Siente un par de besos en su cuello y sonríe al escuchar los susurros de su novio a su espalda.
– ¿Todo bien? – pregunta Agoney.
– Todo muy bien – asegura Raoul girando para verle.
– ¿Qué pasa? – se intriga cuando le ve con una sonrisa radiante en el rostro y de inmediato su novio le abraza.
– Tenemos el testigo para Teresa – le cuenta con entusiasmo.
– ¿De verdad?
– ¡Sí! – confirma separándose un poco de él.
– Me alegro mucho, pollito, están trabajando tanto en esto – dice sincero, porque es lo que más necesitaban – ¿Quién es? ¿Cómo pasó?
– Es alguien que trabaja o trabajaba para Acosta.
– ¡Hostia! – se sorprende.
– Por lo que entendí, era su chófer, trabajó un tiempo con él y conoce a Teresa – explica Raoul – Él conoce el edificio donde ella vive, más de una vez tuvo que recogerla o llevarla...
– ¿El día del ataque estuvo allí?
– Es lo que parece... Javi no me ha dicho mucho, pero lo importante es que puede testificar a favor de Teresa.
– ¡Joder, qué bien, de verdad! – le abraza con fuerza – Estoy seguro de que saldrá bien.
– ¡Ojalá! Me reuniré con Javi para terminar de preparar todo, tendremos trabajo.
– Javi... Debería seguir siendo Javier para ti, chiquitín roba amigos – bromea el moreno antes de tirar de su mano y llevarle hasta el sofá.
– Él me robó a mi mejor amigo antes – se encoge de hombros, dejándose llevar.
– ¡No! Eso es imposible – asegura el canario – ¡Me encanta! – grita antes de dejarse caer sobre el sofá.
– Es súper cómodo – asiente Raoul sentándose a su lado.
El sofá es amplio, bastante grande para ellos dos, su tela es gris y Agoney sólo quiere acurrucarse junto a Raoul. Sonríe y tira de su brazo, rodea su cuerpo con una de sus piernas para pegarle al suyo y ambos quedan tendidos a lo largo del sofá de tres cuerpos.
– ¿Qué haces? – pregunta Raoul riendo.
– Te abrazo – sonríe antes de terminar de moverle para colocarle encima suyo – Quiero que duermas así hoy – susurra Agoney – Quiero sentir tu calorcito toda la noche.
– Vale – ríe Raoul y se queda mirando sus ojos unos segundos – ¿Pasa algo? Tienes los ojitos tristes.
Agoney desvía su mirada, acaricia su cabello rubio y aunque sabe que tiene pendiente hablar de su actitud durante esa tarde, no inicia esa conversación. Se siente muy impotente, por el caso en el que está trabajando con su padre y por todo lo que le ha contado Ariel esa tarde.
– Ha sido un día raro... Han sido días raros – explica Agoney – Y hoy estuve trabajando con mi padre en un caso que me removió mucho.
– ¿Por qué?
– Es... Es sobre abuso sexual – dice Agoney aún jugando con el cabello de Raoul entre sus dedos – Estoy seguro de que lo van a ganar, tienen todo para condenar a ese hijo de puta, pero he leído tantas cosas, que no entiendo cómo puede existir gente así.
– Son personas enfermas, Ago.
– Esas no son personas, pollito – niega rápido con rabia en su voz – Eso es perverso, alguien que le hace semejantes cosas a un niño... ¡Por Dios, es asqueroso!
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Confundidos - Ragoney (en Edición)
FanfictionRaoul recuerda cada momento de su vida junto a Agoney, y aunque no fueron su primer beso, ni fueron su primera vez, quizás siempre fueron el primer amor, aunque no supieron verlo.