Qué calladito se lo tenían!

Fue el moreno quien lo miró con picardía y burla por haber quedado al descubierto ante ellos, y sí, Roi había sido el responsable de hablar sobre ello, ante medio instituto. 

—¿Pero qué dices tú ahora? ¡Yo no me he morreado con Aitana! Si es como mi hermana pequeña —expresó con cara de asco.

—Y así y todo es más alta que tú. —Agoney soltó una carcajada y Raoul lo fulminó con la mirada.

—Venga, no te enfades, si Roi los vio, ya lo debe saber todo el mundo, ya sabes cómo es —dijo Mireya.

—No tienes que mentirnos a nosotros —susurró Agoney con ternura.

—Entonces pídele a Roi que se haga revisar la vista, porque la tiene fatal. —Volvió a concentrarse en las fotocopias que leía antes de ser interrumpido por semejante idiotez, pero levantó la mirada hacia ambos amigos otra vez—. Y no, no era yo el que estaba con la enana —sentenció.

Sus amigos lo siguieron mirando mientras reían y negaban con la cabeza, porque realmente les resultaba adorable que Raoul aún fuera muy vergonzoso con esos temas. Había muchas niñas en su clase que todo el tiempo hablaban de lo guapo que era, pero él era totalmente indiferente a sus comentarios. 

—Pollito-

—Espera —Raoul interrumpió a Agoney y retomó la anterior conversación—. ¿Has dicho que Aitana se estaba morreando con un tío? —Mireya lo miró asintiendo—. Pero si no sabe hacerlo. ¡¿Cómo se va estar morreando con alguien si no ha dado un beso en su vida?! —preguntó histérico.

—A ver... Por algo se empieza —opinó la rubia tan tranquila—. Se habrán dado sus piquitos ya.

—¡Pero si tiene doce años! —Los ojos de Raoul amenazaban con salirse y caer al suelo, horrorizado por la situación.

Confundidos - Ragoney (en Edición)Where stories live. Discover now