Confundidos - Ragoney (en Edición)

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Una vez que han acomodado sus cosas, se reúnen todos en el salón. Roi y Miriam organizan toda la comida que han llevado, mientras Mireya y Nerea ordenan la bebida en la cocina.

- Madre mía, ¿De dónde ha salido tanto alcohol? Si Mireya y yo solo compramos algunas botellas - dice el moreno entrando al lugar mirando la mesa con el doble de bebidas, o quizás más.

- Ya, pues luego me das las gracias, no pasa nada - dice el gallego - Me di cuenta a tiempo y compré más antes de venir ¿Crees que es suficiente o necesitaremos más?

- Roi, es mi cumpleaños, y me gustaría que no fuera el último - ríe el moreno - Así estamos bien, es demasiado.

- Bueno, pues lo que quede lo dejamos para el cumpleaños de Nerea - se encoge de hombros - Está noche Miri y yo nos encargaremos de la cena.

- Vale, yo puedo hacer de comer mañana - se ofrece Agoney.

- Yo te ayudo - dice Ricky apoyándose en el canario desde atrás, besando su mejilla.

- Déjame adivinar, ¿Pastas? - se gira para mirarlo.

- Mi especialidad - sonríe orgulloso.

- Yo pensaba que tu especialidad era otra - dice guiñando un ojo.

- Moreno, moreno, no me busques que tendremos problemas - le advierte en un susurro.

- Ay Ricky, el problema aquí no es que yo te busque, si no que tú quieres que sea otro el que te encuentre - dice elevando sus cejas.

- Cabrón - dice empujándolo y el canario rompe en una carcajada.

- ¿Me he perdido de algo? - pregunta Nerea que les ha escuchando.

- No, nada - dice el ojiazul.

- Ricky, ¿Hay algo que no me hayas contado? - pregunta de nuevo la rubia.

- Nada tranquila, estábamos de broma - responde el moreno al ver la cara de incomodidad de su amigo - Si Ricky solo tiene ojos para mí.

- Por supuesto - dice tomándolo de la cintura - Pero este fin de semana caerás - bromea.

- Pues eso espero, pero no contigo - dice en un susurro.

- ¡Hala! Pero si has venido desatado - dice llamando la atención de todos.

- Pues sí, es mi cumpleaños y quiero pasarlo bien - se encoge de hombros tranquilo y camina hacia el salón con Ricky al lado - Además, con el compañero de habitación que tengo, cualquiera se desataría ¿No?

Ricky solo sonríe al oírlo, es un cabrón, sabe perfectamente que Javier le gusta y por lo visto no piensa dejar de picarle.

- ¿Y luego yo soy el malo con Raoul? - dice el mallorquín sentándose a su lado en el sofá - Te recuerdo que casi ha muerto de un disgusto cuando has dicho que no dormiríais juntos.

- Ya, pero no lo hice con esa intención, ya te lo dije, Javi tiene más confianza conmigo, es lógico que durmamos en la misma habitación.

- Conmigo también tiene algo de confianza.

- Javi ha venido con miedo de ser asesinado por Raoul, no voy a dejar que tenga miedo a ser violado por ti durante la noche.

- ¡Oye! - dice golpeando su brazo.

- ¿Qué os pasa? - pregunta Javi sentándose frente a ellos en otro sofá.

- Nada, aquí a Ricky que le gusta hacer bromas, pero no le gusta que se las hagan a él.

- Lo que pasa es que eres tonto - sentencia el mallorquín.

- Pero me quieres así - ríe el moreno.